
El efecto de la temperatura de conservación sobre la viabilidad de las semillas del pijío
Cavanillesia platanifolia
1 Introducción
El bosque seco neotropical destaca por su extensión,
biodiversidad y servicios ecosistémicos (Calvo-
Rodriguez y col., 2017; Hubbell, 1979). Estos bos-
ques han sufrido un alto impacto antropogénico
en las últimas décadas (Aguirre y col., 2017). Par-
ticularmente en Ecuador, país del neotrópico con
más especies vegetales catalogadas al menos como
vulnerables (IUCN, 2019), se estima que al menos
el 50% de la extensión de bosque seco ha desapa-
recido en las últimas décadas por la intervención
humana (Aguirre, Kvist y Sánchez, 2005), principal-
mente debido a la deforestación y transformación
del suelo a terreno agrícola y ganadero (Madriñán,
2014; Aguirre y col., 2017; Aguirre y Kvist, 2009). El
impacto al que están sujetos estos bosques contrasta
con que son de los ecosistemas menos estudiados
en las diversas escalas ecológicas (Aguirre y col.,
2017). Para identificar, establecer y mantener accio-
nes para la restauración y conservación es por tanto
necesario ampliar el conocimiento biológico de al
menos las especies vegetales más relevantes (Agui-
rre, Kvist y Sánchez, 2006).
Una de las especies más relevantes del bosque
seco de Ecuador es Cavanillesia platanifolia (Humb. y
Bonpl.) Kunth (Aguirre y col., 2017; Espinosa y col.,
2011), especie conocida comúnmente en América
Central y del Sur como mocundo de Cartagena,
bongo/a, macondo, cuipo, güipo, hameli, hamelí,
pretino, pigio o pijío. Su distribución se ciñe prin-
cipalmente a los bosques secos tropicales del corre-
dor Chocó-Darién, desde Panamá hasta el norte de
Perú, aunque está también presente en bosques hú-
medos.
Este árbol de la familia de las Malváceas-
Bombacáceas puede superar los 40 metros de altura
(Figura 1A), y destaca en Ecuador su rol como ge-
nerador de hábitat, entre otros para la anidación del
papagayo de Guayaquil Ara ambigua guayaquilensis
(López-Lanús y Socola, 2000), y el aporte nutricio-
nal de su semilla, la cual es comestible y recurso de
la fauna local (Adler, 1995; Madriñán, 2014). Tam-
bién cabe resaltar su trascendencia a nivel paisajís-
tico y estructural (Aguirre, 2012). Es usada como
recurso maderero por las comunidades locales en
diversos países como Panamá (Correa, Galdames
y De Stapf, 2004), pero no hay constancia de ello en
Ecuador (Madriñán, 2014). La especie ha sido de-
clarada como amenazada globalmente en América
Central (IUCN, 2019). En Colombia, donde ha sido
indexada como una de las especies más importan-
tes del bosque seco tropical (Ruiz y Saab, 2020), se
considera en peligro (IUCN, 2019). Su distribución
potencial en este país puede no estar severamente
amenazada por el cambio climático, aunque sí se
prevé que pueda diezmar sus poblaciones (Aguirre
y col., 2017).
Muchas características son comunes entre las
distintas especies del género, como la esciofilia; las
plántulas (Figura 1B) y juveniles crecen en lugares
donde la radiación solar es escasa (Vieira, Scariot
y Holl, 2007; Montalvo, Rommel y Cevallos, 2013).
Por lo general, estas especies se caracterizan por su
baja densidad (Vieira y Scariot, 2006b; Vieira y col.,
2008; Melo-Júnior y col., 2015), rápido crecimiento
(Condit, Hubbell y Foster, 1993), y su tolerancia a
la sequía durante la estación seca (Wolfe, 2017). En
septiembre-octubre producen sus frutos grandes y
carnosos, que contienen una semilla anemócora con
cáscara externa que contiene blando mucílago (Viei-
ra y Scariot, 2006b). Los rasgos de las semillas se han
estudiado sobre todo en C. arborea. Las semillas de
esta especie rondan los 8g de peso fresco, mientras
que el peso seco es de alrededor de 1g (Vieira y Sca-
riot, 2006b; Romero-Saritama, 2016). Las semillas
con el tiempo pierden viabilidad (Walters, Wheeler
y Grotenhuis, 2005) y son sensibles a la desecación
(Vieira y Scariot, 2006b; Vieira, Scariot y Holl, 2007;
Vieira y col., 2008; Lima y col., 2008). Como en gran
parte de las especies del bosque tropical seco, la
baja humedad mantiene en latencia las semillas, la
cual puede interrumpirse durante la estación llu-
viosa que activa el embrión para su germinación
(Debeaujon, Leon-Kloosterziel y Koornneef, 2000).
Cuando se han muestreado los individuos de
C. platanifolia en los bosques secos de Ecuador para
poner en marcha planes de conservación y restau-
ración, el dato más relevante es la baja presencia
de plántulas y juveniles, lo cual indica una muy
baja tasa de regeneración natural (Villalba-Briones,
observación personal). La ausencia de individuos
jóvenes de C. platanifolia no solo ocurre en las pro-
ximidades de individuos adultos, lo cual muchas
veces se relaciona con una alta mortalidad denso-
dependiente debida a patógenos, depredadores de
semillas y/o herbivoría que tiene lugar bajo la copa
materna (Alvarez-Loayza y Terborgh, 2011; Comita
LAGRANJA:Revista de Ciencias de la Vida 40(2) 2024:65-77.
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