ISSN impreso: 1390-3837 / ISSN electrónico: 1390-8634, UPS-Ecuador, No. 41, marzo-agosto 2025, pp. 111-140.
https://doi.org/10.17163/uni.n42.2025.05
Problemática habitacional en La Matanza:
un análisis de las urbanizaciones informales
desde las sensibilidades sociales
Housing problems in La Matanza: an analysis of informal
settlements from the perspective of social sensitivities
Florencia Bareiro Gardenal
areiro@unlam.edu.ar
https://orcid.org/0000-0002-6682-936X
Universidad Nacional de La Matanza, Comisión de Investigaciones Cientícas, Argentina
https://ror.org/01bmj8t37
Recibido: 07/12/2024 Revisado: 30/01/2025 Aceptado: 24/02/2025 Publicado: 01/03/2025
Cómo citar: Bareiro Gardenal, F. (2025). Problemática habitacional en La Matanza: un análisis de las
urbanizaciones informales desde las sensibilidades sociales. Universitas
XX1, 42, pp. 111-140. https://doi.org/10.17163/uni.n42.2025.05
Resumen
Este artículo tiene como objetivo describir y analizar las urbanizaciones informales del partido de La
Matanza, —ubicado en Buenos Aires, Argentina— distinguiendo las características que presentan en
cada zona o “cordón” en la que se segmenta para el estudio de sus condiciones socio-económicas y las
desigualdades que presenta. También, se busca abordar algunas sensibilidades sociales en tanto prácticas
cognitivo-afectivas que se estructuran allí congurando modos de ser, sentir, pensar y actuar. Este abor-
daje se realizará a partir de una estrategia metodológica que combina datos cualitativos —entrevistas
semiestructuradas a personas que integran organizaciones de la sociedad civil relacionadas a la proble-
mática habitacional en La Matanza— y datos secundarios cuantitativos, desde un relevamiento realizado
por Registro Nacional de Barrios Populares.
Se busca problematizar sobre las implicancias de estudiar a las urbanizaciones informales a partir de un
recorrido teórico y de antecedentes sobre el tema. A partir de diferentes denominaciones utilizadas des-
de la literatura latinoamericana como asentamientos, villas, favelas, campamentos y anglosajona como
“slums” se coinciden en la descripción de territorios que tienen en común la vinculación con diferentes
tipos de informalidades, precariedades, riesgos y vulnerabilidades en un contexto ligado a la pobreza.
Palabras clave
Urbanizaciones, informalidad, sensibilidades, emociones, vivienda, asentamientos, villas, La Matanza.
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
Abstract
The aim of this article is to describe and analyse the informal urbanisations of the La Matanza district,
located in Buenos Aires, Argentina, distinguishing the characteristics of each zone into which it is seg-
mented in order to study its socio-economic conditions and the inequalities it presents. It also seeks to
address some social sensitivities as cognitive-affective practices that are structured there, conguring
ways of being, feeling, thinking and acting. This approach will be based on a methodological strategy
that combines qualitative data - in-depth interviews with civil society organisations related to the hou-
sing problem in La Matanza - and quantitative secondary data from a survey carried out by the National
Registry of Popular Neighbourhoods (Registro Nacional de Barrios Populares).
It seeks to problematise the implications of studying informal urbanisations from a theoretical and bac-
kground analysis of the subject. From different denominations used in Latin American literature such as
asentamientos, villas, favelas, campamentos and in English as ‘slums’, we coincide in the description
of territories that have in common the link with different types of informality, precariousness, risks and
vulnerabilities in a context linked to poverty.
Keywords
Settlements, informality, sensitivities, emotions, housing, slums, shanty towns, La Matanza.
Introducción
La problemática habitacional reere a las posibilidades desiguales en el
acceso y uso de la vivienda que tienen las personas, así como las condicio-
nes de habitabilidad en relación con la calidad de los servicios básicos, la
cercanía o lejanía con fuentes de trabajo, hospitales, instituciones educativas,
transporte, lugares de esparcimiento, espacios verdes, arroyos y ríos, basu-
rales, industrias contaminantes, etc. Es decir, incluye a la vivienda, su entor-
no y sus conexiones con el territorio (caminos, calles, rutas, infraestructura
que lo rodea con otros barrios y ciudades) que estructuran modos de vivir,
moverse y apropiarse del espacio (Lefebvre, 2017). Esta denición persigue
una mirada sociológica que se vincula con la teoría de la estructuración de
Giddens (2003) que implica abordar los modos en el que la estructura social
habilita o restringe la acción de las personas y da cuenta del modo en el que
113
Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
se logra ligar tiempo y espacio, así como los principios de organización de
la vida en base con estos parámetros.
En diálogo con esto, introducimos un concepto desde la sociología de los
cuerpos/emociones denominado políticas de las sensibilidades que se cris-
talizan en este proceso de estructuración social (Scribano, 2009). Estas son
prácticas sociales cognitivo-afectivas tendientes a la producción, gestión y
reproducción de horizontes de acción, disposición y cognición que reeren a:
i) la organización de la vida cotidiana (día-a-día, vigilia/sueño, comida/ abs-
tinencia, etc.); ii) las informaciones para ordenar preferencias y valores (ade-
cuado/inadecuado; aceptable/inaceptable; soportable/insoportable); y iii) los
parámetros para la gestión del tiempo/espacio (desplazamiento/emplazamien-
to; murallas/puentes; infraestructura para la valorización del disfrute). (Scri-
bano y De Sena, 2019, p. 53)
Teniendo en cuenta esta mirada teórica, y como parte de un trabajo que
busca aportar al estudio sobre la problemática habitacional, nos proponemos
como objetivo describir y analizar las urbanizaciones informales del partido
de La Matanza, —ubicado en Buenos Aires, Argentina— distinguiendo las
características que presentan en cada zona o “cordón” en la que se segmenta
para el estudio de sus condiciones socio-económicas y las desigualdades que
presenta. También, se busca abordar algunas sensibilidades que se estructu-
ran allí congurando modos de ser, sentir, pensar y actuar (Scribano, 2010).
Este abordaje se realizará a partir de una estrategia metodológica que com-
bina datos cualitativos —entrevistas en profundidad a organizaciones de la
sociedad civil relacionadas a la problemática habitacional en La Matanza—
y datos secundarios cuantitativos, desde un relevamiento realizado por Re-
gistro Nacional de Barrios Populares (2023).
