DOSSIER TEMÁTICO
¿De la representación
descriptiva a la sustantiva? Mujeres y política en América Latina
From
descriptive to substantive representation? Women and politics
in Latin America
José Carlos
Hernández-Gutiérrez jchernandez@ugr.es
https://orcid.org/0000-0002-2855-1053
Universidad
de Granada, España.
Sol Cárdenas-Arguedas
solcardenas@politicas.unam.mx
https://orcid.org/0000-0003-3178-8825
Universidad Nacional Autónoma de
México, México.
Ana Karen Cortés-Hernández
anakarencortes@politicas.unam.mx
https://orcid.org/0009-0002-6754-8858
Universidad
Nacional Autónoma de México, México.
¿De la representación
descriptiva a la sustantiva? Mujeres y política en América Latina
Universitas-XXI, Revista de Ciencias Sociales y Humanas,
núm. 39, pp. 39-57, 2023
Universidad
Politécnica Salesiana
2023.Universidad
Politécnica Salesiana
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Recibido: 12/06/2023
Revisado: 17/07/2023
Aprobado: 28/08/2023
Publicado: 01/09/2023
DOI: https://doi.org/10.17163/uni.n39.2023.02
Resumen
Estudiar la representación femenina
en las asambleas legislativas es relevante porque el acceso de las mujeres a
estos órganos y su participación en la toma de decisiones son fundamentales
para hacer efectivo el derecho a participar por igual en la gobernanza
democrática. Se ha constatado que una mayor presencia femenina en las asambleas
legislativas no siempre conduce al acceso de las mujeres a los órganos de
trabajo y decisión más importantes en igualdad con los hombres. Así, el
objetivo de este artículo es analizar la participación de las mujeres en las
cámaras bajas o únicas de 17 países latinoamericanos desde dos dimensiones de
la representación: descriptiva y sustantiva. Se trata de una investigación de
carácter cuantitativo. Para estudiar la representación sustantiva se tienen en
cuenta las comisiones legislativas. Se constata que un mayor porcentaje de
mujeres ocupando un escaño no siempre se traduce en que estas ejerzan en igual
proporción las presidencias de las comisiones. También se observa que las
mujeres ocupan, sobre todo, presidencias de comisiones de reproducción. Se
concluye (1) que el acceso a cargos de representación política no se traduce
necesariamente en el ingreso igualitario a puestos de poder dentro de las
cámaras legislativas y (2) que las mujeres ocupan en menos proporción las
comisiones más importantes, manifestando que las comisiones fuertes y que mayor
poder representan siguen siendo para los hombres por la construcción de la
política y su ejercicio como androcéntrica.
Palabras clave: Comisiones, descriptiva, gobernanza, Latinoamérica, mujeres, política, representación, sustantiva.
Abstract
Studying women’s representation in
legislatures is relevant because women’s access to these bodies and their
participation in decision-making are fundamental to realising
the right to equal participation in democratic governance. It has been found
that an increased female presence in legislatures does not always lead to
women’s access to the most important working and decision-making bodies on an
equal footing with men. Thus, the aim of this article is to analyse
women’s participation in the lower or single chambers of 17 Latin American
countries from two dimensions of representation: descriptive and substantive.
The research is quantitative in nature. In order to study substantive
representation, legislative committees are taken into account. It is found that
a higher percentage of women occupying a seat does not always translate into
women holding an equal proportion of committee chairmanships. It is also
observed that women are predominantly the chairpersons of reproductive
committees. It is concluded (1) that access to positions of political
representation does not necessarily translate into equal access to positions of
power within the legislative chambers and (2) that women occupy a smaller
proportion of the most important committees, demonstrating that the strong and
most powerful committees continue to be held by men due to the construction of
politics and its exercise as androcentric.
Keywords:
Committees, descriptive, governance, Latin America, women, politics, representation, substantive.
Forma sugerida de citar:
Hernández-Gutiérrez,
J. C., Cárdenas-Arguedas, S. y Cortés-Hernández, A. K. (2023). ¿De la representación
descriptiva a la sustantiva? Mujeres y política en América Latina. Universitas XX1, 39, pp. 39-57.
https://doi.org/10.17163/uni.n39.2023.02
Introducción
Con su énfasis en la rendición de
cuentas, la transparencia, la ciudadanía inclusiva y la democracia, las
prácticas e ideas de gobernanza entrañan un gran potencial para producir un
cambio en lo que atañe a la igualdad de género. Sin embargo, no se está
aprovechando ese potencial. La igualdad de género en los espacios donde se
adoptan las decisiones es de vital importancia para empoderar a quienes han
sido excluidas de las esferas de poder debido a su sexo. Cabe destacar algunos
progresos para paliar la desigualdad de género en las instituciones de
gobernanza nacionales, como las leyes de cuotas o de paridad. Pero estas
medidas no siempre garantizan la igualdad de participación en instituciones (Brody,
2009).
