p-ISSN:1390-325X / e-ISSN: 1390-8642
Forma sugerida de citar: Valencia-Ortiz, R., Garay-Ruiz, U. y Cabero-Almenara, J. (2023). Uso problemático de las redes
sociales: el caso de estudiantes mexicanos. Alteridad, 18(1), 23-33. https://doi.org/10.17163/alt.v18n1.2023.02
Uso problemático de las redes sociales: el caso de
estudiantes mexicanos
Problematic use of online social networks: the case of mexican students
Dra. Rubicelia Valencia-Ortiz es gerente de Innovación en Macmillan Education (México) (rubivalencia@gmail.com)
(https://orcid.org/0000-0003-4656-5456)
Dra. Urtza Garay-Ruiz es profesora universitaria en la Universidad del País Vasco (España) (urtza.garay@ehu.eus)
(https://orcid.org/0000-0001-7298-9274)
Dr. Julio Cabero-Almenara es profesor universitario en la Universidad de Sevilla (España) (cabero@us.es)
(https://orcid.org/0000-0002-1133-6031)
Recibido: 2022-09-29 / Revisado: 2022-12-08 / Aceptado: 2022-12-22 / Publicado: 2023-01-01
Resumen
Las redes sociales constituyen una de las vías de
comunicación y ocio más relevantes entre los jóvenes.
Pero, a pesar de presentar multitud de beneficios, también
encontramos riesgos que debemos analizar. En la investiga-
ción se analiza uno de los riesgos como es la adicción a las
redes sociales que presentan los jóvenes mexicanos. Para
el desarrollo del análisis se realizó un cuestionario a 17 600
jóvenes, basada en la adaptación de la Forma de estudiante
de escala de adicción a las redes sociales (SMAS-SF) de
Sahin. Entre los resultados destaca la poca conciencia que
presentan los jóvenes en su percepción como adictos en
relación con las redes sociales. Aspecto sobre el que se
debe reflexionar tomando en consideración las limitacio-
nes de percepción que presenta la muestra y el hecho de
que el presente estudio midió las autopercepciones de los
estudiantes jóvenes con respecto a la RR.SS.
Descriptores: Adicción, joven, medios sociales,
estudiante, docente, percepción.
Abstract
Social networks are one of the most relevant means
of communication and leisure among the youngest. But, despite
an abundance of benefits, there are also risks that must be
analyzed. In this research, the risk to be analyzed is the addic-
tion to social media among young Mexican people. For the
development of the analysis, 17,600 young people responded
a questionnaire based on an adaptation of Sahin’s Social Media
Addiction Scale - Student Form (SMAS-SF). Among the results,
it needs to be highlighted the little awareness that young peo-
ple have of their addiction to social networks. Any reflection
on this aspect needs to consider the limited perception pre-
sented by the sample and the fact that this study measured the
self-perception of young students regarding OSM.
Keywords: Addiction, youth, social media, students,
teacher, perception.
enero-junio 2023
Vol. 18, No. 1, 23-33
https://doi.org/10.17163/alt.v18n1.2023.01
http://alteridad.ups.edu.ec
Dr. Julio Cabero-Almenara, Dra. Rubicelia Valencia Ortiz, Dra. Rosabel Roig Vila
© 2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.
24
1. Introducción y estado del arte
1.1 Redes sociales y la adicción
Las redes sociales (RR.SS) son uno de los medios
de comunicación más importantes por medio
de los cuales los jóvenes se comunican hoy en
día, razón por la cual algunos las consideran una
tendencia. Sin embargo, hay que tener en cuen-
ta que, a diferencia de cualquier otro medio de
comunicación en la historia de la humanidad, las
redes sociales han tenido una gran capacidad para
atraer a millones de usuarios en todo el mundo
en muy poco tiempo y en un espacio tan pequeño
como la pantalla (García y Fernández, 2016).
Teniendo en cuenta que existen diferentes
definiciones respecto a las redes sociales y sus
funciones, en general se consideran como un
espacio donde las personas interactúan, compar-
ten información, se comunican, y crean comuni-
dades. Esto indica que las redes sociales siempre
han existido de una u otra forma, pero Internet
ha otorgado a la comunicación un sentido de
inmediatez y extensión. Ya no se trata de tener
una red personal relativamente limitada, por
el contrario, los medios sociales actuales apro-
vechan las ventajas de Internet para crear un
enorme enjambre social donde las personas inte-
ractúan (Fuentes et al., 2015).
A diferencia de las redes sociales cara a
cara, las redes sociales online (RR.SS) se carac-
terizan por la ausencia de contacto físico o per-
sonal, donde puede o no haber relación entre la
identidad del individuo en el mundo offline (real)
y el mundo online (virtual); las RR.SS fomentan
la interacción social en aquellas personas que de
alguna manera tienen dificultades para mantener
la interacción social en el mundo real; la capacidad
de comunicación simultánea entre un gran núme-
ro de personas, y la facilidad para romper con las
relaciones o el contacto (Musial y Kasienko, 2013).
Tales características han contribuido a la transfor-
mación del concepto tradicional de amistad, ya
no se utilizan solo entre personas cercanas, cono-
cidas o de confianza, sino que pueden utilizarse
entre personas que apenas se conocen (Llamas y
Pagador, 2014; Sabariego, 2012).
En cualquier caso, es erróneo pensar que el
número de personas y las interacciones representan
las principales características de las RR. SS, sino
más bien lo significativo es la creación de todo un
nuevo modelo de comunicación y relaciones.