Para comenzar a describir la problemática habitacional en este territo-
rio especíco, primero mencionamos algunos datos a escala nacional y lue-
go vamos a profundizar en lo local. En Argentina, según datos del Instituto
Nacional de Estadística y Censos, al primer semestre de 2024 retomando la
Encuesta Permanente de Hogares, el 52,9 % de la población se encuentra
en condición de pobreza; el 14,5 % posee condiciones de vida parcialmente
insuciente y el 8,2 % insuciente; solo el 49,5 % de la población accede a
los tres servicios básicos (agua corriente, gas de red y desagües cloacales);
el 5,6 % habitan cerca de basurales y el 9,1 % en zonas inundables. Respec-
to a la calidad de los materiales de la vivienda, el 14,5 % de las personas
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posee parcialmente insuciente y el 8,2 % insuciente, y sobre las condicio-
nes de hacinamiento el 77,6 % representa a menos de 2 personas por cuarto,
el 18,6 % de 2 a 3 personas por cuarto y el 3,7 % a más de 3 personas por
cuarto (hacinamiento crítico) (INDEC, 2024). Asimismo, según el Registro
Nacional de Barrios Populares (2023) se relevaron en todo el país 6467 ur-
banizaciones informales que incluyen villas, asentamientos y conjuntos ha-
bitacionales degradados.
La Matanza es un municipio que integra el aglomerado urbano deno-
minado como Gran Buenos Aires, cuenta con una supercie total de 325,71
km2, 1 837 774 habitantes, un total de 577 276 viviendas particulares y está
dividido en 16 localidades. El índice de Necesidades Básicas Insatisfechas
es del 12 %: de un total de 484 909 hogares, 58 053 tienen necesidades bási-
cas insatisfechas. Presenta una profunda segmentación y segregación socio-
espacial que divide al territorio en tres zonas o cordones diferenciados en
cuanto a sus características socio-habitacionales, económicas, ambientales
y culturales, donde a medida que se aleja de la Ciudad Autónoma de Bue
-
nos Aires (CABA) se presentan mayores condiciones de vulnerabilidad y
precariedad (PELM, 2005, De Sena, 2019). En este territorio, el décit ha-
bitacional (cualitativo y cuantitativo) afecta a 331 420 hogares (Di Virgilio
y Serrati, 2019) y, dentro del mismo, es mayor la cantidad de viviendas que
presentan situaciones de décit cualitativo (ampliación/mejoras) que el cuan-
titativo (viviendas irrecuperables). Asimismo, el acceso a servicios básicos e
infraestructura de los barrios relacionados directamente con la habitabilidad,
la salud y la calidad de vida de la población se presenta de forma desigual en
el territorio donde las mejores situaciones se encuentran en el primer cordón
y las peores en el segundo y tercero (De Sena y Bareiro Gardenal, 2019). En
la Matanza se registraron 163 urbanizaciones informales (RENABAP, 2023).
La estrategia argumentativa de este artículo se estructura de la siguiente
manera: el primer apartado desarrollará una problematización teórica y una
revisión de antecedentes sobre las urbanizaciones informales. El siguiente
apartado se dedicará a algunas aclaraciones metodológicas, para luego pre-
sentar el análisis de los datos. Este análisis se dividirá en dos secciones: pri-
mero, una descripción general de La Matanza en relación con la problemática
habitacional; y luego, un enfoque especíco por cada cordón, con el objeti-
vo de profundizar en las sensibilidades relativas a los barrios en cada caso.
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Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
Un recorrido teórico posible para problematizar
sobre las urbanizaciones informales
Si se busca realizar una conceptualización sobre urbanizaciones infor-
males es necesario comenzar deniendo lo urbano en tanto “perteneciente
o relativo a la ciudad y, por extensión, a otros núcleos de población” (RAE,
2024). Autores clásicos del norte global como Lefebvre (2017), —desde una
perspectiva sociológica y losóca— y Harvey (1977) —desde una que in-
corpora lo geográco y económico— abordaron la problemática urbana, la
noción de ciudad y del derecho a la ciudad, las desigualdades sociales aso-
ciadas a la planicación y producción del espacio. Para Lefebvre (2017) es
esencial partir desde el concepto de “habitar” ya que la ciudad “es forma y
envoltura de este lugar de vida ‘privada’” (p. 83). Desde este enfoque se con-
duce de lo particular a lo general y se destaca la vida cotidiana, sus ritmos,
sus ocupaciones y su organización espacio-temporal. Para Harvey (1977)
“toda teoría general de la ciudad ha de relacionar, de algún modo, los proce-
sos sociales en la ciudad con la forma espacial que la ciudad asume” (p. 6).
En términos de Cervio (2020), desde una mirada estructural sobre la se-
gregación socio-espacial y de la intensicación de las condiciones de pobreza,
las políticas de las sensibilidades, en su operación cotidiana y desapercibida,
“erigen un conjunto de muros (“mentales” y “de concreto”) en torno de los
cuales las ciudades quedan fragmentadas, propiciando la emergencia de una
compleja articulación de prácticas, experiencias y conictos” (p.138). Espe-
cícamente, si se observan las segmentaciones y segregaciones socioespacia-
les que se producen en las ciudades, quedan en evidencia sectores poblados
por sujetos que vivencian en su cotidianeidad la fragilidad de este sistema,
la falta, la precariedad, la clandestinidad e informalidad.
Siguiendo a Lefebvre (2017) el fenómeno de la segregación se podía ana-
lizar según diferentes criterios:
Ecológicos (chabolas, barrios pobres, podredumbre del corazón de la ciudad),
formales (deterioro de los signos y signicados de la ciudad, degradación de
lo urbano por fragmentación de sus elementos arquitectónicos) o sociológicos
(niveles y modos de vida, etnias, culturas y subculturas. (p. 116)
La segregación, que Lefebvre describía en París de 1967, tendería a po-
tenciar sus resultados en relación con impedir “la protesta, la oposición y la
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acción” ya que se dispersa espacialmente a quiénes otrora participarían (la
clase obrera, según el autor).
En los barrios populares que en otras décadas se identicaban con los
barrios obreros según Garnier (2015), se podían trazar sociabilidades ligadas
al trabajo dada la proximidad entre las fábricas y las viviendas, así como la
participación en expresiones políticas y culturales de resistencia. El mismo
autor hace referencia a que uno de los objetivos fundamentales de la política
urbanística fue “expulsar a las clases populares hacia la periferia y organizar
su dispersión espacial” (Garnier, 2015, p. 39) a partir de la planicación ur-
bana y la especulación inmobiliaria. De esta forma, a la marginación socioe-
conómica se sumó la marginación socioespacial.