Si bien es importante el aumento del
número de mujeres en las asambleas legislativas, es igualmente relevante
analizar si esta mayor presencia se traduce en representación sustantiva, es
decir, si las mujeres ocupan posiciones de liderazgo en los órganos
legislativos. En América Latina, las acciones afirmativas para incrementar la
presencia de mujeres en el Poder Legislativo comenzaron a adoptarse en la
década de 1990. En 1991, Argentina fue el primer país en implementar una ley de
cuotas bajo la denominación Ley Nacional de Cupo 24.012.1991 Modificatoria del
artículo 60 del Código Nacional Electoral. Tomando como ejemplo este país, la
adopción de esta medida afirmativa ha resultado positiva, pues el porcentaje de
mujeres parlamentarias ascendió de 5,84 % en 1991 a 44,75 % en 2023,
lo que supone un importante incremento de la representación descriptiva. En
este orden de ideas, la literatura sobre representación política femenina ha
evolucionado en las últimas décadas. Las primeras investigaciones estuvieron
asociadas a las condiciones de acceso al poder legislativo. Una vez alcanzada
cierta masa crítica en los congresos nacionales, los análisis se centran en el
accionar de las mujeres cuando consiguen sus escaños (Caminotti,
2009; Chasquetti y Pérez, 2012; Heath et al.,
2005; Johnson, 2014; Krook y Norris, 2014; Palmieri, 2011; Pérez, 2014; Rodríguez y Madera, 2016;
Rodríguez, 2011; Schwindt-Bayer, 2006, 2010; Tremblay
y Pelletier, 2000), evidenciando que el acceso de las mujeres a los órganos de
trabajo y decisión más importantes en igualdad con los hombres sigue siendo un
reto (representación sustantiva) (Aldrey, 2016;
García, 2019; Martínez y Garrido, 2010). En otras palabras, una mayor igualdad
de género en el acceso a cargos de representación política no se traduce
necesariamente en el ingreso igualitario a puestos de poder dentro de las
cámaras legislativas (Pérez, 2014; Freidenberg y
Gilas, 2020), como pueden ser las presidencias de las comisiones legislativas.
El estudio de la representación
femenina en las asambleas legislativas es relevante porque el acceso de las
mujeres a estos órganos y su participación efectiva en la toma de decisiones
son fundamentales para la realización de su derecho a la igualdad de
participación en la gobernanza democrática (ONU Mujeres, s. f.). De este modo,
las preguntas de investigación que impulsan la elaboración de este artículo son
las siguientes: ¿Una mayor presencia femenina en las cámaras bajas o únicas
conlleva que un mayor número de comisiones esté presidido por mujeres? ¿Hay una
división por género en el trabajo de las comisiones? Así, el objetivo de este
artículo es analizar la participación de las mujeres en las cámaras bajas o
únicas de 17 países latinoamericanos, desde dos dimensiones de la
representación: descriptiva y sustantiva. Para mejorar la posición de las mujeres
en los Parlamentos, es necesario analizar no solo la cantidad de escaños que
ocupan, sino también qué impacto tiene su participación. Mientras que el primer
elemento hace alusión a la representación descriptiva, el segundo se refiere a
la sustantiva (Pitkin, 1967).[1] Para estudiar este tipo de
representación se tienen en cuenta las comisiones legislativas (García, 2019;
Gutiérrez, 2021).
Las comisiones pueden definirse como
grupos de trabajo, permanentes o temporales, estructurados a partir de áreas
temáticas y constituidos por una parte de los integrantes de una asamblea
legislativa, en los que delega algunas de sus funciones con el objetivo de
promover mayor eficiencia en el desempeño de los asuntos propios de la labor
legislativa (García-Montero y Sánchez, 2002). Son varios los motivos que
justifican el estudio de las comisiones como forma de acercase a la
representación sustantiva. Las comisiones se encargan del análisis de la
legislación y ejercen funciones como las de supervisión al Gobierno y
agregación de intereses de los legisladores. Además, influyen en las políticas
públicas (Rivera, 2005). En este sentido, podría decirse que son “pequeños
congresos” (Krehbiel, 1992). Como es imposible que el
pleno del congreso discuta toda la legislación que se presenta (Cox, 2006),
salvo excepciones, la legislación se envía a las comisiones para su estudio, pudiendo
estos órganos enviarla a los plenarios para su aprobación o desestimarla. En
este proceso, los presidentes de comisiones tienen un rol fundamental, ya que
deciden los proyectos de ley que se consideran primero y postergan la discusión
de otros (Pérez, 2014). En este sentido, los legisladores que las ocupan tienen
“poderes especiales de agenda” (Alemán, 2006; Cox, 2006; Cox y McCubbins, 2005).
Analizar los patrones de distribución
de las comisiones en una legislatura permite conocer los procesos de toma de
decisiones, los intereses de las élites políticas y las relaciones de poder
entre dichas élites (Martin y Mickler, 2018). Según
los roles de género tradicionales, las comisiones, siguiendo a Skard y Haavio-Manila (1985), se
pueden clasificar en productivas, reproductivas y de preservación del sistema.
