ISSN impreso: 1390-3837 / ISSN electrónico: 1390-8634, UPS-Ecuador, No. 40, marzo-agosto 2024, pp. 93-113.
https://doi.org/10.17163/uni.n40.2024.04
La exclusión política y social de los migrantes
haitianos en República Dominicana:
acercamiento al racismo multidimensional
Political and social exclusion of Haitian migrants in the Dominican
Republic: approaching a multidimensional racism
Alberto Maresca
Georgetown University, EEUU
aa2689@georgetown.edu
https://orcid.org/0009-0000-3697-8092
Recibido: 14/01/2024 Revisado: 26/01/2024 Aceptado: 05/02/2024 Publicado: 01/03/2024
Resumen
Este trabajo analiza la presencia de un racismo multidimensional, de carácter social y político, padecido por
los migrantes haitianos en República Dominicana. La experiencia directa del autor en República Dominica-
na motiva la búsqueda de un análisis empírico y teórico que pueda interrogarse sobre una posible correlación
entre el nacionalismo en la política dominicana y el apoyo popular hacia la exclusión de los migrantes
haitianos en el sistema nacional dominicano. A través de una inicial revisión de la literatura de referencia
del campo sociológico y migratorio, se dene el concepto de Homo Sacer expuesto por Agamben. El aporte
teórico de Agamben es útil para identicar la voluntad estatal de excluir a los migrantes haitianos. Además,
se tomará el concepto de pensamiento de Estado identicado por Sayad, mientras que el foco histórico en la
cuestión identitaria dominicana cuenta con aportes procedentes de las obras de Rappaport. La marginaliza-
ción y exclusión de los migrantes haitianos se estudia también cuestionando la ausencia de datos y registros
actualizados por el Gobierno dominicano, queriendo proponer eventuales correlaciones entre la ilegalización
estatal de los migrantes haitianos, con el aval de la política dominicana, y una forma social de nacionalismo
racial. Utilizando también un enfoque propio de las Relaciones Internacionales y la Ciencia Política, se
describe cómo el actual gobierno de República Dominicana, encabezado por el presidente Luis Abinader,
muestra una tendencia hacia pasados elementos de realismo político y nacionalismo en las relaciones bila-
terales con Haití, donde, cabe incluir, encuentra un efectivo consenso por parte de la sociedad dominicana.
Palabras clave
República Dominicana, Haití, migración, racismo, política, exclusión social, nacionalismo, marginalización.
Cómo citar: Maresca, A. (2024). La exclusión política y social de los migrantes haitianos en Repúbli-
ca Dominicana: acercamiento al racismo multidimensional. Universitas
XX1, 40, pp. 93-113. https://doi.org/10.17163/uni.n40.2024.04
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 40, marzo-agosto 2024
Abstract
This paper’s research focuses on a multidimensional racism suffered by Haitians migrants in the Dominican
Republic, which appears to be social and political as well. The direct experience of the author in the Domini-
can Republic strengthens an empirical and theoretical analysis for questioning a possible correlation between
Dominican politics, nationalism, and popular support for the general exclusion, within the Dominican national
system, of Haitian migrants. Through an initial review of relevant literature, from the elds of Sociology and
Migration, this article denes the concept of Agamben’s Homo Sacer. Agamben’s theoretical contribution is
useful to identify the state’s will to exclude Haitian migrants. In addition, Sayad’s concept of State-thinking will
also be used. Moreover, the historical focus on community’s search for national identity relies on Rappaport’s
works and then related to the Dominican Republic. Exclusion and marginalization of Haitian migrants is also
analyzed by outlining the lack of governmental data and updated information about immigrants, leading to
hypothetical correlations between State-promoted illegalization of Haitian migrants, enforced by local politics,
and a social dimension of racial nationalism. With a focus on International Relations on Political Science, the
study describes that the current Dominican government, headed by President Luis Abinader, shows a trend
inuenced by a past heritage of political realism and nationalism in its bilateral relations with Haiti, since, it is
worth noting, there seems to be relevant consensus in the Dominican society for such hardline policies.
Keywords
Dominican Republic, Haiti, migration, racism, politics. social exclusion, nationalism, marginalization.