En Argentina, siguiendo a Cervio (2020), desde mediados del siglo XX
los territorios prototípicos de la pobreza y la vulnerabilidad social son las
villas y asentamientos informales. Según Alcalá (2007), desde la década de
1970 se inició un proceso progresivo e ininterrumpido de ocupaciones ilegales
tanto en terrenos scales como privados que iniciaban el proceso de urbani-
zación con la construcción de una vivienda mínima precaria y la subdivisión
irregular del suelo. La dotación de infraestructuras era en primer lugar clan-
destino y luego podían registrarse consolidaciones a partir de construcciones
domiciliarias que se regularizaban. Estas urbanizaciones estaban conectadas
por alguna vía de acceso que permitían la vinculación y abastecimiento con
el resto de la ciudad o estaban al lado de algunas de las urbanizaciones an-
teriores y desde ellas se realizaba la extensión de las primeras infraestructu-
ras. En peores casos, se encontraban en áreas vulnerables a inundaciones y
contaminación, junto a lagunas, bordes del río (“camino del sirga”), tosque-
ras, basurales, etc.
Algunos de estos asentamientos con el tiempo iniciaban un proceso de
regularización dominial y mejora urbana que eran lentos y en general, que-
daban inconclusos. Además, según la autora en estos procesos:
… pueden llegar a legalizarse vías con anchos insucientes tanto para la ex-
tensión futura de determinadas infraestructuras como para el ingreso de ve-
hículos, lotes con anchos y supercies menores a la reglamentaria, lotes sin
salida directa a calle pública, etc. Es por ello que estos procesos, si bien su-
ponen una mejora signicativa fundamentalmente en lo que respecta a la se-
guridad jurídica, difícilmente garanticen que con el tiempo estos barrios pue-
dan alcanzar niveles urbanos y residenciales deseables. (Alcalá, 2007, p. 45)
117
Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
La autora reere especícamente al caso de la ciudad de Resistencia en
la provincia de Chaco, pero considera que estas situaciones son extensivas a
la mayor parte de las ciudades argentinas y de otros países del sur global. En
el caso de Chile, tomando el trabajo de Campos-Knothe, (2025), los asen-
tamientos informales —denominados desde los años 70 como “campamen-
tos”— se caracterizan por la falta de acceso a servicios y por la ocupación
de áreas expuestas a riesgos y desastres ambientales. La denición que la
autora toma basándose en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile
(MINVU) es la siguiente:
Un campamento se dene como un asentamiento de ocho o más hogares que
habitan en viviendas precarias que se encuentran agrupadas y contiguas, que
no poseen tenencia regular del terreno que ocupan y carecen al menos de uno
de los tres servicios básicos, vale decir, agua potable, electricidad y alcanta-
rillado. (Campos-Knothe, 2025, p.164)
Además, según los datos de ese mismo ministerio entre el 2011 y el 2020
los campamentos en Chile crecieron en un 22 % lo que equivale a 145 asen-
tamientos nuevos en casi diez años (Campos-Knothe, 2025). El aumento de
urbanizaciones informales en los últimos años es algo coincidente en varios
países de América Latina y de otros continentes como África y Asia (UN-Ha
-
bitat, 2022).
1
Siguiendo a Kovacic (2022), quien analiza los casos de Brasil y
Sudáfrica, la persistencia de la informalidad se puede vincular a las políticas
sociales que se aplican sobre “barrios marginales” (slums, favelas) que no
conducen a su disminución, sino que producen formas nuevas y adaptables
de informalidad que tienden a su reproducción.
Retomando a Cervio (2020) “el impacto social, económico, ambiental y
estético que estas urbanizaciones tienen sobre la trama urbana es innegable,
dando lugar a diferentes intervenciones del Estado, así como del mercado
inmobiliario” (p. 143). Se puede mencionar como una de estas intervencio-
nes al Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración
Urbana (RENABAP), creado en 2017 entre el Estado Nacional y diversas
organizaciones sociales. A partir de este primer relevamiento se detectó la
1 Según datos de UN-Habitat (2022) más de 1000 millones de personas viven en barrios precarios y
asentamientos informales en todo el mundo, pero su prevalencia es mayor en tres regiones que alber-
gan alrededor del 85 %: centro y sur de Asia (359 millones), este y sudeste de Asia (306 millones) y
África subsahariana (230 millones).
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existencia de más de 4000 barrios populares en todo el país y también se
instituyó el Certicado de Vivienda Familiar como un documento suciente
para acreditar la existencia y veracidad del domicilio, a los efectos de rea-
lizar diversos trámites: solicitar la conexión de servicios tales como agua
corriente, energía eléctrica, gas y cloacas; solicitar prestaciones de salud,
previsionales y educativas; realizar peticiones ante los organismos públi
-
cos; solicitar la clave única de identicación tributaria y/o la clave única
de identicación laboral (Brizuela y Campana, 2020).
El relevamiento mantiene actualizaciones desde su creación y existe
un Manual para la conformación y actualización del Registro Nacional de
Barrios Populares (2023) que dene a estos como barrios comúnmente lla-
mados villas o asentamientos que se constituyeron mediante diversas estra-
tegias de ocupación del suelo y que presentan diferentes grados de preca-
riedad y hacinamiento, un décit en el acceso formal a los servicios básicos
y una situación dominial irregular en la tenencia del suelo. Sin embargo,
existen algunas diferencias en relación con estos tipos de urbanizaciones,
por ejemplo, las villas, siguiendo a Herzer et al. (2008) se denen como
ocupaciones de tierra urbana vacante que producen tramas irregulares y si-
guiendo a Cravino (2018) estas se encuentran ubicadas en el área central,
en la Capital Federal y el primer anillo del conurbano bonaerense. Este
tipo de asentamientos tienen data desde comienzos del siglo XX y su con-
guración urbana se caracteriza por calles irregulares y pasillos angostos.
Por su parte, los asentamientos se encuentran ubicados más hacia la peri-
feria, en zonas de menor densidad poblacional y se caracterizan por imitar
a las urbanizaciones formales en cuanto a las dimensiones de los lotes y a
la cuadrícula urbana (Cravino, 2018).
Un aspecto central que engloba a los dos tipos de urbanizaciones es “la
extensión de los mercados informales en los modos de producción de suelo
urbano y de vivienda” (Fernández Wagner, 2015, p. 32). Procesos sociales
que van desde la inquilinización en las villas (Rodríguez et al., 2018) a las
tomas de tierra para establecer asentamientos (Clichevsky, 2012) se dan bajo
un espectro de informalidad, es decir sin un marco legal formal y en condi-
ciones vinculadas a la precariedad, vulnerabilidad y pobreza.
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Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
Aclaraciones metodológicas
Para poder llevar a cabo una descripción analítica de las urbanizaciones
informales de La Matanza atendiendo a sus características generales y espe-
cícas de cada cordón esta investigación se propuso trabajar con datos pri-
marios cualitativos (entrevistas semiestructuradas) y datos secundarios cuan-
titativos (provenientes del RENABAP, 2023). Entendemos que estos tipos de
datos son complementarios y tienen la capacidad de potenciarse a partir de
una estrategia metodológica multi-método (De Sena, 2015) donde se inte-
gran diferentes técnicas y procedimientos sobre el mismo objeto de estudio
para poder fortalecer su lectura y análisis.