Existen diferentes tipos de redes sociales,
y se diferencian según su grado de apertura,
su temática, si se gestionan o no, etc. Las redes
sociales han obtenido un cierto nivel de pre-
sencia en ámbitos educativos en los últimos
tiempos, y sus usos en la educación incluyen:
ambientes de trabajo colaborativo, forma alter-
nativa de comunicación, aprendizaje de idio-
mas, plataforma o LMS (Learning Management
System) para la formación virtual, y para la tuto-
ría y consejería de estudiantes y padres (Túñez y
Sixto, 2012; Esquivel y Rojas, 2014; Cruz, 2016;
Fuentes et al., 2015). En cuanto al objetivo de
este estudio, lo primero que hay que reconocer
es que su uso se está extendiendo principalmente
entre los jóvenes. Un estudio realizado reciente-
mente en España (Orange, 2018) indica que el
uso activo de las RR. SS comienza a los 14 años,
siendo la edad de los usuarios más activos entre
16 y 24 años. En México, donde se encuentra la
muestra de nuestra investigación, los porcentajes
de uso activo representan porcentajes superiores
a la media internacional (Islas y Carranza, 2011).
Existen múltiples factores involucrados
en el aumento y uso de las RR. SS, entre ellos
la tendencia de que los adolescentes están
adquiriendo dispositivos móviles (García-Oliva
y Fernández, 2016; Gértrudiz et al., 2017).
En España, el 45,90 % de los padres y madres
afirma que sus hijos/hijas recibieron su primer
smartphone a los 14 años (Orange, 2018), el 93,2
% de los niños afirma que es su medio preferido
para acceder a Internet.
La información muestra que las RR. SS son
usadas activamente entre los jóvenes, siendo hoy
en día un método de comunicación e interac-
ción, una extensión de las relaciones, un medio
para buscar y solicitar información, un elemento
Uso problemático de las redes sociales: el caso de estudiantes mexicanos
Alteridad, 18(1), 23-33 25
de ocio y una herramienta para la convivencia y
la creación de nuevas formas de comunicación
(García-Oliva y Fernández, 2016; Orange, 2018;
Gértrudiz et al., 2017; Bastarrechea, 2017).
Están apareciendo efectos secundarios
entre los jóvenes debido al uso y las características
intrínsecas de la comunicación: anonimato, facili-
dad y rapidez de acceso, desinhibición, asequibi-
lidad y ausencia de contacto físico (Fuentes et al.,
2015; Griffiths, 1995), y el tiempo de exposición.
Todos estos elementos han producido lo que algu-
nos autores consideran una adicción a las RR.SS.
La trascendencia que están adquiriendo
estos dispositivos está teniendo un fuerte impac-
to en la identidad social de los adolescentes, que
son los principales usuarios (Renau et al., 2013).
La identidad es un aspecto esencial en el desarro-
llo de los adolescentes y su construcción culmina
con la consolidación de una personalidad sólida
y estable en el tiempo, que aspira a un buen aco-
plamiento entre el ideal de vida del individuo y la
sociedad en la que vive (Arab y Díaz, 2015, p. 8).
Para Basteiro et al. (2013), la adicción a las
RR.SS disminuye con la edad de la persona, y las
características de inmadurez física y psíquica de los
menores vinculados al uso intensivo de las RR.SS
pueden tener repercusiones más negativas en ellos
que en los adultos, de ahí el interés por el análisis
y la reflexión. Como señala Díaz (2014, p. 54): a
nivel psicológico, la adicción a determinadas apli-
caciones puede estar relacionada con la inestabili-
dad emocional, depresión, ansiedad, irritabilidad,
empobrecimiento afectivo, disminución del juicio y
dificultades para afrontar los problemas cotidianos.
1.2 Adicción a las redes sociales
El uso de las tecnologías digitales está propician-
do el desarrollo del análisis, la investigación, el
estudio de la adicción a las RR.SS y sus conse-
cuencias. Un gran número de estudios se han
enfocado en el uso excesivo de internet y su rela-
ción con problemas físico-biológicos, sociales y
familiares (Echeberúa, 2012; Fernández Villa et
al., 2015; Young, 2015). La investigación sobre
la adicción a Internet comenzó en 1996 con un
estudio de más de 600 casos de usuarios frecuen-
tes de Internet que presentaban signos clínicos
de adicción medidos a través de una versión
adaptada de los criterios del Manual Diagnóstico
y Estadístico de los Trastornos Mentales-DSM-
IV para el juego patológico (Young, 2015).
Para Chóliz y Marco (2012), la adicción a
Internet se observa en una persona que presenta
el siguiente comportamiento: 1) Tolerancia: un
aumento en el tiempo de conexión, 2) Abstinencia,
un malestar cuando se interrumpe la conexión, 3)
Mayor exposición al medio de lo previsto ori-
ginalmente, 4) Deseo de dejar de usar Internet,
pero no poder llevar a cabo tal acción, 5) Uso
excesivo del tiempo en actividades relacionadas
con Internet, 6) Dejar atrás otras actividades para
usar Internet por más tiempo, y 7) Usar Internet a
pesar de conocer sus efectos negativos.
Diferentes estudios han demostrado que
la adicción a esta tecnología tiene consecuencias,
tales como: dificultad en la flexibilidad cogniti-
va (Dong et al., 2014), problemas en la toma de
decisiones (D’Hondt et al., 2015), aumento en los
niveles de ansiedad, olvido en la realización de
determinadas actividades (Chóliz y Marco, 2012),
problemas de memoria (Dong, 2012), y dificultad
para concentrarse (Rücker et al., 2015).
La investigación sobre los efectos del abuso
no solo se ha centrado en Internet, sino también
en otras tecnologías, incluidas las Tecnologías
de la Información y la Comunicación (TIC)
en general (García-Oliva et al., 2017; Gairin
y Mercader, 2018), juegos online (Bertrán y
Chamarro, 2016; Martín et al., 2017), videojue-
gos (Gonzálvez et al., 2015; Espejo et al., 2018),
telefonía móvil (Gaspar y Cuesta, 2015; Ruiz,
2016; Polo et al., 2017), y las RR.SS.