Introducción
Haití y migración con el tiempo se han convertido en una especie de unión
semántica. La crisis estructural del primer país independizado de América La-
tina, ahora en su tercera década, ha generado un continuo éxodo de haitianos
que se encuentran obligados, por fuerza mayor, a dejarlo todo en búsqueda
de una vida mejor. Los haitianos representan una de las principales naciona-
lidades involucradas en la emigración hacia los Estados Unidos, instalándose
inclusive en las regiones más remotas del país norteamericano, aprovechando
de la vasta presencia de connacionales en diáspora (Joos, 2023). Sin embargo,
dadas las estrictas políticas migratorias implementadas por los gobiernos esta-
dounidenses, iniciando por Obama, hasta llegar a las reiteradas restricciones
con Trump y Biden (Maresca, 2023a), el movimiento migratorio haitiano ha
tenido que mirar hacia otros destinos. Algunos países de América Latina han
mostrado cierto nivel de recepción para los migrantes haitianos. En concreto,
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Alberto Maresca. Desafíos a la integración de jóvenes musulmanes en Europa y España
se considera necesario mencionar los principales estudios que han abordado
el fenómeno migratorio haitiano en Chile, a raíz de la pandemia COVID-19
(Rodríguez-Torrent y Gissi-Barbieri, 2022), y los trabajos enfocados en el re-
ciente desvío de la migración haitiana, desde Estados Unidos hacia las nacio-
nes andinas, como Ecuador (Ceja y Ramírez G., 2022). Además, las severas
respuestas de Washington con respecto a la presión migratoria en la frontera
de EE.UU., está recientemente llevando a un auge en la permanencia de mi-
grantes haitianos en la Ciudad de México (Rodríguez, 2024). Ahora bien, las
nuevas rutas regionales emprendidas por el movimiento migratorio haitiano
han, obviamente, conllevado la adopción de políticas migratorias, más o me-
nos restrictivas, por parte de aquellos gobiernos latinoamericanos que se han
enfrentado a un fenómeno de inmigración, formado por haitianos y venezo-
lanos entre otras nacionalidades, nunca visto antes.
La presencia de extranjeros en determinados territorios que han expe-
rimentado raramente el relacionamiento con comunidades de inmigrantes,
ha dado vida a costumbres racistas tanto en la esfera cívico-social como la
política. Una consecuencia directa de la correlación entre migración y polí-
tica nacional, estudiada en este artículo, es la deriva nacionalista de contex-
tos políticos nacionales que construyen parte de su identidad a través de la
exclusión del otro (Avraamidou y Ioannou, 2023). Precisamente, el estudio
propone que no es necesario un relevante grado de desconocimiento mutuo
entre la llamada población autóctona y la comunidad inmigrante para la po-
litización de esta relación. El caso aquí abordado de República Dominicana
(RD), alimentado a través de la experiencia directa del autor sobre la reali-
dad local, se enfoca en cómo, a pesar de su prolongada historia migratoria
hacia el otro lado de la isla, la diáspora haitiana sigue siendo objeto de una
politización excluyente por parte de la política y sociedad dominicana. Es
decir, si en los países del Norte Global, principales receptores de migrantes,
se asiste a fenómenos de racismo enfatizados políticamente (Mantz, 2021),
causados por la diversidad entre las partes y el desconocimiento hacia el mi-
grante como otro y por ende considerado in toto inferior, lo mismo ocurre
en un país del Sur Global: República Dominicana. Haitianos y dominicanos
interactúan a diario por la colindancia de ambas naciones, además de una
larga historia de trabajo transfronterizo y relaciones mutuas (Taylor, 2014).
Esto no es suciente para evitar lo que Billiet y de Witte (2008) denen como
“racismo político”, siendo, en el caso de Bélgica abarcado por los autores,
“el voto por un partido político que destaque claramente posturas contrarias
a la inmigración en su programa político y propaganda” (p. 254).
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No. 40, marzo-agosto 2024
Marco teórico
El presente estudio quiere extenderse hacia la teorización de un racismo
sociopolítico subyacente en la sociedad dominicana, pero avalado por el nacio-
nalpopulismo político presente en la escena política de República Dominicana.
La hipótesis trata entonces de aproximarse a una forma de correlación entre la
narrativa política nacionalista dominicana y la repetida marginalización políti-
ca, social y legal de los migrantes haitianos, especialmente en la capital Santo
Domingo. Por ello, será oportuno, en un primer momento, detenerse en las re-
laciones bilaterales entre República Dominicana y Haití, a partir del mandato
del actual presidente dominicano, Luis Abinader, mediante una lectura proce-
dente del campo de las Relaciones Internacionales. Sucesivamente, habrá es-
pacio para un eje propio de la Sociología de las Migraciones y de la Ciencia
Política, donde se analizará la marginalización general de los migrantes haitia-
nos, su rol actual en la sociedad dominicana y su posición de migrantes legal-
mente excluidos por el sistema estatal de República Dominicana. Este trabajo
se centra en el sentido más amplio de las políticas migratorias, entendidas no
solamente por las normas nacionales que reglamentan la materia migratoria.
Más bien, se habla de una práctica social y política en un contexto dado, aquí
el dominicano, que forma una dimensión racista de facto unida a una legal, de
iure, primariamente estudiada en países del Norte Global, como, nuevamen-
te, EE.UU. (William-White y White, 2011) y Países Bajos (Thomas, 1995).
Esta investigación procura concretamente acercarse hacia la relación en-
tre política y racismo, en cuanto a la diáspora haitiana en República Domi-
nicana. Es posible armar que este artículo consta de dos bases metodoló-
gicas. La primera, que se irá detallando como puramente teórica, vinculada
a relevantes teorizaciones académicas que han estudiado la marginalización
social y racial, para poder conectar esos aportes a la situación de los migran-
tes haitianos en RD. Las principales contribuciones a dichos estudios proce-
den de las obras de Agamben, sobre marginalización sociopolítica buscada
intencionalmente por el Estado (Newns, 2023; Maphosa y Ntau, 2021), y Sa-
yad para el análisis de las posturas hacia el migrante como otro. La segunda
base metodológica es de carácter empírico, con el n de conjugar parte de
la experiencia empírica del autor en República Dominicana y acercamien-
tos cualitativos inspirados en investigaciones de referencia, sobre todo las
de Rappaport, que tendrán luego espacio. En general, los aportes teóricos de
Agamben, Sayad y Rappaport son de ayuda para analizar el racismo socio-
político en cuanto fenómeno multidimensional.