Se realizaron entrevistas a ocho personas que integran organizaciones de
la sociedad civil que llevaron a cabo intervenciones habitacionales en dife-
rentes barrios de La Matanza entre 2020 y 2023 de manera presencial. Estas
entrevistas se enfocaron en poder describir el rol que tienen las OSC en la
problemática habitacional, por tanto, las dimensiones que se abordaron fue-
ron: información sobre el entrevistado, información sobre la organización y
el vínculo con la comunidad —tareas, recursos y estrategias relacionadas con
el acceso a la vivienda—, vínculos con otros actores, emociones vinculadas
a la implementación de intervenciones de acceso a la vivienda —cómo les
parece que sienten las personas que vienen a la organización, qué siente al
intervenir en los barrios—. Dentro de esta última dimensión se realizaban
descripciones sobre los barrios donde las organizaciones intervenían, tanto
en asentamientos como en villas de La Matanza. En algunos casos, las per-
sonas que integraban estas OSC también habitaban esos territorios, en otros
los transitaban al llevar a cabo diferentes actividades que les permitían tener
conocimientos sobre esos barrios en tanto actores externos a ellos.
En otros trabajos se abordó el rol de las OSC en el entramado de actores
que se conforma en torno a la problemática habitacional (Bareiro Gardenal,
2023a) y también sus prácticas y emociones (Bareiro Gardenal, 2023b; Fa-
racce Macia y Bareiro Gardenal, 2025). Asimismo, se realizó una distinción
entre aquellas organizaciones internas a los barrios (su nacimiento y perma-
nencia se vincula al mismo territorio en donde realizan sus actividades y sus
miembros viven allí) y externas a los barrios (tienen su sede en otro lugar
diferente al territorio donde realizan sus intervenciones y sus miembros no
viven en dónde se interviene). Tomamos esta distinción en este trabajo para
señalar que algunas de las personas entrevistadas habitan las urbanizaciones
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informales que van a describir y otras las “transitan” de modo que sus con-
diciones de vida son diferentes. Sin embargo, lo que nos interesa analizar es
como, desde diferentes miradas, se describen a las urbanizaciones informa-
les de La Matanza a partir de las narrativas de estos dos grupos. Por tanto,
se realizó una matriz codicando estas entrevistas respecto a sus descripcio-
nes sobre los asentamientos informales de La Matanza en general y también
según cordón atendiendo a la OSC y si la personan informante habitaba en
el barrio o no.
Sumado a esto, se descargó una base de datos del Registro Nacional de
Barrios Populares actualizado al 2023 que cuenta con las siguientes varia-
bles: ID RENABAP, nombre del barrio, cantidad de familias que viven en
el barrio, año de creación del barrio, década de creación del barrio, tipolo-
gía barrial (asentamiento, villa, conjunto habitacional degradado), situación
dominial, situación predominante sobre la conexión a la energía eléctrica,
situación predominante sobre la conexión a la red de agua, situación pre-
dominante sobre la conexión a la red de gas. La base original contaba con
información sobre los municipios y departamentos de todas las provincias
de Argentina, pero se ltró por aquellos que pertenecen a La Matanza, Bue-
nos Aires.
2
Para complementar la información respecto a la localidades y
poder profundizar sobre las diferencias en los cordones se agregó infor-
mación del portal mapa.poblaciones.org
3
en el cual se accede y visualiza
diferentes mapas posibles de modicar según los indicadores elegidos, en
este caso también se toman los datos provenientes del RENABAP (2023)
para su elaboración.4
Urbanizaciones informales en La Matanza,
entre homogeneidades y heterogeneidades
A continuación, presentamos algunos datos que nos permiten caracteri-
zar a las urbanizaciones informales en el partido de La Matanza. Siguiendo
2 En esta base el total de barrio es de 158.
3 Georreferenciación y caracterización de Barrios Populares registrados ocialmente en el RENABAP.
Villas y asentamientos con un mínimo de ocho familias agrupadas o contiguas, en donde más de
la mitad de sus habitantes no cuenta con título de propiedad del suelo, ni acceso formal a al menos
dos de los servicios básicos (agua corriente, energía eléctrica y/o red cloacal) (Fuente: https://mapa.
poblaciones.org/map/191801)
4 En esta base el total de barrios es de 163.
121
Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
los datos de Mapa Poblaciones en base con el RENABAP (2023) son 163
los barrios distribuidos dentro de las 16 localidades del distrito con un total
de 65 132 familias que viven en ellos. Asimismo, el tipo de urbanización in-
formal se distribuye de la siguiente manera, 50 se clasican como villas, 110
como asentamientos y tres como conjunto habitacional degradado (mapa 1).
Y teniendo en cuenta el mapa 2, un aspecto que se puede observar prelimi-
narmente es que, en la zona del primer cordón, se distribuyen en su mayo-
ría las villas (color rojo) mientras que en el segundo y tercero predominan
los asentamientos (en violeta y celeste los tres denominados como “conjun-
to habitacional degradado”) dando cuenta de una distribución diferenciada
respecto al tipo de urbanización, el cordón y la localidad.
Mapa 1
Tipo de urbanización informal en el partido de La Matanza
Nota. Registro Nacional de Barrios Populares (RANABAP, 2023).5
5 https://mapa.poblaciones.org/map/191801
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Mapa 2
Áreas y localidades de La Matanza dentro
de la Región Metropolitana de Buenos Aires
Como vimos en el apartado teórico, existen algunas diferencias en cuanto
a la morfología de estos tipos de urbanizaciones pero que también dan cuen
-
ta de diferentes tramas socio-históricas que vinculan la conformación de lo
espacial y territorial con los procesos sociales que tienen lugar allí. Desde el
abordaje cualitativo encontramos esta distinción reejada en las narrativas de
las entrevistas al momento de comenzar a describir qué problemas ligados a
lo habitacional detectan en La Matanza. En primer lugar, trazan algunos lí-
mites y fronteras entre el primer cordón, el segundo y el tercero:
Ahí yo haría un distingo… del cordón, uno, o sea, de la de la Ruta 4 para
la General Paz hay villas y villas tal vez de una manzana… y de ahí para el
fondo vamos a mirarlo de Laferrere para Cañuelas son asentamientos de to-
mas, primero fueron tomas y después asentamientos. Es una característica
general, no quiere decir que no haya excepciones a lo mejor en Laferrere te
vas a encontrar con alguna villita igual que acá. Pero en general, las villitas
son hasta Casanova porque en Casanova está la Sanpete (Villa “San Peters-
burgo”). De Casanova para General Paz las características es que son villas.