Las primeras son las relacionadas con economía, fiscalidad, industria, etc. Las
reproductivas tratan los temas de política educativa, sanidad, familia,
vivienda, etc. Por último, las de preservación del sistema se ocupan de asuntos
constitucionales, relaciones exteriores, etc. Tradicionalmente, las comisiones de
reproducción y de preservación del sistema son en las que más han participado
las mujeres, ya sea en el ámbito latinoamericano (Aldrey,
2016; García, 2019; Heath et al., 2005; Martínez y Garrido, 2010; Schwindt-Bayer, 2006, 2010) o fuera de él (Coffé et al., 2019; Pansardi
y Vercesi, 2017). No obstante, otras investigaciones
han concluido que la variable explicativa de esta desigualdad no es el sexo,
sino los años de experiencia en la asamblea legislativa (O’Brien, 2012; Palmieri, 2011) o la magnitud del distrito por el que la
legisladora o el legislador fueron electos (Chasquetti
y Pérez, 2012).
Pese a ser un tema bastante
estudiado, es importante replicar las investigaciones previas sobre
representación política femenina descriptiva y sustantiva para analizar con
datos actualizados si el hecho de que haya un mayor porcentaje de mujeres en
las cámaras bajas o únicas se traduce en que estas ocupen espacios de poder
dichas cámaras. La contribución principal de este estudio es el análisis de un
número significativo de países de América Latina, permitiendo no solo conocer
la situación en un único caso, sino la comparación y el estado de la cuestión a
nivel regional. Para alcanzar el objetivo anteriormente planteado, el artículo,
excluyendo la presente introducción, se estructura en tres apartados. En el
siguiente epígrafe se explicitan las fuentes de las cuales se extrajeron los
datos necesarios para llevar a cabo la investigación. A continuación se exponen
los resultados, aportando datos de representación descriptiva y sustantiva. Por
último, se discuten los resultados y se plantean las conclusiones.
Materiales y método
El objetivo de este artículo fue
examinar la participación de las mujeres en las cámaras bajas o únicas de 17
países latinoamericanos, desde dos dimensiones de la representación:
descriptiva y sustantiva. Se analizaron un total de 17 países de América
Latina.[2] El diseño de la
investigación fue no experimental, transversal y descriptivo. Los datos del
porcentaje de mujeres en las cámaras bajas o únicas se recuperaron de Inter-Parliamentary Union Database con fecha a enero de 2023. Por otro lado, se
estudió la representación sustantiva a través de la participación de las
mujeres en las comisiones legislativas porque, como afirma Gutiérrez (2021,
p. 50), “las comisiones son órganos de decisión dentro de las
legislaturas, por lo que estas permiten tener un proxy de la participación
sustantiva de las mujeres”; García (2019), en esta misma línea, también
entiende la presidencia femenina de comisiones como un indicador de
representación sustantiva. Se analizaron exclusivamente las comisiones
permanentes de las cámaras bajas o únicas, de cuyos sitios webs se recabaron
los datos. La composición de las comisiones puede ir cambiando a lo largo de la
legislatura, por lo que se utilizaron los datos con fecha de 21 de abril de
2023. La base de datos se compone de las siguientes variables respecto a las
comisiones: 1) país; 2) nombre de la comisión; 3) sexo de la persona que ocupa
la presidencia. En total se analizaron 394 comisiones. Tanto los datos sobre
representación de mujeres en las cámaras bajar o únicas como los referentes a
comisiones parlamentarias se recopilaron utilizando el programa Microsoft
Excel. La clasificación que se recupera para su análisis e interpretación se
refleja en la tabla 1.
Tabla 1. Clasificación
de las Comisiones Parlamentarias
Nota.
Aldrey (2016, p. 44).
Resultados
Representación descriptiva
La
representación descriptiva en los países de América Latina ha avanzado a partir
de una serie de medidas para la integración de las mujeres a la participación y
representación política en sus países respectivos. Como se mencionó
anteriormente, desde la década de los noventa, en América Latina se adoptaron
cuotas de género con el fin de terminar con prácticas patriarcales de exclusión
y de dominación de las mujeres en la vida política. “Es decir, se instauraron
mecanismos jurídicos que buscaran garantizar e incentivar la inclusión de
mujeres candidatas y, por consiguiente, mujeres en cargos de toma de decisiones
al interior de los partidos y del Estado” (Cárdenas y Cortes, 2021,
p. 25).
Las cuotas buscan lograr
representatividad y proporcionalidad, dicho de otra forma, una distribución
cuantitativa y cualitativa acorde con la conformación poblacional, de demandas,
necesidades e intereses en un Estado. No obstante, una vez implementadas, se ha
detectado que en países de América Latina la brecha de género no se reduce
directamente por esta medida, sino por otras variables que intervienen según el
contexto, como el sistema electoral del país, el orden de las mujeres en las
listas plurinominales y la distribución de las candidaturas en los distritos
electorales, e incluso los recursos que el movimiento feminista y sus actoras
interponen en tribunales electorales y sobre todo, por la falta de voluntad
política de los partidos y actores políticos (Martínez y Garrido, 2013). No se
debe perder de vista que las lógicas de ejercicio de poder siguen siendo
predominantemente patriarcales (Cárdenas, 29 septiembre de 2022).
