
Artículo científico/Scientific paper
CIENCIAS GEOGRÁFICAS Moreno, R.
1 Introducción
Ecuador está ganando rápidamente terreno como
destino de inversiones mineras en América Latina
(Jamasmie, 2017). Recientemente Ecuador se ubicó
en el puesto 92 de las 109 naciones más atractivas
para captar inversionistas (Stedman, Yunis y Aliak-
bari, 2019). Nuevas campañas y marcos regulato-
rios han conllevado a un cambio de estrategia pa-
ra una nación que tradicionalmente ha basado su
economía en exportaciones petroleras y agrícolas
(Verdugo y Andrade, 2018), en particular, con un
promedio del índice de extractividad de materias
primas del 36,93% entre el 2000 y el 2011 (Hailu
y Kipgen, 2017). Entre 1999 y 2016 la participación
del PIB minero respecto del PIB total estuvo entre
1,17% y 1,56%, con un incremento gradual en los
últimos años entre 1,48% y 1,51% del 2013 al 2016
(Almeida, 2019). Inclusive, según estudios conser-
vadores, la minería podría convertirse en un 4% del
PIB (Vistazo, 2019).
Desde el año 2016, Ecuador recibió aproxima-
damente 420 solicitudes de concesión, de las cuales
160 ya han sido aprobadas, obteniendo una inver-
sión de más de 100 millones de dólares para ex-
plorar áreas ricas en oro, cobre, plata y molibdeno
(Jamasmie, 2017). En el país existe una superficie
total de 105 000 hectáreas concesionadas para ac-
tividades mineras, distribuidas en siete provincias
(BCE, 2021); donde, por ejemplo, en el año 2013 el
estado ecuatoriano adjudicó a la empresa Ecuagold-
mining South America S.A., el proyecto Río Blanco
en la provincia del Azuay (Figura 1), con reservas
por un total 991.000 onzas de oro y 4.7 millones de
onzas de plata, recurso equivalente a una cantidad
no inferior a 14.000 millones de dólares (Latinomi-
nería, 2012).
Aunque todo lo anteriormente expuesto es co-
rrecto en términos del desarrollo económico, hay
que tener en cuenta que la minería ha generado
situaciones problemáticas en su entorno (Vásco-
nez y Torres, 2018). Los grandes proyectos extracti-
vos no han estado exentos de controversias, siendo
cuestionados por el no respeto a los derechos hu-
manos y de la naturaleza (D’Angelo y Ruiz, 2018),
derivando en conflictos sociales y suspensiones del
tipo judicial (Ruiz, 2018), como lo suscitado en pro-
yectos como Río Blanco o Quimsacocha (Massa-
Sánchez, Cisne Arcos y Maldonado, 2018). Además,
cobra relevancia la localización de estos grandes
proyectos mineros dentro de ecosistemas altamente
frágiles, como en zonas de recarga hídrica, páramos
y humedales (Environmental Justice Atlas, 2017).
Consecuencia de ello, el 07 de febrero de 2021, me-
diante referéndum, el pueblo de la provincia de
Azuay se pronunció por la prohibición de activi-
dad minera extractiva metálica en áreas de cuen-
cas hidrográficas de importante recarga hídrica (El
Comercio, 2021). Según este contexto, la minería
obligatoriamente debe considerar sus responsabili-
dades operativas, legales y éticas, debiendo aspirar
a una compatibilidad con el respeto al medioam-
biente y la sostenibilidad, por ejemplo, mediante
la explotación responsable de recursos, generando
beneficios (ambientales, sociales y económicos) que
igualen o superen los valores que existían antes de
la explotación (Oyarzún y Oyarzún, 2011).
Por otro lado, el manejo de los residuos mineros
o relaves (tailings) y su posterior tratamiento son
dos factores de gran riesgo en términos ambienta-
les que conlleva la minería (Oyarzún y Oyarzún,
2011), ya que su generación es mucho mayor que
los productos económicos que produce. Por ejem-
plo, en el caso de una explotación de cobre (Cu) por
cada tonelada de roca mineralizada solo se llegaría
a extraer 10 kg del metal en el mejor de los casos.
Esto significa que 990 kg de material serían residuos
destinados a un depósito de relaves (Oyarzún, Hi-
gueras y Lillo, 2011), convirtiendo a esta actividad
en una de las fuentes de contaminación por meta-
les pesados más persistentes del planeta, debido a
que: 1) su función es almacenar materiales sólidos
resultantes de operaciones de separación y obten-
ción de metales (Espín, Jarrín y Escobar, 2017), y 2)
estos residuos necesitan ser almacenados dentro de
grandes extensiones (Serrato, Díaz y Brotóns, 2010).
Sobre la problemática ambiental de los depósi-
tos de relaves, destaca su potencial para generar
drenaje ácido de mina (AMD: acid mine drainage),
en especial en lugares donde se explotan yacimien-
tos con presencia de sulfuros (Sarmiento, 2007),
y que posteriormente son abandonados (Oyarzún
y col., 2012). Además pueden presentarse roturas
de diques de contención debido a su inestabilidad
intrínseca (materiales plásticos con altos contenidos
de agua) (Mudd y Boger, 2013) y de ahí, llegar a
inundar vastas áreas de terreno (US EPA, 2015), y
probablemente causar ingentes pérdidas humanas,
132 LAGRANJA:Revista de Ciencias de la Vida 37(1) 2023:130-141.
©2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.