De Laferrere para el para el 35, 38, 40 (kilómetros de la Ruta 3) son tomas y
asentamientos, una característica general a grandes rasgos eh, no quiere de-
cir que sea así tal cual, pero más o menos es eso. (OSC1, varón, no-habitante
de una urbanización informal)
123
Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
En otros trabajos (Bareiro Gardenal, 2023c) hemos abordado la proble-
mática de las tomas de tierra y la creación de nuevos asentamientos infor-
males en La Matanza en el marco de la pandemia por COVID-19 en los años
2020 y 2021. En ese contexto particular la emergencia sanitaria —junto a la
alimentaria, la habitacional y otras— agravó la situación que ya se presenta-
ba riesgosa y precaria sumando la dicultad de cumplir las consignas como
“quédate en casa” y “lávate las manos con agua y jabón” entendiendo que
estos territorios carecen de servicios básicos o son inecientes además de que
otra característica que tienen es el hacinamiento. Por tanto, respecto a la fe-
cha de creación del barrio, vemos que nueve fueron creados en la década del
2020 mientras que la mayoría (66) tienen fecha de creación entre la década
de 2000 y la década de 2010. Asimismo, en la década de 1990 se crearon 24
barrios, en los 80 fueron 18, en los 70 se crearon 16, en los años 60 se crea-
ron 17 y los restantes ocho entre 1900 y 1950 (gráco 1).
Gráco 1
Década de creación del barrio
0
5
10
15
20
25
30
35
Década
1900
Década
1940
Década
1950
Década
1960
Década
1970
Década
1980
Década
1990
Década
2000
Década
2010
Década
2020
11
6
24
9
16
33 33
17 18
Nota. Registro Nacional de Barrios Populares (RANABAP, 2023).
Dado que el acceso al suelo se da de manera informal y está vinculado a
la pobreza de la población, la falta de empleo y/o la informalidad laboral, así
como los bajos salarios (Clichevsky, 2012), estas tierras no están urbanizadas
o, en caso de estarlo, presentan condiciones precarias (Alcalá, 2007). De esta
manera en la estructura sobre la que se asientan quienes habitan estos terri-
torios es predominante la conexión de servicios irregulares lo que presenta
riesgos respecto a las condiciones de vida. En el gráco 2 se observa que la
124
Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
mayoría de los barrios (121) tiene una conexión irregular a la red eléctrica,
uno no cuenta con conexión, y 22 tienen una conexión formal con medidor.
De las conexiones consideradas ‘regulares’, seis corresponden a medidores
domiciliarios sin factura, cuatro a medidores prepago, tres a medidores co-
munitarios y uno a un medidor domiciliario con consumo limitado.
Gráco 2
Situación predominante sobre la conexión a la energía eléctrica
1
No tiene conexión eléctrica
Conexión regular a la red con medidor prepago
Conexión regular a la red con medidor
domiciliario pero sin factura
Conexión regular a la red con medidor
domiciliario con consumo limitado
Conexión irregular a la red
Conexión formal a la red con medidor
domiciliario con factura
Conexión a la red con medidor comunitario
4
6
1
121
22
3
0 20 40 60 80 100 120 140
Nota. Registro Nacional de Barrios Populares (RANABAP, 2023).
En relación con la red cloacal, observamos diferentes tipos de conexiones
precarias y/o irregulares como sucede respecto a la red eléctrica. En general
predomina el desagüe a pozo negro/ciego u hoyo (87) seguido por el desagüe
a cámara séptica y pozo (40), también existen conexiones irregulares a la red
cloacal (6) y conexiones formales (17). Son cinco barrios los que conectan
la red cloacal a la red pluvial (es decir, la red que escurre las aguas de lluvia)
y tres dejan sus desagües a intemperie o a un cuerpo de agua.
125
Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
Gráco 3
Situación predominante sobre la conexión a la red cloacal
0 20 40 60 80 100
5
40
87
3
17
6
Red cloacal conectada a la red pluvial
Desagüe sólo a pozo negro/ciego u hoyo
Desagüe a intemperie o cuerpo de agua
Desagüe a cámara séptica y pozo ciego
Conexión irregular a la red cloacal
Conexión formal a la red cloacal
Nota. Registro Nacional de Barrios Populares (RANABAP, 2023).
Además de la conexión a la energía eléctrica y la red cloacal, el agua es
un indicador que se vincula directamente con la salud de la población y como
se observa en el gráco 4, se accede en general de manera irregular (82 ba-
rrios) mientras que 35 tienen conexión formal con factura, tres lo hacen sin
factura y los demás recurren a otras modalidades comunitarias (canilla dentro
del barrio, bomba de agua de pozo comunitaria) y por fuera de barrio (aca-
rreo de baldes/recipientes).
Gráco 4
Situación predominante sobre la conexión a la red de agua
0 2010 4030 6050 8070 90
Conexión regular a la red de agua pero sin factura
Conexión irregular a la red de agua
Conexión formal a la red de agua con factura
Canilla comunitaria dentro del barrio
Bomba de agua de pozo comunitaria
Acarreo de baldes/recipientes desde fuera del barrio
3
82
35
3
7
1
Nota. Registro Nacional de Barrios Populares (RANABAP, 2023).
En el caso del gas este se consigue de forma predominante a partir de la
compra de garrafas (gráco 5). En este asunto, se tiene que tener en cuenta
el precio elevado del gas envasado, la cantidad que se requiere comprar por
126
Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
mes y los riesgos asociados a su uso.6 Solo cuatro barrios acceden a la red
de gas con factura y tres utilizan leña o carbón.
Gráco 5
Situación predominante sobre la conexión a la red de gas
0 4020 8060 120100 160140
Leña o carbón
Gas en garrafa
Conexión formal a la red de gas con factura
3
4
151
Nota. Registro Nacional de Barrios Populares (RANABAP, 2023).
Como se ha revisado en De Sena (2020), el acceso a los servicios básicos
y otros indicadores de habitabilidad como el hacinamiento, así como el nivel
socioeconómico, la educación, salud y el empleo, empeoran desde el prime-
ro al segundo y tercer cordón de La Matanza. En un índice que desarrolla la
autora sobre las condiciones básicas de vida —que incluye las mencionadas
variables— se identica que en el primer cordón la mayoría (69,7 %) si posee
condiciones básicas de vida, esto cambia en el segundo y en el tercero en donde
la población es casi la mitad (47,8 y 44,1 % respectivamente). Respecto a las
localidades en donde se ubican quienes no poseen las condiciones básicas, se
destacan González Catán con el 30,4 %, Rafael Castillo con el 34,8 %, Ciudad
Evita con el 13 %, Gregorio de Laferrere con el 4,3 %, Ramos Mejía con el
4,3 % y San Justo con el 4,3 %. Esto da cuenta de algunas heterogeneidades
al interior del partido que vamos a profundizar a continuación.