El uso excesivo de las RR.SS ha originado
una línea de trabajo denominada Adicción a las
redes sociales, que se puede catalogar como un
tipo de adicción a Internet (Sahin, 2018). Pero
antes de analizarlo, discutiremos el término adic-
ción y las variaciones relacionadas con las RR.SS.
Como señalan diferentes autores (Basteiro
et al., 2013; Echeberúa, 2012) el término adicción
Dr. Julio Cabero-Almenara, Dra. Rubicelia Valencia Ortiz, Dra. Rosabel Roig Vila
© 2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.
26
se ha asociado al consumo de drogas y sustan-
cias. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales (APA, 2013) lo define como
el abuso y dependencia de cualquier tipo de sus-
tancia psicoactiva. Sin embargo, otros investigado-
res sostienen que el desarrollo de un proceso adic-
tivo puede ocurrir sin la inclusión de sustancias
psicoactivas. Así, podría definirse como un uso
compulsivo y excesivo que provoca un deterioro
en la rutina diaria de un individuo, dando lugar a
una conducta adictiva (Watters et al., 2013).
No todos los autores están de acuerdo en
que el uso excesivo de Internet y las Redes Sociales
deba considerarse una adicción, sino que afirman
que una adicción a la tecnología a menudo se con-
funde con una adicción al comportamiento. En
consecuencia, consideran que es mejor diferenciar
las verdaderas adicciones, excesos y problemas
transitorios de un exceso problemático, inadecua-
do o intensivo a la exposición tecnológica, (Kuss
et al., 2014; Carbonell, 2014; Carbonell y Oberts,
2015; Pontes et al., 2015). Carbonell (2014) critica
específicamente la idea de adicción a las tecno-
logías de la información y la comunicación y las
describe más como una construcción social que
ha ganado popularidad, una adicción de natura-
leza secundaria que puede confundirse con una
dependencia de la tecnología, y puede ser solo un
pasatiempo o un hábito en lugar de un trastorno
psicológico. Estos autores también argumentan
que no se trata de una adicción ya que no es
incluida en la Guía de Referencia de Criterios
Diagnósticos DSM-5 (APA, 2013).
Independientemente de la postura, no se
puede ignorar que el uso excesivo de las tecno-
logías trae consecuencias negativas, generando
potenciales problemas en la vida de una persona,
específicamente en grupos vulnerables como los
adolescentes (Chóliz y Marco, 2012). A través
de la búsqueda de instrumentos que ayuden a su
diagnóstico, las escalas de autopercepción, habi-
tualmente denominadas Social Media Addiction
Test (SMAT) (pruebas de adicción a las redes
sociales), han ganado popularidad (Basteiro et al.,
2013; Escurra y Salas, 2014; Tutgun-Ünal y Deniz,
2015; Banyai et al., 2017; Simó et al., 2017) uno
de los cuales fue elaborado por Sahin (2018), que
será el utilizado en el presente estudio.
La aplicación de estas escalas ha propor-
cionado una referencia del grado de adicción
o uso excesivo por parte de los adolescentes.
Sahin (2018) señala el hecho de que las personas
que dedican demasiado tiempo a la tecnología
desean recibir notificaciones instantáneas, lo que
puede causar tolerancia virtual, comunicación y
problemas virtuales.
Echeberúa (2012) y Echeberúa y De Corral
(2010) muestran que no solo las redes sociales
pueden seducir a los adolescentes, alejándolos
del contacto personal, sino que también produ-
cen aislamiento social y distorsionan la realidad.
También pueden producir síntomas de abstinen-
cia cuando no tienen acceso a ellos, incluyen-
do privación de sueño y bajo rendimiento en
otras actividades como actividades académicas.
Basteiro et al. (2013) señalan la existencia de una
relación lineal positiva entre neuroticismo, extra-
versión y sintomatología depresiva en relación con
el abuso de las RR.SS. Llamas y Pagador (2014)
sugieren que el exceso favorece a la confusión
del adolescente entre el mundo real y el virtual.
Esta adicción está relacionada con otras variables,
como baja autoestima, depresión y malas habili-
dades sociales (Herrera et al., 2010), así como a
otros problemas de salud (migrañas, dolor lum-
bar, sobrepeso u obesidad, descanso insuficiente),
aspectos psicológicos (riesgo de padecer de desór-
denes mentales, depresión), problemas familiares
y discriminación (Fernández-Villa, 2015).
En conclusión, algunos adolescentes son
conscientes de su adicción y están tomando
medidas para superarla (Fuentes et al., 2015),
pero algunos otros desconocen su existencia
(Marín et al., 2015).
2. Métodos
2.1 Objetivos
Los objetivos de la investigación son los siguien-
tes: a) Reconocer el grado de adicción que tienen
Uso problemático de las redes sociales: el caso de estudiantes mexicanos
Alteridad, 18(1), 23-33 27
los jóvenes mejicanos hacia las RR. SS, usando
la medida adaptada de la escala de Sahin (2018)
denominada Social Media Addiction Scale-
Student Form (SMAS-SF) (escala de medición de
la adicción a las redes sociales en los estudiantes)
en un contexto mejicano. b) Analizar el grado de
adicción que tienen los jóvenes mejicanos hacia
las RR.SS. c) Analizar si el género del estudiante
está relacionado con la adicción a las RR.SS.