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Alberto Maresca. Desafíos a la integración de jóvenes musulmanes en Europa y España
No se trata de un sentimiento discriminatorio intrínseco a la sociedad do-
minicana, más bien hay un recorrido histórico que ha llevado este racismo a
un nivel de promoción política, es decir, de pensamiento de Estado difundido
en la sociedad por medio del dictador Trujillo. Cuando, durante la dictadura
trujillista, el racismo se hace político, necesita sucesivamente una estabiliza-
ción del sentimiento en la sociedad para que se unan las dos esferas, y conver-
tir denitivamente al haitiano en el Homo Sacer de Agamben. En última ins-
tancia, la situación actual pone la diáspora haitiana en la condición de grupo
subalterno en RD, así como teorizado por Rappaport, pero legitimando tam-
bién, siempre con el auxilio de la política, el expuesto racismo sociopolítico.
Se ha querido adoptar un enfoque cualitativo dada la falta de datos corrientes,
objetivos y sobre todo proporcionados por el Estado dominicano, con los que
se podría en vez diseñar un estudio de carácter mixto. Sin embargo, este tra-
bajo se tiene que limitar a un estudio cualitativo, concentrándose en la litera-
tura existente para ofrecer una perspectiva histórica del racismo sociopolítico
en República Dominicana, y procurar conectar lo producido en el pasado con
la situación actual. Por las razones que se acaban de exponer, se promueve la
continuación de trabajos similares con un enfoque cuantitativo que podrían
seriamente contribuir a la cuanticación de la diáspora haitiana y la creación
de bases de datos para uso tanto del gobierno dominicano como investigado-
res y organizaciones internacionales interesadas. Actualmente, no existe una
fuente de datos similar, constituyendo la principal limitación para este artículo.
Metodología
El enfoque cualitativo de este trabajo se benecia mayoritariamente del con-
cepto de Homo Sacer creado por Agamben (1998), que identica una peculiar
categorización social, donde casi mediante una connotación marxista de anta-
gonismo social, el Estado y algunos sectores de la población se ven enfrenta-
dos. Agamben argumenta concretamente que el Estado puede ignorar y excluir
a una selecta minoría al interno de su territorio nacional. Por ende, en la época
actual, ciertas comunidades de inmigrantes se pueden incluir en la categoriza-
ción del Homo Sacer de Agamben, por su precaria permanencia en el país de
destino, por situaciones de irregularidad documental, prohibiciones legales al de-
recho laboral y de voto, y falta de protección normativa en las leyes del Estado.
En el caso que aquí interesa, se indica que el migrante haitiano en Repúbli-
ca Dominicana se ha convertido en Homo Sacer por la exclusión que el Estado
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dominicano aplica. Existe una situación de exclusión en la que los migrantes
haitianos, a pesar de haberse asentado en territorio dominicano, padecen una
condición enigmática que conlleva a la imposibilidad de protección estatal,
al carecer, por ejemplo, de documentos. Al mismo tiempo, la falta de intentos
y voluntad por parte de las autoridades para subsanar esos defectos genera
consecuencias como el ingreso permanente en la informalidad, la margina-
lización social (y urbana) y, nalmente, un racismo general empujado por el
discurso político nacionalista. Metodológicamente, este artículo quiere llevar
el concepto de Homo Sacer de Agamben al campo migratorio contemporá-
neo, tomando nota de las contribuciones de Dzhurova (2023) donde se desta-
ca que para los gobiernos de los países de destino, existen individuos “afuera
de la sociedad e ignorados por los legisladores, por no tener derecho al voto y
no participar en el conjunto de las actividades políticas y sociales” (p. 1125).
En otras palabras, “para Agamben, existen políticas estatales que exclu-
yen legalmente ciertos sujetos. En especíco, el Homo Sacer es considerado
para el Estado no digno de ser incluido en el sistema socio-legal” (Maresca,
2023b, p. 124). Recientes estudios han extendido el análisis de Agamben para
incluir a los migrantes indocumentados, precisamente los menores de edad
que llegan a EE.UU., en la categoría de Homo Sacer (González-Gorman,
2023). Un análisis cualitativo permite comparar, de manera reducida pero
exhaustiva, el aval de actores políticos de derechas hacia el mantenimien-
to del Homo Sacer en el territorio nacional. De hecho, al contar con un otro
perpetuo, jando la ausencia de protección legal o respeto de sus derechos
humanos, se crea también un discurso político de carácter nacionalista. Uti-
lizar la inuencia de la obra de Sayad sirve para determinar los fundamentos
teóricos y metodológicos de esta investigación. Concretamente, las especi-
cidades del contexto dominico-haitiano llevan a tener que considerar al Es-
tado dominicano como crucial para comprender política y migración en el
país. Sayad (2004) se concentra en el pensamiento del Estado, es decir, en
la mentalidad estatal para tratar una crisis migratoria. Podríamos variar este
concepto, poniendo de relieve la costumbre política estatal de acercarse y
tratar a la migración como un problema, una crisis, pero raramente una opor-
tunidad de enriquecimiento cultural o pura necesidad humanitaria. Boudou
(2023) otorga una interesante consideración sobre las categorizaciones de
Sayad, armando que hay una reproducción social del “pensamiento del Es-
tado, mediante la aceptación de etiquetas ocialmente válidas, y legitimando
el discurso producido por el Estado” (p. 405).