Como mencionamos anteriormente existen algunas particularidades en
la caracterización de las urbanizaciones informales según el cordón y según
la localidad. La mayoría de las urbanizaciones informales se encuentran en
el tercer cordón con 81, le sigue el primer cordón con 43 y el segundo con
39 (gráco 6). Si observamos lo que sucede según localidades, siguiendo el
6 Los precios de referencia al 2024 (en pesos argentinos) son: garrafa de 10 kg: $10 500, garrafa de 12
kg: $12 600, garrafa de 15 kg: $15 750 (Resolución 216/2024) https://bit.ly/40TnQ6n Más información
en: https://bit.ly/40BelqX
127
Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
gráco 7, vemos que González Catán y Virrey del Pino son las que nuclean
la mayoría con 44 y 37 respectivamente y ambas forman parte del tercer
cordón. Sin embargo, la localidad que lo sigue en cantidad es Rafael Casti-
llo con 16 y esta es del segundo cordón. Continúan en orden San Justo (11),
Gregorio de Laferrere (9), Isidro Casanova (8), La Tablada (7), Villa Celina
(7), Ciudad Evita (6), Lomas del Mirador (5), Tapiales (5), Villa Luzuriaga
(3), Ciudad Madero (3) y Aldo Bonzi (1).
Gráco 6
Urbanizaciones informales según cordón de La Matanza
Primer cordón
Segundo cordón
Tercer cordón
39
81
43
Nota. Registro Nacional de Barrios Populares (RANABAP, 2023).
Gráco 7
Urbanizaciones informales según localidad
0 10 20 30 40 50
Virrey del Pino
Tapiales
San Justo
Ramos Mejía
Rafael Castillo
Lomas del mirador
Isidro Casanova
Gregorio de Laferrere
González Catán
Ciudad Madero
Ciudad Evita
Aldo bonzi
Villa Luzuriaga
Villa Celina
La Tablada
3
37
3
1
1
6
9
8
57
16
11
57
44
Nota. Registro Nacional de Barrios Populares (RANABAP, 2023).
128
Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
En lo que sigue, nos enfocaremos en los datos cualitativos para establecer
conexiones entre las sensibilidades que emergen en torno a la problemática
habitacional vinculada a las distintas urbanizaciones informales de cada cor-
dón de La Matanza. Vamos a retomar en cada caso la descripción que realizan
los sujetos entrevistados sobre los siguientes aspectos: el origen del barrio,
la infraestructura del barrio y el acceso a los servicios básicos.
Primer cordón
Las localidades que conforman el primer cordón se extienden, algunas de
ellas, a lo largo de la Avenida General Paz, que es una de las primeras fron-
teras señaladas para dividir —material y simbólicamente— la Ciudad Autó-
noma de Buenos Aires (CABA) con los partidos que conforman su área co-
nurbana y pertenecen a la provincia de Buenos Aires, como es el caso de La
Matanza. Su cercanía con CABA establece ciertas estructuras socio-históri-
cas debido a que fueron los primeros territorios en comenzar a urbanizarse
a medida que la trama urbana comienza a expandirse durante todo el siglo
XX. Así también fueron los primeros lugares donde se reubicaron las villas
de emergencia que se encontraban en la Capital Federal, en el marco de una
política de erradicación que comienza a nes de los 60 y continúa durante
los años 70 y 80 (Oszlak, 2017; Moreno, 2002).
Se destaca, en el siguiente fragmento de entrevista la noción de Núcleos
Habitacionales Transitorios (NHT) que se construyeron en el marco de estos
planes de erradicación. Especícamente en el período de 1968 a 1971 se erra-
dicaron en total 83 villas con 35 691 personas en el período de 1968 a 1971,
de las cuales 25 052 fueron alojadas en los NHT. Estos se transformaron en
residencia permanente siendo viviendas que contaban con una alta precarie-
dad de los materiales y sistemas constructivos (Yujnovsky, 1984). Algunos
se ubicaron en el primer cordón de La Matanza:
Cuando llega la dictadura bueno toma una serie de medidas… eso sacar gente
de la de la capital la mandaba para acá para La Matanza a los núcleos transi-
torios habitacionales como Puerta de Hierro, Palito…No sé si me olvidé de
alguno…Los sacaban y los mandaban para acá con la promesa de que eran
transitorios y fueron eternos. Hoy ya van más de 50 años por eso también
nosotros decimos que es una deuda de nuestra democracia lo de la tierra y la
vivienda porque no conseguimos en democracia darle una solución al gran
129
Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
décit habitacional que tiene la provincia de Buenos Aires y el país. (OSC1,
varón, no-habitante de una urbanización informal)
Claro que no todas las villas de esta zona comenzaron como NHT sino
que existen diferentes orígenes. Además de la Av. Gral. Paz, otra de las fron-
teras que delimita los espacios, es la Ruta Provincial N°4, coloquialmente
llamada “Camino de Cintura” ya que atraviesa varios municipios del conur-
bano bonaerense y también divide algunas localidades del primer cordón con
las del segundo cordón. Sobre esta ruta se ubican algunas de las villas pre-
sentes en la zona y también sobre la Av. Crovara, perpendicular a la primera.
Yo vivo en Aldo Bonzi, justo sobre Camino de Cintura, o sea, Ruta 4 ahí hay
cuatro pasillos es como una T así. Nosotros ahora conocemos nuestros pa-
sillos y como somos parte del territorio a través del relevamiento nacional
de barrios populares. Nosotros no existíamos éramos un punto, o sea, no, no
existíamos en el GPS, no existíamos en los mapas, no existíamos en ningún
lado… guraba campo. Nosotros éramos verde. Hoy yo que el pasillo en mi
casa es así y es así, sé cuánta gente vive en cada uno de los pasillos. (OSC4,
Varón, habitante de una villa del primer cordón)
En el fragmento anterior, aparecen algunas sensibilidades asociadas al
reconocimiento por parte del Estado a partir de una política social que a su
vez permite tener mayor conocimiento sobre el territorio en el que viven: los
pasillos de la villa, sus pasillos. A continuación, se describen otras emociones
vinculadas a la casa como lugar que estructura y organiza la vida cotidiana:
Yo como te decía, tengo una casa, chiquita, no tenemos gas porque no hay,
no hay gas en las villas en general y muchos barrios formales tampoco, pero
pude… tengo un termotanque eléctrico en casa, que lo conecto (…) cuando
la haces vos… yo hice mi casa e hice la cosita a la cosita y ahora hay cosas
que las quiero cambiar y voy viendo, junto plata… para mí la vivienda es
no sé, es un montón, es todo, es… uno piensa también es desde donde pisa,
desde dónde vive, desde dónde come, entonces la vivienda es parte nuestra…
es nuestro hábitat. (OSC4, Varón, habitante de una villa del primer cordón)
A partir de esta aproximación cualitativa, podemos vincular algunas cues-
tiones estructurales características de esta zona y vinculadas entre sí: el ori-
gen histórico de las villas que se conformaron allí, el reconocimiento de estos
territorios, pero aun así la ausencia de algunos servicios básicos, el reclamo
130
Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
por la permanencia de la precariedad, del décit habitacional y la noción de
casa/vivienda como ordenador y de los pasillos de la villa como las vías de
conexión con los otros (gura 1).