Las acciones afirmativas,
particularmente las cuotas de género, fueron el inicio del camino para alcanzar
la paridad en distintos países. La paridad es una política pública
institucionalizada que ya se observa en países latinoamericanos como Argentina,
Bolivia, Costa Rica, México y Nicaragua. Es un hecho que ambos mecanismos jurídicos
institucionales son fundamentales para asegurar la presencia y representación
de las mujeres en las asambleas legislativas. En el gráfico 1 se puede apreciar
el porcentaje de mujeres que ocupan escaños en las cámaras bajas o únicas.
Gráfico 1. Porcentaje de
mujeres legisladoras en Cámaras Bajas o Únicas, 2023
Nota. Elaboración propia con datos de IPU Database
En el gráfico 2 se puede apreciar
que, al comparar el porcentaje de mujeres legisladoras presentes en los
congresos, se observan variaciones importantes entre sí, que pueden
clasificarse en tres grupos:
·
Grupo 1. Las mujeres
tienen como máximo el 20 % de la representación, los países de este grupo
son: Brasil (17,7 %), Guatemala (20 %) y Paraguay (18,8 %) que
se relacionan directamente con que en sus legislaciones las cuotas de género no
rebasan el 30 % y en su legislación no se establece la obligatoriedad para
su cumplimiento.
·
Grupo 2. Las mujeres
legisladoras presentan una conformación entre el 21 % al 40 % del
total de los escaños, en este grupo se aprecian el mayor número de países en
América Latina analizados, es decir 10 de 17. Estos son: Chile (35,5 %),
Colombia (28,9 %), Ecuador (38,7 %), El Salvador (27.4 %),
Honduras (27,3 %), Panamá (22,5 %),
Perú (38,8 %), República Dominicana (27,9 %), Uruguay (26,3 %) y
Venezuela (22,2 %). En este conjunto de países se observa que dos cuentan
con cuotas de género obligatorias mínimas del 30 % (Colombia y El
Salvador), mientras que cuatro con el 50 % (Ecuador, Panamá, Perú y
Venezuela). A diferencia del grupo 1, las cuotas (excepto El Salvador, Panamá y
Uruguay[3]) son obligatorias.
·
Grupo 3. Las
representantes mujeres se encuentran por encima del 40 % de la
representación política, cercanas o superando la paridad, destacan cinco
países: Argentina (44,8 %), Bolivia (46,1 %), Costa Rica
(47,4 %), México (50 %) y Nicaragua (51,6 %). Estos países
cuentan el establecimiento del principio paritario; en el caso de Bolivia,
Costa Rica y Nicaragua llevan poco más de diez años con la institucionalización
de esta política pública.
Uno de los
elementos que llaman la atención es que la mayoría de los países cuentan con
cuotas de género o en su caso paridad obligatorias, no obstante, no se
mencionan mecanismos para implementar la cuota o la paridad una vez que se hace
la repartición de escaños. Asimismo, los resultados del grupo 3 llevan a
preguntarnos: ¿por qué si en cinco países el principio paritario se encuentra
establecido jurídicamente, únicamente dos países (Nicaragua y México) tienen
una conformación paritaria en sus cámaras bajas? Por ejemplo, buscando
responder a esta interrogante, a grandes rasgos se puede sugerir que, en el
caso mexicano, lo anterior se debe al papel central que han tenido las
autoridades federales tanto administrativas (Instituto Nacional Electoral) como
jurisdiccionales (Tribunal Electoral del poder Judicial de la Federación) para
el establecimiento de Acuerdos, Resoluciones y Sentencias para regular la
paridad que van desde la conformación de las candidaturas de los partidos
políticos por bloques de competitividad en ambos principios de representación
(mayoría relativa y representación proporcional) hasta el reparto de escaños de
representación proporcional para compensar la sobrerrepresentación masculina
producto muchas veces del principio mayoritario en el sistema electoral mixto
mayoritario mexicano. Como se puede apreciar, desarrollar una explicación
detallada de cada uno de los países que explique este fenómeno implicaría otra
investigación, por lo que queda pendiente para futuras investigaciones.
En el gráfico 2 se puede apreciar el
porcentaje de legisladoras en las cámaras bajas o únicas de los 17 países
analizados y el porcentaje de mujeres presidentas de comisión. En algunos
casos, las reformas que establecen la paridad transversalizan la conformación
de las líderes de comisiones (como el caso de México), sin embargo, los
resultados señalan que únicamente Nicaragua y México (de los 17 países) tienen
50 % de presidencias de comisiones encabezadas por mujeres.
Gráfico 2. Porcentaje de mujeres legisladoras en Cámaras Bajas
o Unicamerales y presidentas de comisión, 2023
Nota. Elaboración propia con datos de IPU Database
y de los sitios webs de las cámaras bajas nacionales
A partir del
gráfico anterior, se puede advertir que Argentina tiene 16 de 46 comisiones
presididas por mujeres (34,8 %); Bolivia cuatro de 13 (30,8 %);
Brasil seis de 30 (20 %); Chile siete de 27 (25,9 %); Colombia cinco
de 15 (33,3 %); Costa Rica 12 de 21 (57,1 %); Ecuador tres de 16
(18,8 %); El Salvador ocho de 20 (40 %); Guatemala nueve de 37
(24,3 %); México 25 de 50 (50 %); Nicaragua nueve de 16 (56,3 %);
Panamá dos de 15 (13,3 %); Paraguay cinco de 31 (16,1 %); Perú diez
de 24 (41,7 %); República Dominicana cuatro de 41 (9,8 %); Uruguay
tres de 15 (20 %); Venezuela dos de 14 (14,3 %).