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Alberto Maresca. Desafíos a la integración de jóvenes musulmanes en Europa y España
Básicamente, la sociedad civil tiende a repetir aquellas posturas estatales,
en cuanto al tratamiento de los migrantes, que promueven la estigmatización
del otro a través de trabas legales como la exigencia de visados o requisitos
migratorios justamente imposibles de cumplir para que el migrante legalice su
situación. La sociedad civil hace propia la ilegalización del migrante que los
gobiernos promueven. La situación de los haitianos en República Dominicana
va más allá de una mera cuestión legalista de poseer o no la documentación
necesaria. Hablamos en vez de un Estado, el dominicano, determinado y mo-
tivado, por el consenso popular, en excluir de todas formas a los haitianos en
su territorio, fueran ellos migrantes o también individuos dominicanos, pero
de origen haitiano. Teóricamente, los aportes de Sayad a esta peculiar volun-
tad estatal de excluir a individuos de la sociedad, ha recibido relevante aten-
ción y profundización. Como anticipado, no es únicamente un fenómeno del
contexto dominico-haitiano, ni solo una tendencia reciente por parte de los
Estados nacionales. Por ejemplo, resulta apropiado mencionar la interpretación
de Sayad que Avallone y Molinero-Gerbeau (2021) proponen, armando que:
Los migrantes son fundamentales para el Estado, pues al existir no solo re-
fuerzan la comunidad nacional que se reconoce como unidad separada de la
presencia de extranjeros, sino que, al cruzar sus fronteras, legitiman la nece-
sidad de ejercer un control sobre las mismas pues, si nadie cruzara las fronte-
ras, no haría falta controlarlas y, por lo tanto, no haría falta ejercer un control
del territorio… (Avallone y Molinero-Gerbeau, 2021, p. 5)
Pues bien, Sayad y las interpretaciones de su trabajo que han seguido,
otorgan un paradigma preexistente útil para entender cómo los dominicanos
piensan de los inmigrantes haitianos, de la misma forma en la que su gobierno
lo hace. Por supuesto, no se quiere caer aquí en una banal generalización que
abarque toda la isla caribeña. En vez, se ofrece una hipótesis posiblemente
aplicable a una tendencia que, en los últimos años, ha empezado a aanzar-
se en República Dominicana. La relevancia de la obra de Rappaport sigue
constituyendo un pilar para la metodología cualitativa en el ámbito social,
e incluso político. A pesar de que Rappaport (1992) se haya enfocado en la
relación entre el Estado poscolonial y los subalternos en Latinoamérica, re-
riéndose principalmente a los grupos indígenas, aquí se procura entender a los
migrantes haitianos como subalternos en RD. Especícamente, dada la vas-
ta prevalencia de los haitianos entre las comunidades inmigrantes radicadas
en República Dominicana, es posible asumir que el Estado dominicano haya
progresivamente considerado a los haitianos como la minoría por excelencia.
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En otras palabras, la inmensa diáspora haitiana en República Dominica-
na se puede comprender como grupo subalterno. Por lo que interesa en este
trabajo, la principal contribución de Rappaport se reere al intento de una de-
terminada clase política de establecer una identidad étnico-nacional según su
querer y conveniencia. Mejor dicho, los dirigentes nacionales buscan formar
un “nacionalismo étnico” (Rappaport y Dover, 1996, p. 37). En realidad, re-
sulta complicado, por lo menos desde una mirada netamente antropológica,
trazar una explícita diferenciación étnica entre dominicanos y haitianos, que
no sea inuenciada por un diseño político de carácter nacionalista e identi-
tario. De hecho, ya ha sido comprobado que existe una forma de mitología
histórica e independentista, ejercidas por los dominicanos y sus gobiernos, la
cual diferencia la etnia, o incluso, equivocadamente, la llamada raza domi-
nicana de la haitiana (Tavernier, 2008). Dicha práctica queda fundamentada
mayoritariamente en una reconstrucción histórica reaccionaria que pretende
separar a priori los dos ancos de La Española. Para terminar sobre las in-
uencias metodológicas y teóricas de esta investigación, Rappaport (2011)
también contribuye con su trabajo, en cuanto a Latinoamérica, sobre las “cla-
ses étnico-raciales” (p. 628), entendiendo el conjunto de atributos como el
color de piel, el habla, o los recursos económicos, que se crean para forjar
una identidad nacional. Forzosamente, esto da vida a un nacionalismo iden-
titario que para sustentarse necesita encontrar cuantas más inferioridades po-
sibles en el otro, produciendo un racismo estructural soportado por el Estado;
es lo que ocurre en República Dominicana frente a los migrantes haitianos.