2.2 Muestra
El estudio es exploratorio, y estuvo conformado
por 17 600 estudiantes matriculados en el sistema
de educación secundaria pública (Secretaría de
Educación Pública de México) y un bachillerato
de la Ciudad de México. El estudio se realizó de
forma presencial; 5451estudiantes fueron hombres
y 12 149 mujeres. La mayoría de estudiantes eran
menores de 20 años (f = 41011, 23,3 %) y entre
20 y 25 años (f = 2710, 15,40 %). En cuanto a la
frecuencia con la que utilizaban las RR.SS, la gran
mayoría (f=8241, 46,82 %) indicaron que las uti-
lizaban varias veces al día, seguido de quienes las
utilizaban al menos una vez al día (f=4132, 23,48
%), dos o tres veces por semana (f = 1847, 10,49
%), varias veces por semana (f = 1847, 10,49 %), y
menos de una vez por semana (f = 138, 7,84 %). Los
datos muestran el siguiente número de horas utili-
zadas en las RR. SS por semana, el porcentaje más
alto se encontró entre 1-5 horas (32,05 %), segui-
dos de quienes las usaron entre 5-10 horas (22,64
%), Menos de 1 hora (15,61 %) y entre 15-20 horas
(7,27 %). Ningún estudiante indicó que las utilizara
más de 25 horas.
La muestra es de tipo no probabilística,
también llamada de conveniencia o causal, la
cual está determinada por la facilidad de acceso
que tiene el investigador a los sujetos que com-
ponen la muestra.
2.3 Instrumentos
El instrumento utilizado es una adaptación al con-
texto de los adolescentes mejicanos, a partir del
elaborado por Sahin (2018) denominado Social
Media Addiction Scale-Student Form (SMAS-SF)
(escala de medición de la adicción a las redes socia-
les en los estudiantes), escala que implementa una
construcción tipo Likert y 5 opciones de respuesta.
El procedimiento utilizado se puede observar en el
trabajo de Valencia y Cabero (2019).
Nótese únicamente que el índice de con-
sistencia interna obtenido para la escala glo-
bal fue de .926, y para los factores de .836
(Satisfacción por estar conectado a las RR. SS)
.827 (Problemas), .826 (Obsesión por estar infor-
mado), y .797 (Necesidad de estar conectado).
La fiabilidad según diferentes autores
(Nunally y Bernstein, 1994; Mateo, 2012), puede
considerarse alta o muy alta.
La aplicación de la escala se realizó en
línea.
3. Resultados
Los primeros datos presentados serán las
medias y desviaciones estándar obtenidas para
cada uno de los factores, y para los diferentes
ítems que los componen (tabla 1).
Tabla 1
Medias y desviaciones estándar
Dr. Julio Cabero-Almenara, Dra. Rubicelia Valencia Ortiz, Dra. Rosabel Roig Vila
© 2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.
28
Satisfacción por estar conectado en las redes sociales
(m=2,32 – dt=0,75)
Temas negativos relacionados al uso de las redes
sociales (m=2,13 – dt=0,76)
4. Veo las redes sociales como un escape del mundo
real. (m=2,34–sd=1,08).
5. Mi vida sin redes sociales no tiene sentido.
(m=2,12– dt=1,10).
15. Olvido hacer mi tarea porque paso mucho tiempo en
las redes sociales. (m=2,20–sd=1,08).
16. Me siento mal si me veo obligado a reducir el tiempo
que paso en las redes sociales. (m=2,21– dt=1,09).
6. Prefiero usar las redes sociales, aunque haya alguien a
mi alrededor. (m=2,31– dt=1,06).
7. Tengo problemas físicos por el uso de las redes socia-
les. (m=1,96– dt=1,02).
8. Me expreso mejor con las personas con las que me
comunico en las redes sociales. (m=2,51– dt=1,18).
9. Soy como quiero parecer en las redes sociales.
(m=2,24– dt=1,09).
10. Por lo general prefiero comunicarme con la gente a
través de las redes sociales. (m=2,54– dt=1,12).
11. Aunque mi familia lo ve con malos ojos, no puedo dejar
de usar las redes sociales. (m=2,62– dt=1,23).
12. Prefiero la comunicación en las redes sociales que sa-
lir. (m=2,28- ds=1,02).
17. Me siento infeliz cuando no estoy en las redes socia-
les. (m=2,31– dt=1,14).
19. Uso las redes sociales con tanta frecuencia que discu-
to con mi familia. (m=1,85– dt=0,92).
21. Ni siquiera me doy cuenta de que tengo hambre y sed
cuando estoy en las redes sociales. (m=1,91– dt=1,04).
22. Noto que mi productividad ha disminuido debido a las
redes sociales. (m=2,54– dt=1,18).
23. Tengo problemas físicos por el uso de las redes socia-
les. (m=2,00– dt=1,02).
Obsesión por estar informado
(m=2,89 – dt=0,79)
Necesidad/obsesión por estar conectado
(m=2,83 – dt=0,78)
20. El misterioso mundo de las redes sociales siempre me
cautiva. (m=2,55– dt=1,00).
25. Me gusta usar las redes sociales para mantener-
me informado sobre lo que sucede a mi alrededor.
(m=3,28– dt=1,15).
26. Uso las redes sociales para mantenerme informado
sobre lo que comparten los grupos. (m=3,02– dt=1,08).
27. Paso más tiempo en las redes sociales para ver algu-
nos anuncios especiales (por ejemplo, cumpleaños).
(m=2,68– dt=1,11).
28. Siempre estoy en las redes sociales para mantenerme
informado sobre los temas relacionados con mis cursos
(por ejemplo, tareas, actividades) (m=3,00– dt=1,11).
29. Siempre estoy activo en las redes sociales para recibir
información instantánea sobre lo que comparten mis
familiares y amigos. (m=2,79– dt=1,15).
1. Tengo muchas ganas de usar las redes sociales.
(m=2,98– dt=1,07).