Figura 1
Sensibilidades asociadas a las urbanizaciones informales
del primer cordón de La Matanza
Primer
cordón
Origenes de
los barrios
más antiguos
Pasillos como
vías de conexión
con los otros
Reconocimiento La vivienda
es todo
Permanencia de
las situaciones
habitacionales
decitarias
Segundo cordón
Revisamos en los apartados anteriores que tanto en la zona del segundo
cordón como del tercero se caracteriza por tener mayor cantidad de asenta-
mientos informales y de tomas de tierras. Según Guseld (2014), teniendo
en cuenta que la política a nales de los 90 y a principios del nuevo siglo,
en relación con los asentamientos informales comienza a cambiar de pers-
pectiva pasando de la erradicación a la regulación, comienzan a densicarse
y extenderse las urbanizaciones informales hacia las periferias. Se destaca
en estos lugares las experiencias de autoconstrucción como espacios inters-
ticiales que, si bien no subvierten el orden social naturalizado/naturalizan-
te, su potencia radica en que ofrecen/construyen una oportunidad colectiva
para pensar maneras alternativas de lo social donde la afectividad es un nodo
central (Cervio, 2018).
131
Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
Todos los vecinos que están acá vienen de tomas desde el (año) 86 imagina-
te… vivieron en asambleas ayudando a vecinos de los barrios que crearon des-
pués… ellos mismos se abastecieron, pusieron su propio medidor… compraron
los medidores igual que las canillas ellos hicieron todo lo que es el agua ima-
ginate todo lo que hicieron que después el municipio venga a querer llevarse
lo que es tuyo es lo peor que pudieron hacer. Los vecinos siempre recuerdan
que en el 2000 y algo era… los vecinos se armaron entre ellos para que… se
plantaron ahí para que no le saquen el medidor grande que habían puesto …
E. ¿y por qué se los querían sacar?
porque lo querían poner para otro barrio… pero como le dijeron nosotros lo
pagamos que si ustedes se lo llevan perdemos nosotros. Y es la única fase
que tenemos acá, el único medidor que hay dentro del barrio… (OSC6, mu-
jer, habitante de un asentamiento del segundo cordón)
El fragmento anterior también se puede vincular con sensibilidades li-
gadas a ciertas tramas de conanza-desconanza hacia un otro, los vecinos,
el municipio. Cervio y De Sena (2017) señalaron que, desde hace tiempo,
muchas de las interacciones que tienen lugar en las ciudades se vienen edi-
cando en gran medida desde la desconanza, es decir, apoyadas en la cons-
trucción del otro (anónimo, desconocido) como una amenaza o, al menos,
como “poseedor/merecedor” de una conabilidad acotada. Esto también se
puede analizar en el siguiente fragmento ligado a la infraestructura del barrio:
En el barrio cuando llueve, nosotros no podemos salir… hemos llevado mu-
chos reclamos al municipio y hasta el día de hoy tenemos respuesta. (…)
quedamos varado acá, a la escuela no lo puedo llevar porque se inunda, no
podés salir de urgencia al hospital, porque los remises no pasan, no tenemos
colectivos, entonces no tenemos otra salida. (OSC6, mujer, habitante de un
asentamiento del segundo cordón)
“Quedar varado” reere a quedar detenido o estancado en el tiempo (RAE,
2024), en este sentido no es menor la vinculación entre el tiempo y el espa-
cio y la organización de la vida en base con estos parámetros estructurales
(Giddens, 2003). Los muros “mentales y de concreto” (Cervio, 2020) se ha-
cen cada vez más evidentes en este habitar ligado a la carencia, a los “mun-
dos del no” (Scribano y De Sena, 2016) en la infraestructura del barrio y en
el acceso a un recurso esencial como es el agua:
132
Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
Nosotros ahora no tenemos agua hasta la noche sale un poquito a la madru-
gada, después ya no sale más y en todo el día no tenemos agua y es eso, pre-
senté, pero hasta el día de hoy no tenemos una respuesta a lo que es esa pro-
blemática del agua… y queda estancada, entonces después cuando viene el
agua ya viene toda sucia. (OSC6, mujer, habitante de un asentamiento del
segundo cordón)
De esta manera, las sensibilidades asociadas a las urbanizaciones infor-
males del segundo cordón tienen conexiones con algunas cuestiones diferen-
tes a las del primero como queda conformado en la gura 2.
Figura 2
Sensibilidades asociadas a las urbanizaciones informales
del segundo cordón de La Matanza
Autoconstrucción/
lugares
intersticiales
colectivos
Inundaciones/
agua sucia
No tener salida,
“quedar varados”,
encierro
Segundo
cordón
Tomas
de tierra
Desconanza/
el otro como
amenaza
Tercer cordón
En coincidencia con las urbanizaciones informales del segundo cordón,
en esta zona también se ubica el inicio del barrio a partir de una toma, pero
en este caso desde la década de 1990. Encontramos también prácticas socia-
133
Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
les colectivas que se conformaron para conseguir correr los límites que se
imponen ante los “mundos del no”. Estas prácticas activan la recuperación
de la capacidad del hacer con otros y para otros en espacios próximos (Cer-
vio, 2018).