Resultados
Este apartado se centra en el estudio empírico sobre la condición exclu-
yente de los migrantes haitianos en República Dominicana. Se iniciará con
particular atención, en el marco de las Relaciones Internacionales, a la se-
veridad de la política exterior del gobierno Abinader hacia el vecino Haití,
y como este discurso político afecta a los haitianos en República Dominica-
na. Entonces, resultará oportuno volver a señalar el poder del pensamiento
del Estado, acorde con la visión de Sayad. Luego, retomando el concepto de
racismo sociopolítico, veremos la exclusión social, política y legal del mi-
grante haitiano, el cual al mismo tiempo se muestra como el Homo Sacer de
Agamben, pero también constituye, con su comunidad en diáspora, el prin-
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Alberto Maresca. Desafíos a la integración de jóvenes musulmanes en Europa y España
cipal grupo subalterno en RD, para referirse a los fundamentos de Rappa-
port. El aporte empírico del autor, que ha vivido directamente la situación en
la República Dominicana, servirá de apoyo a la literatura existente sobre la
diáspora haitiana. Es necesario aquí proporcionar brevemente la dimensión
cuantitativa de la inmigración haitiana en República Dominicana (tabla 1),
recordando la dicultad de recopilación de los datos por la “porosidad de la
frontera” dominico-haitiana (Morán y Figueroa, 2005, p. 252) y la “laxitud”
del sistema migratorio dominicano (Alfonso, 2011, p. 12).
Tabla 1
Número y porcentaje de migrantes en República Dominicana,
según nacionalidad relevada en los últimos estudios disponibles
Nacionalidad Nº inmigrantes %
Haití 329 281 79,2
EEUU 25 814 6,2
España 7 062 1,7
Puerto Rico 6 083 1,5
Venezuela 5 417 1,3
Cuba 3 841 0,9
Italia 3 795 0,9
Colombia 3 606 0,9
Francia 2 043 0,5
Alemania 1 661 0,4
China 1 484 0,4
Otros países 25 477 6,1
Total 415 564 100
Nota. Elaboración del autor del estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) y el Centro de Investigaciones y Estudios Sociales (CIES) (2017).
*Se puede aproximar que el número de migrantes haitianos haya crecido en los últimos años, siendo los
datos actualizados al 2015.
Para entender las relaciones entre República Dominicana y Haití, y cómo
afectan a la migración haitiana, es necesario mover el enfoque de la mirada
sociológica al campo de las Relaciones Internacionales. En otras palabras,
se tiene que razonar ahora en términos de Estado(s), así como previamente
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No. 40, marzo-agosto 2024
mencionado por Sayad. Los paréntesis para el plural son motivados porque,
de hecho, hay un solo Estado que actualmente dirige el rumbo de la vida de
los migrantes haitianos, y es República Dominicana. Antes de dedicar es-
pacio al actual gobierno de Luis Abinader, se procura poner el acento sobre
ciertas inuencias históricas en las relaciones dominico-haitianas, para en-
tender que el propuesto racismo sociopolítico no es ninguna novedad, sino
una exacerbación de un sentimiento estructural en República Dominicana.
La causa de lo expuesto es la postura compartida por los gobiernos do-
minicanos de turno, y por voces internacionales, que evalúan las últimas dé-
cadas de Haití como las de un Estado fallido en todas sus formas y nomen-
claturas posibles (Verlin, 2014). Estamos frente a una dimensión paradójica,
donde el racismo sociopolítico se fortalece de la dramaticidad en la tierra del
otro. El culto nacionalista e identitario dominicano encuentra terreno fértil
cuando, por un lado, la política interna promueve el nacionalismo excluyente
con respecto al inmigrante haitiano, y por otro, la política exterior domini-
cana mantiene un rígido antagonismo que quiere diferenciarse de la caótica
condición del Estado haitiano. Substancialmente, parece haber, en principio,
una limitación de agencia por parte de la sociedad, entendida como pueblo
dominicano, con respecto al citado pensamiento del Estado. Se darían las
condiciones para que la sociedad justique aquel “poder coercitivo” estatal
del “realismo” (Sleat, 2016, p. 7), porque el pueblo dominicano muestra un
favorecimiento a la política exterior dominicana siempre y cuando tenga ca-
rácter nacionalista. Entonces, además de un realismo internacional, se pro-
duce un realismo nacional, y social, donde la política exterior gubernamental
recae directamente en la sociedad, encontrando el consenso popular. Mirando
al pasado, la misma identidad dominicana se radicaliza allí cuando las rela-
ciones con Haití alcanzan, posiblemente, su peor punto.
Lee Turits (2021) identica la masacre de haitianos, cometida durante la
dictadura de Trujillo en 1937, en el punto de no retorno en cuanto a la divi-
sión identitario-nacionalista entre dominicanos y haitianos. El argumento de
Lee Turits es que, con Trujillo en 1937, “a n de endurecer de manera expe-
dita la frontera política entre República Dominicana y Haití, se hiciera nece-
sario el establecimiento de una separación social entre los dos grupos étni-
cos”, anulando así la “comunidad nacional multi-étnica” dominico-haitiana
(p. 92). A partir del 37, Trujillo empezó a construir una narrativa de carác-
ter existencial sobre las relaciones entre República Dominicana y Haití. El
pensamiento de Estado visualizado por Sayad encuentra una representación
103
Alberto Maresca. Desafíos a la integración de jóvenes musulmanes en Europa y España
efectiva en el periodo subsiguiente a la masacre. De hecho, Trujillo promue-
ve una “historia ocial” por la que la matanza de haitianos ha sido necesaria
con el n de preservar la misma existencia del Estado dominicano (Farid,
2016, p. 45). El discurso trujillista entonces ja la narrativa popular domi-
nicana sobre los haitianos durante la dictadura, reforzándose en los años 40.