2. Busco conexión a Internet en todas partes para tener
acceso a las redes sociales. (m=2,89– dt=1,15).
3. Ingresar a las redes sociales es lo primero que hago
cuando me despierto por la mañana. (m=2,60– dt=1,20).
12. Quiero pasar tiempo en las redes sociales cuando es-
toy solo. (m=3,12– dt=1,16).
14. Las actividades en las redes sociales se apoderan de
mi vida cotidiana. (m=2,45– dt=1,07).
18. Estar en las redes sociales me emociona.
(m=2,94– dt=1,07).
Los datos muestran que los adolescentes
encuestados no consideran negativos los dife-
rentes temas relacionados con las RR. SS, ya que
solo en dos ítems (26. Uso las redes sociales para
mantenerme informado sobre lo que comparten
los grupos y 27. Paso más tiempo en las redes
sociales para ver algunos anuncios especiales
(por ejemplo, cumpleaños.) la puntuación media
es de 3. Al mismo tiempo, los resultados mues-
tran que, en la mayoría de los ítems, la puntua-
ción media está por debajo del valor de 2,5: 5. Mi
vida sin redes sociales no tiene sentido. (2,12), 7.
Prefiero las amistades en las redes sociales que en
la vida real. (1,96), 9. Soy como quiero parecer en
las redes sociales, 13. Prefiero la comunicación
virtual que salir. (2,28), 14. Las actividades en
las redes sociales se apoderan de mi vida cotidia-
na. (2,45), 15. Olvido mis deberes porque paso
Uso problemático de las redes sociales: el caso de estudiantes mexicanos
Alteridad, 18(1), 23-33 29
mucho tiempo en las redes sociales. (2,20), 16.
Me siento mal si me veo obligado a disminuir el
tiempo que paso en las sociales. (2,21), 17. Me
siento infeliz cuando no estoy conectado en las
redes sociales. (2,31), 19. Uso las redes sociales
con tanta frecuencia que discuto con mi familia.
(1,85), 21. Ni siquiera me doy cuenta de que
tengo hambre y sed cuando estoy en las redes
sociales. (1,91), 22. Noto que mi productividad
ha disminuido debido a las redes sociales. (2,41),
y 23. Tengo problemas físicos por el uso de las
redes sociales. (2,00).
Sin embargo, debido a las bajas desvia-
ciones típicas obtenidas se puede decir que ha
habido cierta homogeneidad en las respuestas
ofrecidas por parte de los encuestados.
Un dato que también refuerza lo discuti-
do en este estudio es que la media y desviación
estándar obtenida en el instrumento fue de 2,50
y 0,63, respectivamente. Estos resultados indican
una percepción de no adicción a las RR. SS por
parte de los encuestados.
En cuanto a las medias y desviaciones
típicas alcanzadas en cada uno de los factores, en
la tabla 2 se presentan los ítems que constituye-
ron cada uno en el estudio previo realizado y las
medias y desviaciones típicas alcanzadas.
Esto también se confirma al observar
las puntuaciones medias de los factores que
no denotan una percepción a la adicción a las
RR.SS. Esto se debe a que no presentan un alto
nivel de adicción por estar conectados y estar
informados a través de las RR.SS, ni consideran
que su uso les haya conducido a situaciones pro-
blemáticas como evitar a familiares o amigos, o
afectar su desempeño, o desarrollar un problema
físico.
En cuanto a las respuestas diferenciadas
por género, la tabla 2 muestra las medias y des-
viaciones estándar alcanzadas en cada uno de los
factores y en el instrumento.
Tabla 2
Promedios y desviaciones típicas según el sexo de los encuestados
G M D.E
Satisfacción por estar conectado en las redes sociales en línea
H 2,35 ,754
M 2,30 ,740
Problemas
H 2,15 ,760
M 2,11 ,768
Obsesión por estar informado H 2,84 ,790
M 2,93 ,783
Necesidad/obsesión por estar conectado H 2,81 ,800
M 2,85 ,755
Total H 2,50 ,635
M 2,51 ,621
Como apuntan los datos, las diferencias
no son muy significativas, pero para contrastar
se formularon las hipótesis que se presentan a
continuación.
Hipótesis nula (H0): no existen diferencias
significativas entre los jóvenes según género en
las respuestas ofrecidas a la adaptación del cues-
tionario Social Media Addiction Scale-Student
Form (SMAS-SF) (2018) (escala de medición de
la adicción a las redes sociales en los estudian-
tes), con un riesgo alfa de error de 0,05.
Dr. Julio Cabero-Almenara, Dra. Rubicelia Valencia Ortiz, Dra. Rosabel Roig Vila
© 2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.
30
Hipótesis alternativa (H1): sí existen dife-
rencias significativas entre los jóvenes según el
género en las respuestas ofrecidas a la adapta-
ción del cuestionario Social Media Addiction
Scale-Student Form (SMAS-SF) (2018) (escala
de medición de la adicción a las redes sociales
en los estudiantes), con un riesgo alfa de error
de 0,05.
Para ello se aplicará la prueba de la t de
Student para las muestras independientes, aun-
que se debe señalar que inicialmente se usó la
prueba de Levene (Mateo, 2012) para analizar la
igualdad de las varianzas. En la tabla 3 se presen-
tan los valores t alcanzados para cada ítem, para
cada factor y la naturaleza global del instrumen-
to, y su significancia para 603 grados de libertad.
Tabla 3
T de Student para el análisis de signicancia de género (** = signicativa al 0,01)
Prueba Levene t de estudiante
F Sig. t Sig.
