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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 40, marzo-agosto 2024
diferentes tiempos y espacios, y se producen muchas veces de manera des-
obediente (saberes, diálogos, emociones, por ejemplo). Si nuestra identidad
lleva consigo memoria no solo individual, sino también colectiva, podemos
entender que grupos subordinados como africanos, latinos y los pueblos ori-
ginarios aún son vistos como bárbaros. Es decir, no modernos. La visión co-
lonial persiste en forma de contenidos, currículos y en las prácticas educa-
tivas en el cotidiano educacional. Es la visión de la colonialidad del saber.
En su obra “Cartas à Guiné-Bissau”, Paulo Freire relata experiencias de
sus visitas a ese país africano con el propósito de alfabetizar a la población
local sin la perspectiva de la educación colonialista, “(...) porque Guinea-
Bissau no parte de cero, sino de sus fuentes culturales e históricas, de algo
bien propio, del alma misma de su pueblo, que la violencia colonialista no
puede matar” (Freire, 1978, p.10). El propio autor también destaca que “(...)
la educación colonial heredada, cuyo objetivo principal era la ‘desafricaniza-
ción’ de los nacionales, discriminatoria, mediocremente verbalista...” (1978,
p.15). Freire identicó en las luchas de liberación la emancipación política
y también cultural del pueblo guineano. Así buscó superar el pasado opre-
sor mirando hacia la propia realidad, múltiple y compleja, de la población
de ese país africano. El silenciamiento de las memorias es consecuencia del
colonialismo, lo que el autor pretendía combatir.
De esta manera, es necesario tener contra-narrativas. Buscar el equilibrio
del conocimiento. Legitimar otros conocimientos. La educación debe com-
batir el prejuicio de cualquier tipo, y ¿cómo puede trabajar en esta decons-
trucción si muchas veces se convierte en legitimadora de los currículos tra-
dicionales? La tradición, en este caso, a menudo se folcloriza en los libros.
Algunas políticas públicas en Brasil surgieron y fueron importantes en
este intento de deconstrucción. La Ley de Historia de África en las escuelas
trajo elementos importantes para el entorno escolar, principalmente en tér-
minos de material didáctico, pero fue insuciente y cambió poco la realidad
en las instituciones. Otro ejemplo es la educación afrocentrada, que es un
enfoque educativo que coloca la cultura africana y la experiencia afrodes-
cendiente en el centro del proceso de aprendizaje. Este paradigma educativo
busca incorporar y valorizar los conocimientos, la historia, las tradiciones y
las perspectivas de las comunidades africanas y afrodescendientes.
Es necesario buscar otros saberes. Es fundamental no jerarquizar la in-
teligencia. Los conocimientos tradicionales, vistos como sentido común, re-
ejan la visión eurocéntrica, aún fuertemente persistente en el entorno edu-
cativo brasileño y también africano.