En siete de los 17 países, el
porcentaje de mujeres presidentas de comisión es igual o superior al de mujeres
parlamentarias, tales son los casos de Brasil, Colombia, Costa Rica, El
Salvador, México, Nicaragua y Perú. En cambio, en tres de los 17 países el
porcentaje de mujeres presidentas de comisión es apenas la mitad (o menos) del
de mujeres parlamentarias, estos son Ecuador, Panamá y República Dominicana.
Representación sustantiva
Un análisis de la representación
política de las mujeres implica no solamente contabilizarlas numéricamente,
sino que implica considerar su ejercicio de poder político, la representación
sustantiva, para esto a continuación se analizan el número de mujeres que
presiden comisiones y qué tipo de comisiones (reproducción, producción y
preservación) suelen presidir.
Tabla 2. Clasificación de comisiones lideradas por mujeres
en 17 países, 2023
Nota.
Se marcan en negritas los porcentajes más altos por país. Elaboración propia
con datos de IPU Database y de los sitios webs de las
cámaras bajas nacionales; clasificación de acuerdo con Skard
y Haavio-Manila (1985).
De acuerdo con la clasificación de Skard y Haavio-Manila (1985), en
la tabla 2 se muestran los resultados de los congresos en los 17 países
analizados. En resumen son los siguientes:
·
Hay una tendencia
mayoritaria donde las mujeres que presiden comisiones, lo hacen en aquellas
catalogadas como de “reproducción”, tales son los casos de 11 países como
Argentina (17,4 %), Bolivia (23,1 %), Brasil (10 %), El Salvador
(20 %), Guatemala (10,8 %), México (32 %), Panamá (13,3 %),
Perú (20,8 %), República Dominicana (7,3 %), Uruguay (13,3 %) y
Venezuela (13,3 %).
·
Chile y Colombia
comparten un porcentaje empatado entre las comisiones clasificadas como de
“reproducción” y “producción”, Chile con 11,1 % y Colombia con
13,3 %.
·
Ecuador es el único país
que cuenta con porcentajes iguales en las tres categorías, con 6,3 % cada
una.
·
Todas las comisiones
donde lideran mujeres en Panamá y Venezuela pertenecen a la clasificación de
“reproducción”, por lo que no hay ninguna en las comisiones que se consideran
más importantes, como las de producción.
·
El único país que
concentra el porcentaje más elevado en las comisiones lideradas por mujeres
catalogadas como “producción”, es Costa Rica. Este país, además, cuenta con el
57,1 % de presidentas en las comisiones.
·
Nicaragua posee el
porcentaje más elevado en las comisiones lideradas por mujeres catalogadas como
“preservación” con el 31,3 %, aunque no cuenta con ninguna comisión clasificada
como “producción”. También es necesario recordar que este Estado tiene al
56,3 % de presidentas en sus comisiones.
Por último, es interesante señalar
que estos dos últimos países son los únicos donde las mujeres presiden la
mayoría de comisiones y en ambos casos, sus clasificaciones no están mayormente
en “reproducción” sino en alguna de las otras categorías.
Conclusiones y
discusión
Esta investigación ha tratado de
examinar si una mayor presencia femenina en las cámaras bajas o únicas conlleva
que un mayor número de comisiones esté presidido por mujeres. También ha
explorado si hay una división por género en el trabajo de las comisiones. Así,
el objetivo inicialmente planteado fue analizar la participación de las mujeres
en las cámaras bajas de 17 países latinoamericanos, desde dos dimensiones de la
representación: descriptiva y sustantiva (Pitkin, 1967).
En este sentido, los resultados muestran, por un lado, que una mayor
representación descriptiva no se traduce necesariamente en un porcentaje más
elevado de mujeres ocupando puestos de poder dentro de las asambleas
legislativas. Por otro lado, los resultados indican que las mujeres presiden
mayormente comisiones de reproducción, siendo este el caso de 11 de los 17
países analizados.
En cuanto a la comparación de la
representación descriptiva entre los 17 Estados analizados, cabe comentar una
serie de hallazgos. En primer lugar, los países que tienen un máximo del
20 % de mujeres en las cámaras bajas o únicas cuentan con leyes de cuotas
que no rebasan el 30 % y no establecen la obligatoriedad para su
cumplimiento (Brasil, Guatemala y Paraguay). Este resultado coincide con la
literatura previa, que señala que para la efectividad de las cuotas es
necesario que exista una sanción en caso de incumplimiento (Hernández-Gutiérrez,
2022; Slaviero, 2021; Tula, 2015). Por otro lado, en
buena parte de los países donde las mujeres integran más del 40 % de los
congresos se encuentra establecido el principio de paridad (Argentina, Bolivia,
Costa Rica, México y Nicaragua), hallazgo que pone de relieve la importancia de
este tipo de medidas para avanzar hacia una mayor representación descriptiva
femenina en las asambleas legislativas.