Satisfacción por estar conectado en las redes sociales 0,005 0,945 0,744 0,457
Problemas 0,121 0,728 0,620 0,535
Obsesión por estar informado 0,003 0,955 -1,421 0,156
Necesidad/obsesión por estar conectado 3,044 0,082 -0,587 0,557
Total 0,102 0,750 -0,064 0,949
Con base en los datos, las diferentes H0 no
deben rechazarse, por lo tanto, se puede indicar
que no existen diferencias significativas entre los
jóvenes según el género en las respuestas ofreci-
das a la adaptación del cuestionario Social Media
Addiction Scale-Student Form (SMAS-SF) (esca-
la de medición de la adicción a las redes sociales
en los estudiantes), con un nivel de significancia
de p≤0.05. El rechazo se presentó solo en uno de
los ítems (normalmente prefiero comunicarme
con la gente a través de las redes sociales), y en
este caso las diferencias favorecen a los hombres.
4. Discusión y conclusiones
El presente estudio que buscó determinar si
los jóvenes mejicanos pueden ser considerados
adictos a las RR.SS arroja datos que indican que
los estudiantes no se perciben como adictos a
las RR. SS, lo que coincide con otros autores y
contextos (Marín et al., 2015; Levene, 1960). Los
datos también están relacionados con Kuss et al.
(2014), Carbonell (2014), Carbonell y Oberts
(2015) y Pontes et al. (2015), quienes señalan
conductas mantenidas por los jóvenes y adoles-
centes en las RR. SS que no pueden ser consi-
deradas como adicción, sino más bien como un
exceso y abuso de uso, algo que nuestros datos
no confirman, ya que los rasgos de la adicción
no se encuentran como se indica en la literatura
científica (Urresti et al., 2015), lo que explica la
puntuación de 2,32 obtenida en la satisfacción
por estar conectada a las redes.
Los resultados indican que las consecuen-
cias negativas como el olvido de realizar deberes
académicas y problemas con el rendimiento no se
han confirmado en el estudio (15. Olvido hacer
mi tarea porque paso mucho tiempo en las redes
sociales-2.20 y 22. Noto que mi productividad
ha disminuido debido a las redes sociales-2,41),
lo que concuerdan con los datos obtenidos por
Tuñez y Sixto (2012) y Marín et al. (Sabariego,
2012). Tampoco se han reportado hallazgos de
que su uso afecte al entorno familiar o social
(11. Aunque mi familia lo ve con malos ojos, no
puedo dejar de usar las redes sociales.-2,62 y 19.
Uso las redes sociales con tanta frecuencia que
Uso problemático de las redes sociales: el caso de estudiantes mexicanos
Alteridad, 18(1), 23-33 31
discuto con mi familia.-1,85, hallazgo que coin-
cide con lo comentado por Caldevilla (2010).
A diferencia del autor de la prueba que
hemos adaptado (2018), no hemos encontrado
la necesidad que tienen las personas adictas a las
RR.SS de recibir notificaciones constantemente.
Como se puede observar, la puntuación media en
el factor Obsesión por estar informado fue de 2,89,
lo que no sugiere una obsesión en los encuestados
de recibir información constantemente.
En cuanto a las hipótesis de si existen dife-
rencias significativas de género en la percepción
de los estudiantes en relación con su adicción
a las RR.SS, no se han obtenido tales diferen-
cias ni en los distintos ítems del cuestionario
ni en los cuatro factores identificados. En este
sentido, nuestros hallazgos coinciden con los
resultados de otros autores (Basteiro et al., 2013;
Fernández-Villa, 2015; Ruiz, 2016).
Los hallazgos deben tomar en cuenta las
limitaciones del estudio, en especial las caracte-
rísticas de la muestra y el hecho de trabajar con
estudiantes que no tienen la autopercepción de
ser adictos a las RR.SS.
Por lo tanto, se proponen futuras líneas de
investigación: replicar el estudio con diferentes
criterios muestrales y de contexto; comparar
hallazgos con los obtenidos en otras escalas de
adicción; comparar las percepciones mostradas
por los alumnos sobre la adicción las RR. SS, con
la percepción de los docentes y los padres; ana-
lizar las posibilidades de determinar la adicción
a las RR. SS por medio de otros instrumentos
como la entrevista en profundidad.
Referencias bibliográficas
American Psychiatric Association (2013). Guía de
consulta de los criterios diagnósticos del DSM-
5. Médica Panamericana.
Arab, E. y Díaz, A. (2015). Impacto de las redes socia-
les e internet en la adolescencia: Aspectos
positivos y negativos. Revista Médica Clínica
Las Condes, 26(1), 7-13.
https://doi.org/10.1016/j.rmclc.2014.12.001
Bányai, F., Zsila, A., Király, O., Maraz, A., Elekes, Z.,
Griffiths, M. D., Andreassen, C. y Demetrovics,
D. (2017). Problematic social media use: results
from a large-scale nationally representative
adolescent sample. PLoS ONE, 12(1), 1-13.
https://doi.org/10.1371/journal.pone.0169839
Bastarrechea, N. (2017). Jóvenes, TIC y entornos edu-
cativos. Nuevas formas de interactuar, nuevas
resonsabilidades. Telos, 107, 93-94.
https://bit.ly/3VngDVU
Basteiro, J., Robles, A., Juarros, J. y Pedrosa, I. (2013).
Adicción a las redes sociales: creación y vali-
dación de un instrumento de medida. Revista
de Investigación y Divulgación en Psicología y
Logopedia, 3(1), 2-8. https://bit.ly/3WeSv9u
Bertran, E. y Chamarro, A. (2016). Videojugadores del
League of Legends: El papel de la pasión en el
uso abusivo y en el rendimiento. Adicciones,
28(1), 28-34. https://bit.ly/3WX7Tr5
Caldevillla, D. (2010). Las redes sociales. Tipología,
uso y consumo de las redes 2.0 en la sociedad
digital actual. Documentación de las Ciencias
de la Información, 33, 45-68.
https://bit.ly/3Wn0T6J
Carbonell, X. y Oberts, U. (2015). Las redes sociales
en línea no son adictivas. Aloma. Revista de
Psicología, Ciències de l´Educació i de l´Es-
port, 33(2), 13-19.
https://doi.org/10.51698/aloma.2015.33.2.13-19
Carbonell, X. (2014). ¿Qué son las adicciones tecno-
lógicas? Internet, MMORPG y redes sociales.