En su recopilación histórica, Childers (2021) describe que la inestabilidad
económica de RD llevó Trujillo a implementar una política de culpabiliza-
ción de los haitianos hasta los años 60, a través de incluso proyectos escola-
res para el adoctrinamiento racial en contra de los haitianos, considerados así
“un problema” (pp. 11-12). En la gura 1 se encuentra un testimonio material
del efecto que todavía mantiene la masacre haitiana de 1937.
La aparente recuperación de la democracia en República Dominicana,
con el gobierno de Joaquín Balaguer, no representó una mejora en las condi-
ciones de los haitianos en territorio dominicano, sino una variación de este
racismo. En otras palabras, a partir de 1968 hay una instrumentalización de
la migración haitiana, porque se entiende la necesidad laboral, sobre todo
en la industria azucarera, de la mano de obra haitiana que se ve explotada
y mantenida en RD solo cuando se necesitaba económicamente (Hintzen,
2014). De esa forma, los migrantes haitianos empezaron a vivir una clase de
reclusión funcional y marginalizada, siendo empleados en los pueblos azu-
careros denominados bateyes (Wilson, 2022), donde la precaria convivencia
con los dominicanos quedaba restringida a una relación entre patrón y em-
pleado. Volviendo ahora la atención a la actualidad, es posible sugerir que
la descrita división identitaria entre haitianos y dominicanos se prolongó en
el tiempo, pudiendo hoy en día soportarse por dos factores. El primero se
reere a la destrucción del sistema estatal haitiano, que, unido a la presión
fronteriza para el gobierno dominicano, alimenta un discurso antagónico de
nosotros contra ellos. El segundo, queda anclado con el nacionalismo iden-
titario dominicano que utiliza este racismo sociopolítico para fortalecerse.
Ya en 2013, las posturas político-legales del Estado dominicano empezaron
a mostrar una connotación discriminatoria. La Comisión Interamericana de
Derechos Humanos consideró que la sentencia 168/13 del Tribunal Consti-
tucional dominicano apelase a la apatridia; la norma atribuía la nacionalidad
dominicana solo a individuos nacidos en territorio dominicano y de padres
dominicano, con además vigencia retroactiva (CIDH, 2015). Con estas con-
diciones, el gobierno de Luis Abinader, inaugurado en 2020, ha tenido que
enfrentar la cuestión haitiana con particular frecuencia, hay que reconocer,
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por la degeneración total (política, económica y social) en la que ha caído
Haití. Sin embargo, los migrantes haitianos en República Dominicana y los
dominicanos de origen haitiano se ven también afectados.
Figura 1
Recuento de la masacre haitiana de 1937, incluyendo las consecuencias
internacionales y bilaterales entre RD y Haití
Nota. Foto realizada por el autor en el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, Santo Domingo.
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La aparente recuperación de la democracia en República Dominicana,
con el gobierno de Joaquín Balaguer, no representó una mejora en las condi-
ciones de los haitianos en territorio dominicano, sino una variación de este
racismo. En otras palabras, a partir de 1968 hay una instrumentalización de
la migración haitiana, porque se entiende la necesidad laboral, sobre todo
en la industria azucarera, de la mano de obra haitiana que se ve explotada
y mantenida en RD solo cuando se necesitaba económicamente (Hintzen,
2014). De esa forma, los migrantes haitianos empezaron a vivir una clase de
reclusión funcional y marginalizada, siendo empleados en los pueblos azu-
careros denominados bateyes (Wilson, 2022), donde la precaria convivencia
con los dominicanos quedaba restringida a una relación entre patrón y em-
pleado. Volviendo ahora la atención a la actualidad, es posible sugerir que
la descrita división identitaria entre haitianos y dominicanos se prolongó en
el tiempo, pudiendo hoy en día soportarse por dos factores. El primero se
reere a la destrucción del sistema estatal haitiano, que, unido a la presión
fronteriza para el gobierno dominicano, alimenta un discurso antagónico de
nosotros contra ellos. El segundo, queda anclado con el nacionalismo iden-
titario dominicano que utiliza este racismo sociopolítico para fortalecerse.
Ya en 2013, las posturas político-legales del Estado dominicano empezaron
a mostrar una connotación discriminatoria. La Comisión Interamericana de
Derechos Humanos consideró que la sentencia 168/13 del Tribunal Consti-
tucional dominicano apelase a la apatridia; la norma atribuía la nacionalidad
dominicana solo a individuos nacidos en territorio dominicano y de padres
dominicano, con además vigencia retroactiva (CIDH, 2015). Con estas con-
diciones, el gobierno de Luis Abinader, inaugurado en 2020, ha tenido que
enfrentar la cuestión haitiana con particular frecuencia, hay que reconocer,
por la degeneración total (política, económica y social) en la que ha caído
Haití. Sin embargo, los migrantes haitianos en República Dominicana y los
dominicanos de origen haitiano se ven también afectados.