Hace 30 años que vivo acá en el barrio. Les cuento que esto era una toma, era
una toma o sea no había nada. Y... y bueno, con los mismos vecinos empe-
zamos a ver la necesidad que teníamos, no teníamos colectivos, no teníamos
iluminación, no teníamos calle, no teníamos vereda. Así que decidimos armar
la junta vecinal. Eh... la junta vecinal empieza a trabajar a través del estatuto
replanteando cual era la necesidad de nosotros y bueno, cambiar nuestra ca-
lidad de vida. Y a través de eso podemos lograr el asfalto, lo que es la ilumi-
nación, los proyectos de vereda, entre otras cosas. La iluminaria no solo acá
en el barrio sino a donde nos llaman, nos avisan está el camión, tienen los re-
cursos, los materiales y los vamos a, a acompañar. (OSC2, mujer, habitante
de un asentamiento del tercer cordón)
Si bien existen algunas homogeneidades que vincula a la mayoría de las
urbanizaciones informales como la conexión insegura/irregular a servicios
básicos y que se repite en el tercer cordón, hay ciertas heterogeneidades en
esta zona pertinentes de mencionar. La primera se relaciona con la lejanía
del territorio:
Bueno particularmente en un barrio de Virrey del Pino que hasta le llaman
el último cordón del conurbano porque es como realmente muy lejos, muy
muy lejos y es de los más olvidados si se quiere, entonces ahí es donde sen-
timos siempre que había que estar más. (...) se juntaron rmas para reclamar
por la luz en un barrio y ni te enteraste de nada y ahí es donde bueno se tra-
baja con esa frustración del barrio. (OSC3, varón, no-habitante de una urba-
nización informal)
Las sensibilidades ligadas a lo “lejano” tiene una implicación tanto espa-
cial como temporal. Es lejos un punto (a) en relación con otro/s punto/s (b,
c, d, e, f, etc.) y ese movimiento de un lado a otro conlleva mayores energías
corporales, mentales, emocionales. Scribano (2010) describe al capitalismo
como una gran máquina depredatoria de energías que consiste en la apro-
piación de toda forma de energía, involucrando la desposesión de los bienes
comunes (relacionados a lo ambiental) como el agua, el aire y la tierra, así
como también las energías corporales. Este proceso depredatorio “no consiste
134
Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
en la sola enajenación de bienes, recursos y energías, sino en la destrucción
y la muerte” (Scribano y De Sena, 2013, p. 211).
Esto último, nos da pie otra diferencia que —por el momento— se pudo
captar en las descripciones realizadas sobre el tercer cordón, las catástrofes
inminentes consecuencia de ocupar lugares que implican riesgos al asentarse
sobre ellos —humedales, arroyos, tosqueras— y/o que están ambientalmente
degradados —basurales, tierras contaminadas, fumigadas—.
Hubo una inundación muy importante en varios barrios de La Matanza en
octubre del 2019 y en el Nicole (asentamiento ubicado en Virrey del Pino)
fue tremendo porque lo que tiene el barrio es que fue creciendo de tal ma-
nera que hoy por hoy está el arroyo Morales en la parte del fondo y hoy por
hoy hay viviendas que ocupan como el camino del sirga la parte que no se
debería ocupar porque si crece el arroyo se inunda y bueno, está ocupada y
muchas de esas viviendas se inundaron y perdieron todo. (OSC5, mujer, no-
habitante de una urbanización informal)
En este sentido, se suma un factor más a las sensibilidades asociadas a
estas urbanizaciones informales. La cercanía con la contaminación y el po-
tencial de muerte (gura 3).
Acompañamos el tema de contaminación de -nombre de empresa-, hemos
tenido varias reuniones en La Plata varias reuniones…. con OPDS … la úl-
tima reunión fue justo prepandemia con los abogados de -nombre de empre-
sa-, porque ellos dicen que no contaminan, pero la mayoría de la gente allá
ha muerto de cáncer, o sea que hay contaminación.
E: ¿y hay barrios ahí alrededor?
Hay un barrio que es previo a la instalación de la empresa. ¿Viste? Y aho-
ra hay contaminación por glifosato en el fondo del (barrio) Nicole también
porque hay… hay varias hectáreas grandes con siembra de soja y están fumi-
gando con glifosato. Así que eso también es un problema bastante jorobado.
(OSC1, varón, no-habitante de una urbanización informal)
135
Florencia Bareiro Gardenal. Problemática habitacional en La Matanza
Figura 3
Sensibilidades asociadas a las urbanizaciones informales
del tercer cordón de La Matanza
Tercer
cordón
Origen del
asentamiento
como toma
“no había nada”
Contaminación,
muerte,
fumigación
Inundaciones
-viviendas en
el borde del
arroyo, en
el fondo Último
cordón- muy lejos-
de los más
olvidados
Veredas,
asfaltos, accesos-
necesidad y
construcción
Junta vecinal
-cambiar la
calidad de vida
Conclusiones
Este artículo tuvo como objetivo describir y analizar las urbanizaciones
informales de La Matanza distinguiendo las características que presentan en
cada zona o cordón en la que se segmenta este territorio. De esta manera, se
observaron tanto desde los datos cualitativos como cuantitativos, homoge-
neidades (infraestructura decitaria de los barrios, irregularidad en los servi-
cios y en el dominio de la tierra) y heterogeneidades (origen de los barrios,
diferencias entre villas/asentamientos, problemáticas ligadas a lo ambiental
como la contaminación, las inundaciones, territorios degradados).
Otro de los objetivos fue vincular a las urbanizaciones informales de
cada cordón a algunas sensibilidades en tanto prácticas cognitivo-afectivas
que, organizan la vida cotidiana, ordenan preferencias y valores, establecen
parámetros para la gestión del tiempo/espacio (Scribano y De Sena, 2019).
El habitar (sensu Lefebvre) en estos territorios donde predomina la vulne-
rabilidad, lo irregular, la carencia y el riesgo, se vuelve cada vez más difícil
136
Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
a medida que se suman otros “muros” que establecen ritmos temporales y
espaciales coagulados, es decir cada vez más densos y pesados de sostener.
Las villas del primer cordón se pudieron asociar con la permanencia de
las situaciones habitacionales decitarias como “un siempre si” (Scribano,
2010) pero al mismo tiempo hay una trama relacionada a “reconocer” que
existen (los pasillos de las villas, las viviendas, el décit habitacional). En
cambio, en los asentamientos informales del segundo y tercer cordón, hay algo
relacionado al olvido, a la lejanía, a “quedar varados”, a la falta de respues-
ta. Estas sensibilidades tienen una trama que se anuda alrededor de espacios
intersticiales que permiten prácticas colectivas (juntas vecinales, asambleas,
autoconstrucción, autogestión de los recursos) pero también de la inseguri-
dad, la amenaza y la desconanza hacia otros actores sociales (Estado, em-
presas, organizaciones, otros vecinos).
Quedan aún muchos espacios para seguir explorando en relación con estos
territorios, sus emociones y sensibilidades. En términos de Lindón (2009) las
transversalidades e intersecciones analíticas entre el cuerpo, las emociones,
la ciudad y la espacialidad desde las perspectivas de los habitantes resultan
en un mecanismo potente para comprender los procesos sociales. En futuros
trabajos, se espera poder seguir abordando desde lo cualitativo, las perspec-
tivas del sujeto habitante, con su corporeidad y emocionalidad en relación
con la problemática habitacional de La Matanza.
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Declaración de Autoría - Taxonomía CRediT
Autor Contribuciones
Florencia Bareiro Gardenal
Roles: conceptualización, metodología, soware, valida-
ción, análisis formal, investigación, recursos, curaduría de
datos, escritura-borrador original, escritura-revisión y edi-
ción, visualización, supervisión, administración del pro-
yecto, adquisición de fondos.