En X. Carbonell (coord.), Adicciones tecno-
lógicas qué son y cómo tratarlas (pp. 13-36).
Síntesis.
Chóliz, M. y Marco, C. (2012). Adicción a Internet
y redes sociales. Tratamiento psicológico.
Alianza.
Cruz, I. (2016). Percepciones en el uso de las redes
sociales y su aplicación en la enseñanza de
las matemáticas. Pixel-Bit. Revista de Medios
y Educación, 48, 165-186.
https://doi.org/10.12795/pixelbit.2016.i48.11
D’Hondt, F., Billieux, J. y Maurage, P. (2015).
Electrophysiological correlates of problema-
tic Internet use: Critical review and perspec-
tives for future research. Neuroscience and
Biobehavioral Reviews, 59, 64-82.
https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2015.10.005.
Dr. Julio Cabero-Almenara, Dra. Rubicelia Valencia Ortiz, Dra. Rosabel Roig Vila
© 2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.
32
Díaz, R. M. (2014). Intervención en adolescentes. En
X. Carbonell (ed.), Adicciones tecnológicas
qué son y cómo tratarlas. Síntesis.
Dong, G., Devito, E., Du, X. y Cui, Z.(2012). Impaired
inhibitory control in internet addiction
disorder. Psychiatry Research, 203, 153-158.
https://doi.org/10.1016/j.pscychresns.2012.02.001
Dong, G., Lin, X., Zhou, H. y Lu, Q. (2014). Cognitive
flexibility in internet addicts: fMRI eviden-
ce from difficult-easy and easy-to-difficult
switching situations. Addictive Behaviors, 39,
677-683.
https://doi.org/10.1016/j.addbeh.2013.11.028
Echeburúa, E. (2012). Factores de riesgo y factores de
protección en la adicción a las nuevas tecno-
logías y redes sociales en jóvenes y adolescen-
tes. Revista Española de Drogodependencia,
37(4), 435-447. https://bit.ly/3HZa9Ka
Echeburúa, E. y Del Corral, P. (2010). Adicción a las
nuevas tecnologías y a las redes sociales en
jóvenes: ¿un nuevo reto? Adicciones, 22(2),
91-95. https://bit.ly/3PQfHbt
Escurra, M. y Salas, E. (2014). Construcción y vali-
dación del cuestionario de adicción a redes
sociales (ARS). LIBERABIT, 20(1), 73-91.
https://bit.ly/3vgrVkp
Espejo, T., Chacón, R., Castro, M. Zurita, F. y
Martínez, A. (2018). Incidencia del consumo
de videojuegos en el autoconcepto académi-
co-físico de estudiantes universitarios. Pixel-
Bit. Revista de Medios y Educación, 52, 7-19.
https://doi.org/10.12795/pixelbit.2018.i52.01
Esquivel, J. y Rojas, C. (2014). Uso de Facebook
en ámbitos educativos universitarios:
Consideraciones y recomendaciones.
Apertura, 6(2), 1-12. https://bit.ly/3WHJ0j0
Fernández-Villa, T., Ojeda, J., Almaraz Gómez, A.,
Cancela, J. M., Delgado-Rodríguez, M.,
García-Martín, M., Jiménez-Mejías, E., Llorca,
J., Molina, J., Ortiz, R., Valero-Juan, L. y
Martín, V. (2015). Uso problemático de inter-
net en estudiantes universitarios: factores aso-
ciados y diferencias de género. Adicciones,
27(4), 265-275. https://bit.ly/3hOLLQE
Fuentes, J. L., Esteban, F. y Caro, C. (2015). Vivir en
Internet. Retos y reflexiones para la educación.
Síntesis.
Gairin, J. y Mercader, C. (2018). Usos y abusos
de las TIC en los adolescentes. Revista de
Investigación Educativa, 36(1), 125-140.
https://doi.org/10.6018/rie.36.1.284001
García-Oliva, C. y Fernández, C. (2016). Si lo vives, lo
compartes. Cómo se comunican los jóvenes en
un mundo digital. Fundación Telefónica.
García-Oliva, C., Piqueras, J. M. y Marzo, J. C. (2017).
Uso problemático de internet, el móvil y los
videojuegos en una Muestra de adolescentes
alicantinos. Salud y drogas, 17(2), 189-200.
https://bit.ly/3FOOMsg
Gaspar, S. y Cuesta, V. (2015). Adicción al smartpho-
ne. Análisis motivacional de uso entre nati-
vos digitales. Opción, 31(4), 517-531.
https://bit.ly/3hLaXaA
Gértrudix, M., Borges, E. y García, F. (2017). Vidas
registradas. Redes sociales y jóvenes en la era
algorítmica. Telos, 107, 62-70.
https://bit.ly/3BXfFZM
Gonzálvez, M., Espada, J. y Tejeiro, T. (2015). El uso
problemático de los videojuegos está relacio-
nado con problemas emocionales en adoles-
centes. Adicciones, 29(3), 180-185.
https://bit.ly/3WHpR0k
Griffiths, M. (1995). Technological addictions.
Clinical Psychology Forum, 76, 14-19.
Herrera, M., Pacheco, M., Palomar, J. y Zavala, D.