Esta investigación se conforma con las consideraciones de Duany (2006),
donde se acepta que existan “prejuicio y discriminación hacia los haitianos
y descendientes de haitianos en República Dominicana” (p. 236), no que-
riendo perderse en establecer un debate histórico sobre las causas, sino aten-
der a las razones de su actual armación política. Bajo la administración de
Abinader se ha producido una actuación político-normativa que ha conver-
tido plenamente al migrante haitiano en el Homo Sacer de Agamben. Ya en
2022, Abinader raticó el Decreto 668-22, el cual refuerza la búsqueda de
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 40, marzo-agosto 2024
migrantes indocumentados, cuya mayoría son haitianos, pero también admi-
te la expulsión de dominicanos de origen haitiano, si son indocumentados
(Childers, 2023). En el mismo estudio, Childers reporta además la anulación
del servicio médico público a las parturientas indocumentadas. Entre todas
las medidas del gobierno Abinader, esta última parece ser la expresión prin-
cipal del racismo sociopolítico actual, donde el mero interés político interno
socava los valores humanitarios. Si en esta investigación se hace referencia
al racismo sociopolítico hacia los migrantes haitianos, según el concepto del
Homo Sacer de Agamben, es justamente porque la actual administración pa-
rece aprobar medidas que no buscan regularizar la inmigración haitiana, sino
invisibilizarla legalmente. Es una marginalización legal, social y política, que
de hecho provoca críticas adentro de la misma República Dominicana. Por
ejemplo, cabe resaltar que no se muestran esfuerzos estatales para actualizar
el número real de inmigrantes haitianos en el país. En ciudades como San-
to Domingo, la presencia de inmigrantes haitianos, así como en los lugares
fronterizos (las áreas de Dajabón, Jimaní y Pedernales), puede ser margina-
lizada, pero no completamente invisibilizada. La gura 2 muestra una de las
pocas recopilaciones disponibles de datos actualizados sobre la inmigración
haitiana en República Dominicana, de hecho, realizada por la Organización
Internacional para las Migraciones (2021), y no por el gobierno dominicano.
Figura 2
Documentos poseídos por sujetos entrevistados en zonas fronterizas
PEDERNALES 1 %
6 %
13 %
3 %
18 %
25 %
70 % 20 %
6 %
3 %
80 %
0 2.000 4.000 6.000
Cantidad de personas
8.000 10.000 12.000
2 %
Cédula de identidad
haitiana
Acta de nacimiento
haitiana
Pasaporte haitiano
No posee documentos
10 %
JIMANÍ
ELÍAS PIÑA
DAJABÓN
77 %
53 %
Nota. Encuesta elaborada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) (2021).
*Únicos datos disponibles para aproximar, de manera cuantitativa y objetiva, dimensión y condición de
la migración Haití-RD.
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Alberto Maresca. Desafíos a la integración de jóvenes musulmanes en Europa y España
La ausencia de una continua contabilización de los inmigrantes haitianos
por parte del Estado genera la sensación, en la sociedad, de invasión extran-
jera, tal como lo perciben ciertos sectores en EE.UU. (Angulo-Pasel, 2023)
y Europa (Miccoli y Ambrosetti, 2023). En particular, la replicación de de-
terminados sentimientos anti-inmigrantes propios de EE.UU. en República
Dominicana, ha sido utilizada durante la gestión de la pandemia COVID-19
por parte de la administración Abinader, permitiendo y nutriendo una retóri-
ca al estilo Trump (por ejemplo con la construcción de un muro fronterizo y
el cierre de la frontera) de culpabilización al migrante haitiano por todos los
problemas del país (García-Peña, 2022). Hay una práctica de “reproducción
social” (Molinero-Gerbeau 2020, p. 6), es decir, la reproducción de ciertos va-
lores o actos vividos por un sujeto o comunidad, hacia un ser diferente; el otro.