Cuando se compara el porcentaje de
mujeres en los escaños con aquellas que presiden comisiones en el congreso, se
advierte que solo siete de los 17 países tienen una conformación de mujeres
líderes de comisiones igual o superior al de mujeres parlamentarias (Brasil,
Colombia, Costa Rica, El Salvador, México, Nicaragua y Perú). En cambio, en
tres países, Ecuador, Panamá y República Dominicana, el porcentaje de mujeres
presidentas de comisión solo alcanza la mitad (o menos) del de mujeres
parlamentarias. Este hallazgo sugiere que el acceso a cargos de representación
política no se traduce necesariamente en el ingreso igualitario a puestos de
poder dentro de las cámaras legislativas, como pueden ser las presidencias de
las comisiones (Pérez, 2014; Freidenberg y Gilas,
2020).
Estudiar el ejercicio de poder de las
mujeres y en este caso la representación sustantiva de estas, a través del
número de mujeres en presidencias de comisiones, arroja que las mujeres
continúan presidiendo, en su mayoría, las comisiones de “reproducción”, es
decir, aquellas relacionadas con los roles y estereotipos del género femenino,
hallazgo que coincide con investigaciones previas (Aldrey,
2016; García, 2019; Heath et al., 2005; Martínez y Garrido, 2010; Schwindt-Bayer, 2006, 2010). Esto demuestra que las mujeres
son colocadas en menos proporción en las comisiones más importantes y que más
presupuestos reciben, en este caso las de “producción”, manifestando que las
comisiones fuertes y que mayor poder representan en los congresos nacionales
siguen siendo para los hombres por la construcción de la política y su
ejercicio como androcéntrica (Cárdenas y Cortés, 2021).
No obstante, es necesario profundizar
en los motivos por los cuales las mujeres no ocupan presidencias de comisión en
el mismo porcentaje que se encuentran representadas en los congresos y por qué
en su mayoría ocupan la presidencia de un determinado tipo de comisiones, ya
que investigaciones previas encontraron que no es el sexo la variable
explicativa de estos fenómenos, sino el tamaño del distrito por el que la
legisladora o el legislador fueron electos (Chasquetti
y Pérez, 2012), el tipo de sistema electoral (Matland
y Studlar, 1996; Shugart,
2008) o los años de experiencia en la asamblea legislativa (O’Brien, 2012; Palmieri, 2011). En este último caso, no se niega que es
una realidad que las mujeres llevan menos años como legisladoras, a pesar de
tener derechos políticos desde el siglo pasado. Sin embargo, delimitar la
explicación al hecho de la falta de experiencia implica dejar de observar la
predominancia de las prácticas patriarcales que siguen impidiendo el acceso y
ejercicio del poder político de las mujeres.
La representación sustantiva es una
lógica que nos lleva a analizar la acción de quiénes nos representan y a
quiénes representan, es la “introducción de prioridades y de una agenda
legislativa específica por parte de aquellos elegidos para los puestos
representativos” (Pitkin, 1967, p.152). Es necesario
mencionar que la agenda específica de los representantes tendría que estar
relacionada con las necesidades e intereses de las personas que los eligieron,
por ejemplo, la representación sustantiva para las mujeres supondría una mayor
presencia de sus intereses, la defensa de sus derechos y la garantía de su
cumplimiento, en la agenda legislativa. Sin embargo, hay discusiones
interesantes sobre si las mujeres cuando llegan a los cargos de representación
deberían priorizar las demandas de las mujeres o en su caso las demandas
feministas. Frente a esto se considera que más allá de las agendas particulares
o generales de cada una de estas representantes, lo que implicaría una lógica
democrática y de justicia es que estas mujeres, primero tengan ejercicio de
poder y segundo que ejerzan el poder con las mismas oportunidades que los
hombres, y sobre todo bajo las mismas condiciones y libres de violencia por su
condición genérica.
Si la democracia
nació incompleta, sin la participación y representación política de la mitad de
la población, el diseño y rediseños institucionales, a través del
establecimiento de mecanismos jurídicos para compensar lo que desde un inicio
fue desigual, es una cuestión de justicia, ni más ni menos. Poco se podrá
avanzar si este camino de la formalidad no se acompaña de la erradicación de
esas prácticas violentas y patriarcales, sin un cambio en las reglas
informales, la cultura política, esas de la práctica política. Es una realidad
que las democracias seguirán incompletas, mientras que las mujeres sigan sin
ejercer realmente el poder, tomar decisiones para el conjunto de la sociedad.
Para concluir, futuras
investigaciones podrían superar algunas de las limitaciones de este artículo y
tener en cuenta datos longitudinales para analizar la posición de las mujeres
dentro de las asambleas legislativas en cada uno de los países seleccionados.
De este modo se podrían observar las variables que inciden en el desigual
reparto de poder entre hombres y mujeres una vez que acceden a los parlamentos.
Por último, convendría ampliar este estudio desde un enfoque cualitativo,
considerando las agendas temáticas y las estrategias de las mujeres como
representantes de las comisiones parlamentarias.
Referencias
bibliográficas
Aldrey Calvo, S. M. 2016.