(2010). La adicción a Facebook relacionada
con la baja autoestima, la depresión y la falta
de habilidades sociales. psicología iberoame-
ricana, 18(1), 6-18. https://bit.ly/3hSxa6z
Islas, C. y Carranza, R. (2011). Uso de las redes
sociales como estrategias de aprendiza-
je. ¿Transformación educativa? Revista
Apertura, 3(2). https://bit.ly/3FTPyUy
Kuss, D., Griffiths, M., Karila, L. y Billieux, J. (2014).
Internet Addiction: A Systematic Review
of Epidemiological Research for the Last
Decade. Current Pharmaceutical Design, 20,
4026-4052.
Levene, H. (1960). Robust tests for equality of
variances. En I. Olkin. In Contributions to
Probability and Statistics: Essays in Honor
of Harold Hotelling (pp. 278-292). Stanford
University Press.
Llamas, F. y Pagador, I. (2014). Estudio sobre las redes
sociales y su implicación en la adolescencia.
Enseñanza & Teaching, 32(1), 43-57.
https://bit.ly/3jgJQ7E
Uso problemático de las redes sociales: el caso de estudiantes mexicanos
Alteridad, 18(1), 23-33 33
Marín, V., Sampedro, B. y Muñoz, J. M. (2015). ¿Son
adictos a las redes sociales los estudian-
tes universitarios? Revista Complutense de
Educación, 26, 233-251.
https://doi.org/10.5209/rev_RCED.2015.v26.46659
Martín, M., Matalí, J., García, S., Pardo, M., Lleras,
M. y Castellano, C. (2017). Adolescentes con
Trastorno por juego en Internet (IGD): per-
files y respuesta al tratamiento. Adicciones,
29(2), 125-133. https://bit.ly/3YMnpru
Mateo, J. (2012). La investigación ex post-facto. En
Rafael Bisquerra (coord.), Metodología de
investigación educativa (pp.196-230). La
Muralla.
Musial, K., y Kazienko, P. (2013). Social Networks on
the Internet. World Wide Web, 16(1), 31-72.
https://doi.org/10.1007/s11280-011-0155-z
Nunally, J. C. y Bernstein, I. (1994). Psychometric
theory. McGraw-Hill.
Orange. (2018). Guía sobre el uso responsable de la
tecnología en el entorno familiar. Orange.
Polo, M., Mendo, S., León, B. y Castaño, E. (2017).
Abuso del móvil en estudiantes universita-
rios y perfiles de victimización y agresión.
Adicciones, 29(4), 245-255.
https://bit.ly/3GfAhPt
Pontes, H. M., Szabo, A. y Griffiths, M. D. (2015) The
impact of Internet based specific activities on
the perceptions of Internet addiction, quality
of life, and excessive usage: A cross-sectional
study. Addictive Behaviors, 1, 19-25.
https://doi.org/10.1016/j.abrep.2015.03.002
Renau, V., Oberts, U. y Carbonell, X. (2013) Construcción
de la identidad a través de las redes sociales
online: una mirada desde el construccionismo
social. Anuario de Psicología, 43(2), 159-170.
https://bit.ly/3WHsxeo
Rücker, J., Akre, C., Berchtold, A. y Suris, J.C. (2015).
Problematic Internet use is associated with
substance use in young adolescents. Acta
Pediátrica, 104, 504-507.
https://doi.org/10.1111/apa.12971
Ruiz, C. (2016). Perfil de uso del teléfono móvil e inter-
net en una muestra de universitarios españo-
les: ¿usan o abusan? Bordón, 68(3), 131-145.
https://doi.org/10.13042/Bordon.2016.68307
Sabariego, M. (2012). El proceso de investigación
(parte 2). En Rafael Bisquerra (coord.),
Metodología de la investigación educativa
(pp.127-163). La Muralla.
Sahin, C. (2018). Social Media Addiction Scale -
Student Form: The Reliability and Validity
Study. TOJET: The Turkish Online Journal
of Educational Technology, 17(1), 168-182.
https://bit.ly/3WxYar2
Simó, C., Martínez, A., Ballester, M. L. y Domínguez,
A. (2017). Instrumentos de evaluación del
uso problemático del teléfono móvil/sma-
tphone. Salud y drogas, 17(1), 5-14.
https://bit.ly/3GoT4rT
Túñez, M. y Sixto, J. (2012). Las redes sociales como
entorno docente: análisis del uso de Facebook
en la docencia universitaria. Pixel-Bit. Revista
de Medios y Educación, 41, 77-92.
https://bit.ly/3WGtPqc
Tutgun-Ünal, A. y Deniz, L. (2015). Development of
the Social Media Addiction Scale. AJIT-e:
Online Academic Journal of Information
Technology, 6(21), 51-70.
https://doi.org/10.5824/1309-1581.2015.4.004.x
Urresti, M., Linne, J. y Basile, D. (2015). Conexión
total. Los jóvenes y la experiencia social en la
era de la comunicación digital. CABA, GEU.
Valencia, R. y Cabero, J. (2019). TIC para la inclusión:
una mirada desde Latinoamérica. Aula abier-
ta, 48(2), 139-146.
https://doi.org/10.17811/rifie.48.2.2019.139-146
Watters, C. A., Keefer, K. V., Kloosterman, P. H.,
Summerfeldt, L. J. y Parker J. D. A. (2013).
Examining the structure of the Internet
Addiction Test in adolescents: A bi-factor
approach. Computers in Human Behavior,
29(6), 2294-2302.
https://doi.org/10.1016/j.chb.2013.05.020
Young, K. (2015). The evolution of internet addic-
tion disorder. En G. Montag, Internet
Addiction, Neuroscientific Approaches and
Therapeutical Interventions (pp. 3-17).
Springer International Publishing.