Para claricar, los dominicanos dirigen hacia los haitianos el racismo
sociopolítico que ellos sufren en sus países de destino, no casualmente, Es-
tados Unidos (Aparicio, 2007). El racismo sociopolítico en República Do-
minicana se puede explicar también por una forma de búsqueda de superio-
ridad social, racial y política de los dominicanos. La tendencia que se acaba
de mostrar transforma el acto de remover al otro del territorio nacional en
una estrategia de aprobación política por parte de las autoridades. La depor-
tación del migrante, el gran miedo de los dominicanos en los Estados Unidos
(Alex, 2020), es contrariamente recibida con aprobación por partes de los
seguidores de Abinader, cuando los involucrados son los migrantes haitia-
nos o incluso dominicanos de origen haitiano (Bonifacio, 2022). El racismo
sociopolítico que se percibe en República Dominicana cuenta con el auxilio
de una marginalización excluyente, de carácter también legal, o mejor de no
legalidad, que se maniesta también a nivel urbano. En Santo Domingo, Rey-
noso Estrella (2021) se ha acercado a la precariedad e informalidad urbana
del Pequeño Haití, entre los barrios más humildes y olvidados de la capital
dominicana, donde los habitantes haitianos sufren una condición de “vulne-
rabilidad urbana” (p. 120). Por supuesto, esta investigación no quiere ignorar
que la precariedad socioeconómica, desde lo laboral hasta la vivienda, sea
una cruda realidad también por los ciudadanos dominicanos. Para concluir,
pese a que esta investigación no quiere adentrarse en el mérito del éxito po-
lítico de la administración Abinader, cuya evaluación queda en las manos
del soberano pueblo dominicano, cabe destacar un último punto. El discurso
nacionalista y la política migratoria del gobierno Abinader ha recibido crí-
ticas hasta desde la propia clase dirigente dominicana. El actual Embajador
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 40, marzo-agosto 2024
de República Dominicana en España, Juan Bolívar Díaz, ha sido entre los
más notorios en criticar la deriva racista y extremadamente nacionalista de
la política dominicana (2021), señalando además la falta de una herramienta
atendible para medir efectivamente cuan grande sea la percibida emergencia
migratoria haitiana, en RD.
Conclusiones
La investigación no quiere buscar culpables institucionales o demonizar
ciertos actores de la política dominicana. Más bien, se ha tratado de ofrecer
miradas teóricas y empíricas para acercarse epistemológicamente a la situa-
ción actual del migrante haitiano en República Dominicana. Por ello, es po-
sible concluir que parece haber, en el contexto dominicano, un cierto apoyo
a políticas restrictivas y discriminatorias hacia la inmigración haitiana. Tal
y como se ha descrito, hay razones sociales e identitarias, arraigadas en la
historia dominicana, que pueden explicar de donde procede este sentimiento
nacionalista y excluyente que necesita al otro, el haitiano, para poder refor-
zarse. Manteniendo la hipótesis de un racismo sociopolítico latente en Re-
pública Dominicana, el cual convierte hoy en día al migrante haitiano en el
Homo Sacer, es posible llegar a las siguientes conclusiones:
Para que un individuo padezca la condición de Homo Sacer, el suje-
to, o su comunidad, debe estar legal, social y políticamente excluido
del sistema nacional en el que se encuentra. Las recientes medidas
adoptadas por el gobierno Abinader en República Dominicana con-
rman una vigorosa aplicación de normas dirigidas a la expulsión,
deportación e ilegalización de la inmigración haitiana.
Si no hubiera un racismo tanto político como social en República
Dominicana, pues no habría un consenso, tácito o explícito, por par-
te de la población hacia este discurso excluyente y nacionalista. El
Estado dominicano, históricamente y con particular énfasis a partir
del gobierno Abinader en 2020, parece haber elevado su forma de
ver la inmigración haitiana a la manera principal de pensar la migra-
ción en República Dominicana. Sería inoportuno acertar una plena
causalidad entre el pensamiento estatal y la mentalidad social frente
a la diáspora haitiana, pero se puede concluir que sí existe una clase
de correlación con tintes políticos.
109
Alberto Maresca. Desafíos a la integración de jóvenes musulmanes en Europa y España
No hay que olvidar la magnitud de la crisis haitiana, representando
una de las motivaciones principales para las dicultades en las re-
laciones bilaterales entre República Dominicana y Haití. Esta situa-
ción conlleva un signicativo antagonismo compartido tanto por el
gobierno como el pueblo dominicano, lo que convierte a la presión
fronteriza en la principal razón de cualquier problemática en la isla.
La mera falta de una medición actualizada, objetiva y continuada de la
inmigración haitiana por parte del Estado dominicano implica dos con-
secuencias. La primera abarca el sentimiento de invasión que percibe el
dominicano, cuando no se conoce realmente el número de inmigrantes
haitianos en las ciudades dominicanas. La segunda es el olvido insti-
tucional y la marginalización social, urbana y política a la que son ex-
puestos los inmigrantes haitianos y los dominicanos descendientes de
haitianos, siendo la falta de registración formal por el Estado una de las
causas para su relegación en el conjunto de las protecciones nacionales.
Esta investigación se ha limitado a una sucinta revisión de la literatura
pertinente y aportaciones empíricas del autor, que no quieren ni pueden exi-
gir un retrato general y global de la situación migratoria para los haitianos
en toda República Dominicana. La falta de datos objetivos, substantivos y
actualizados por el gobierno dominicano conforma un límite esencial para
los objetivos de esta investigación. El presente trabajo se podría continuar
con un análisis cuantitativo hacia la contabilización de la inmigración haitia-
na en los centros urbanos dominicanos, donde un proyecto similar sería más
viable que en la frontera, por cierres y volatilidad del contexto que no per-
miten las condiciones necesarias a la pesquisa. Por último, la investigación
no ha buscado el análisis de la inmigración haitiana a través de entrevistas,
a pesar de la experiencia directa del autor en República Dominicana. Por la
precariedad e inseguridad que sufren los migrantes haitianos en RD, no se
recomienda continuar estudios similares con encuestas que, además de ser
éticamente cuestionables, podrían afectar negativamente la posición de los
inmigrantes haitianos frente a las autoridades dominicanas.
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