Ley de Cuotas y distribución de poder en las Comisiones Lesgislativas de América Latina [Tesis Doctoral,
Universidad Complutense de Madrid]. https://bit.ly/3rWXsJx
Alemán,
E. 2006. Policy gatekeepers in Latin American legislatures. Latin
American Politics & Society, 48(3), 125-155.
https://doi.org/10.1111/j.1548-2456.2006.tb00358.x
Brody,
A. 2009. Género y gobernanza. Informe general. BRIDGE/IDS,
Institute of Development Studies. https://bit.ly/47ef182
Caminotti, M. 2009.
Género e
instituciones políticas en escenarios federales: interrogantes y líneas de
investigación. Prácticas de oficio. Investigación y
reflexión en Ciencias Sociales, (4), 1-8. https://bit.ly/45c2xwd
Cárdenas
Arguedas, S. 29 septiembre de 2022. ¿Por qué necesitamos
feminismo? México Social. La cuestión social en México.
https://bit.ly/44MUGW1
Cárdenas Arguedas, S., y Cortés Hernández, A. K. 2021.
Reformas en materia de representación política en México: paridad en todo y
violencia política contra las mujeres en razón de género. En S. Cárdenas
Arguedas, R. Zavala Hernández y M. Tagle Martínez (coords.),
Perspectiva de género en México: Cámara de Diputados y
Diputadas, Legislatura LXIV (2018-2021). Una visión multidisciplinaria (pp. 23-44).
Cámara de Diputados. https://bit.ly/3rJnD6q
Chasquetti, D., y Pérez,
V. 2012. ¿Mujeres en los márgenes?: sistema de comisiones y poder de asignación en
el Parlamento uruguayo. Revista de Ciencia Política, 32(2), 383-409. https://doi.org/10.4067/S0718-090X2012000200003
Coffé, H., Bolzendahl, C., y Schnellecke, K. 2019. Parties, issues, and power: women’s
partisan representation on German parliamentary committees. European
Journal of Politics and Gender, 2(2), 275-281.
https://bit.ly/478W3Qr
Cortés
Hernández, A. K. 2023. La representación política de las
mujeres en México: Cámara de Diputados y Diputadas, LXIV Legislatura
(2018-2021) [Tesis de Licenciatura, Universidad Nacional Autónoma de México].
https://bit.ly/3DBXj0J
Cox,
G. 2006. The organization of democratic legislatures. En B. Weingast y D.
Wittman (eds.), The Oxford Handbook of Political Economy
(pp. 141-161). Oxford University Press.
Cox,
G., y McCubbins, M. D. 2005. Setting the agenda. Responsible
party government in the US House of Representatives. Cambridge
University Press.
Freidenberg,
F., y Gilas, K. 2020. ¡Ellas tienen los escaños, ellos el poder! Representación
legislativa de las mujeres en el estado de Morelos. Revista
Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 65(240),
327-358. https://doi.org/10.22201/fcpys.2448492xe.2020.240.72869
García
Méndez, E. 2019. Representación política de las mujeres en los Congresos
subnacionales en México. Un modelo de evaluación. Estudios
Políticos, (46), 73-98. https://bit.ly/3DC95bB
García-Montero, M., y Sánchez López, F. 2002.
Las comisiones legislativas en América Latina: una
clasificación institucional y empírica (Documento de trabajo No. 212). Institut de Ciències Polítiques i Socials. https://bit.ly/3OCZ9Vm
Gutiérrez
Dávila, G. 2021.
La presencia y participación de las mujeres en las
legislaturas locales en México después de la instrumentación de la regla de
paridad [Tesis de Doctorado, Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla]. https://bit.ly/3qfKhD2
Heath,
R., Shwindt-Bayer, L., y Taylor-Robinson, M. 2005. Women
on the Sidelines: Women’s Representation on Committees in latin
American Legislatures. American Journal of Political Science,
49(2), 420-436. https://doi.org/10.1111/j.0092-5853.2005.00132.x
Hernández-Gutiérrez,
J. C. 2022. Los efectos del sistema electoral sobre las cuotas de género
en Brasil y Perú. Apuntes Electorales, 21(67), 81-99. https://doi.org/10.53985/ae.v21i67.840
Inter-Parliamentary
Union Database (s. f.). Historical data on women in national parliaments. https://bit.ly/3OBJfe4
Johnson,
N. 2014. La bancada femenina en Uruguay: un ‘actor crítico’ para la representación
sustantiva de las mujeres en el parlamento. América
Latina Hoy, 66, 145-165. https://doi.org/10.14201/alh201466145165
Krehbiel,
K. 1992. Information and Legislative Organization. The
University of Michigan Press.
Krook,
M., y Norris, P. 2014. Beyond Quotas: Strategies to Promote Gender Equality in
Elected Office. Political Studies, 62, 2-20. https://bit.ly/47f9RsO
Martínez,
Mª. A., y Garrido, A. 2010. De la política de la presencia a la
política de la diferencia. Representación de las mujeres en cuatro parlamentos
nacionales (México, Chile, Argentina y Uruguay) (Documentos CIDOB
América Latina No. 32). Fundación CIDOB.
Martin,
S., y Mickler, T. 2018. Committee assignments. Theories, causes and
consequences. Parliamentary Affairs, 72(1), 77-98. https://doi.org/10.1093/pa/gsy015
Matland, R. E., y Studlar, D. T. 1996. The Contagion of Women Candidates in
Single-Member District and Proportional Representation Electoral Systems:
Canada and Norway. The Journal of Politics, 58(3). https://doi.org/10.2307/2960439
O’Brien,
D. 2012. Gender and select committee elections in the British House of Commons.
Politics & Gender, 8(2),
178-204. https://doi.org/10.1017/S1743923X12000153
ONU
Mujeres (s. f.). Liderazgo y participación política. https://bit.ly/3rJpqsa
Palmieri,
S. 2011. Parlamentos sensibles al género. Una reseña global de buenas
prácticas. Unión Interparlamentaria. https://bit.ly/3q9vDNG
Pansardi, P., y Vercesi, M. 2017. Party gate-keeping and women’s
appointment to Parliamentary Committees: evidence from the italian
case. Parliamentary Affairs
, 70(1), 62-83. https://doi.org/10.1093/pa/gsv066
Pérez,
V. 2014. Asignación partidaria y especialización: las legisladoras en el sistema
de comisiones de la Cámara de Diputados de Argentina. Revista
Uruguaya de Ciencia Política, (23), 165-184. https://bit.ly/3QiSv84
Pitkin,
H. F. 1967. The concept of representation. University
of California Press.
Rivera,
J. 2005. Cambio institucional y democratización: la evolución de las comisiones en
la Cámara de Diputados de México. Política y gobierno,
11(2), 263-313. https://bit.ly/47e7oPe
Rodríguez, A. 2011. ¿Quién
promueve la igualdad en los Parlamentos? En A. L. Rodriguez
Gustá (ed.), Experiencias de
bancadas, comisiones, unidades técnicas y
grupos mixtos en América Latina y el Caribe.
Área Práctica de Género del PNUD.
Rodríguez,
A., y Madera, N. 2016. Más allá del recinto legislativo. Estrategias
colectivas para una agenda de género en América Latina y el Caribe. Sociologías, 18(42), 356-382. https://dx.doi.org/10.1590/15174522-018004222
Schwindt-Bayer,
L. 2006. Still supermadres? Gender and policy
priorities of Latin American legislators. American
Journal of Political Science
, 50(3), 570-585. https://doi.org/10.1111/j.1540-5907.2006.00202.x
Schwindt-Bayer,
L. 2010. Political power and power representation in Latin
America. Oxford University Press.
Shugart,
M. S. 2005. Comparative electoral systems research: the maturation of a field
and new challenges ahead. En M. Gallagher y P. Mitchell (eds.), The politics of electoral systems (pp. 25-57). Oxford Univeristy Press.
Skard, T., y Haavio-Manila,
E. 1985. Women in Parliament. En E. Haavio-Manila
(ed.), Unfinished democracy: women in nordic
politics. Pergamon Press.
Slaviero,
V. 2021. Mujeres al mando: Cuotas de género y representación descriptiva de las
mujeres en América Latina. Asparkía: investigació feminista, (38), 17-39. https://doi.org/10.6035/Asparkia.2021.38.2
Tremblay,
M., y Pelletier, R. 2000. More feminists or more women? Descriptive and
substantive representation of women in the 1997 Canadian Federal Election. International Political Science Review, 21(4),
381-405. https://bit.ly/3rVA676
Tula,
M. I. 2015. Mujeres
y política. Un panorama sobre la adopción de las cuotas de género y sus efectos
en América Latina y Colombia. Revista Opera, (16), 9-33. https://doi.org/10.18601/16578651.n16.03
Notas
[1] “En la representación sustantiva, las y los representantes aceptan una responsabilidad en la que deben dejar de actuar por sí mismos y comienzan a actuar por sus representadas y representados; aunque, esta expresión puede entenderse de dos maneras: ‘por un lado, puede significar actuar en vez de; por otro lado, puede significar actuar en beneficio de; o puede querer decir las dos cosas al mismo tiempo’ (Pitkin, 1967, pp. 137-138), pero será el contexto es lo que determinará la diferencia de su ejecución. Para Pitkin (1967), la representación descriptiva y simbólica abordan, como objeto inanimado, al representante y, en términos prácticos de su ejercicio, son omisas en sus funciones, porque lo prioritario es cómo se les considera, su semejanza y características, no lo que hacen o no hacen. Por lo que se pregunta: ¿qué significa realmente en la práctica? El concepto de lo sustantivo se refiere precisamente a ‘la perspectiva articulada de la representación como actividad’ (Pitkin, 1967, pp. 124-125). Las ideas de sustitución, de cuidar de, de actuar en interés de o actuar como subordinado no son suficientes para la idea de representación que ella desarrolla” (Cortés, 2023, pp. 33-34).
[2] Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. No se pudo acceder a todos los datos de Honduras y Haití.
[3] El Salvador (cuota de 30 %, no establece obligatoriedad o castigo al incumplimiento), Panamá (garantía de paridad pero no hay sanción, ni explícita obligatoriedad) y Uruguay no tienen cuota ni obligatoriedad explícita.