p-ISSN:1390-325X / e-ISSN: 1390-8642
enero-junio 2023
Vol. 18, No. 1, 99-112
https://doi.org/10.17163/alt.v18n1.2023.08
Forma sugerida de citar: Espinosa-Valenzuela, D., Rodríguez-Garcés, C. y Padilla-Fuentes, G. (2022). Malestar subjetivo e
incertidumbre educativa durante la pandemia por Covid-19. Alteridad, 18(1), 99-112. https://doi.org/10.17163/alt.v18n1.2023.08
Malestar subjetivo e incertidumbre educativa
durante la pandemia por Covid-19
Subjective distress and educational uncertainty during the
Coid-19 pandemic
Denisse Espinosa-Valenzuela es profesora e investigadora de la Universidad del Bío-Bío (Chile) (daespinosa@ubiobio.cl)
(https://orcid.org/0000-0003-1486-7046)
Dr. Carlos Rodríguez-Garcés es profesor e investigador de la Universidad del Bío-Bío (Chile) (carlosro@ubiobio.cl)
(https://orcid.org/0000-0002-9346-0780)
Geraldo Padilla-Fuentes es profesor e investigador de la Universidad del Bío-Bío (Chile) (gpadilla@ubiobio.cl)
(https://orcid.org/0000-0003-0882-1818)
Recibido: 2022-01-25 / Revisado: 2022-08-31 / Aceptado: 2022-10-18 / Publicado: 2023-01-01
Resumen
La crisis sanitaria por la Covid-19 tiene secuelas
que van más allá de los aspectos estrictamente biomédicos
impactando diferencialmente sobre el mercado del trabajo,
bienestar económico y subjetivo de la población, provocan-
do una alta vulnerabilidad y una prolongada incertidumbre.
Con datos de la Encuesta Jóvenes Covid-19 y mediante
tablas de contingencia y árboles de clasificación, el objetivo
de este artículo es analizar la percepción, incertidumbre y
sentimientos que jóvenes entre 14 y 24 años tienen sobre
la pandemia y sus efectos, con especial énfasis en quienes
temen perder el año escolar por la crisis sanitaria. Los resul-
tados destacan que los y las jóvenes reconocen la gravedad
de la Covid-19, aunque perciben que los adultos exageran
la crisis y que los jóvenes no se contagian; además, reportan
altos niveles de incertidumbre por la muerte de algún fami-
liar o amigo/a, problemas económicos familiares y temor a
perder el año escolar. Incertidumbre educativa predomi-
nante en jóvenes de menor edad con altos niveles de pre-
ocupación, angustia y miedo, junto con la manifestación de
ingesta compulsiva e insomnio. Las conclusiones remarcan
los impactos que la pandemia ha tenido sobre el bienestar
subjetivo de la población joven, deterioro socioemocional
cimentado sobre un extendido miedo a la muerte de cer-
canos/as, los problemas económicos familiares y perder el
año escolar; problemática que plantea la necesidad de un
abordaje multidimensional y extendido más allá del término
de la pandemia.
Descriptores: Estudiantes, pandemia, educación,
salud mental, efectos psicológicos, comportamiento social.
Abstract
The health crisis caused by Covid-19 has conse-
quences that go beyond the strictly biomedical, having a
differential impact on the labor market, economic and sub-
jective well-being of the population, causing high vulnerabil-
ity and prolonged uncertainty. The pandemic has produced
events that escape the biomedical, impacting differentially
on people’s economic and subjective well-being. By means
of contingency tables and Classification Trees, we analyze
the perception, uncertainty and feelings that young people
between 14 and 24 years old have about the pandemic
and its effects, reported in the Covid-19 Youth survey. Of
special interest are those who fear losing the school year
due to the health crisis. The results highlight that young
people recognize the seriousness of Covid-19, although
they perceive that adults exaggerate the crisis and that
young people are not infected; in addition, they report high
levels of uncertainty due to the death of a family member
or friend, family economic problems, and fear of losing the
school year. Educational uncertainty is predominant among
younger youth and is linked to high levels of worry, anxiety
and fear, together with the manifestation of compulsive
drinking and insomnia. The conclusions highlight the impacts
that the pandemic has had on the subjective wellbeing
of the young population; socioemotional deterioration
related to the fear of death of close ones, family economic
problems, and losing the school year. This problem raises
the need for a multidimensional and extended approach
beyond the end of the pandemic.
Keywords: Students, pandemic, education, mental
health, psychological effects, social behavior.
http://alteridad.ups.edu.ec
Geraldo Padilla-Fuentes, Dra. Rubicelia Valencia Ortiz, Dra. Rosabel Roig Vila
© 2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.
100
1. Introducción
La crisis sanitaria debida a la pandemia de
Covid-19 (SARS-CoV-2) ha repercutido direc-
tamente sobre la salud y vida social y económica
de las personas, colapsando los sistemas sani-
tarios, laborales y educativos. Los Gobiernos se
enfrentaron a una serie de complicaciones sin
precedentes, donde a la incertidumbre médica
se sumaron las demandas ciudadanas por res-
puestas y medidas contra una amenaza invisible,
cuyos altos niveles de reproducción básica, supe-
raron incluso a la hallada en la Influenza virus A
subtipo H1N1 del año 2009 (Gutiérrez y Varona,
2020), presentando elevadas tasas de mortalidad,
principalmente entre adultos mayores, además
de una sorprendente capacidad de mutación. Lo
anterior demandó un rápido estudio para des-
cubrir y aplicar formas efectivas de contención,
inmunización y/o erradicación (Cortés, 2020;
Pérez et al., 2020; Saravia Bartra, 2020).
La pandemia ha permeado las esferas más
íntimas de la vida personal y social, poniendo en
relieve la vulnerabilidad fisiológica, emocional
y afectiva de las personas. Si bien la Covid-19
amenaza con mayor intensidad la supervivencia
de los adultos mayores, no es menos relevante la
carga psicológica/emocional que genera sobre el
resto de la población. Entre jóvenes, la pandemia
ha exacerbado sentimientos como el temor, la
ansiedad, molestia y confusión, dificultando el
desarrollo identitario, la vida familiar y el pro-
greso escolar adecuado.
1.1 Jóvenes y Covid-19 en Chile
La preocupación por el estado de la población
joven ha sido una constante durante la pandemia
por Covid-19 en Chile. No tan solo referido a los
estudios y su migración hacia una modalidad
online, el interés por dar cuenta de lo que hacen
y piensan las y los jóvenes demuestra su impor-
tancia para las políticas públicas contemporá-
neas, en especial, la tarea de observar y perfilar
sus opiniones, sentimientos y percepción general
a causa de la crisis (Hincapié, 2020; Mendiola et
al., 2020; Salas et al., 2020; UNICEF, 2020).
A grandes rasgos, este interés se ha loca-
lizado en cuatro dimensiones de la vida de las y
los jóvenes durante la pandemia: salud (bienes-
tar objetivo y subjetivo), educación (hábitos de
estudio, rendimiento, estrés), relaciones socia-
les (distanciamiento, ansiedad, redes sociales) y
relaciones familiares (tiempo compartido, que-
haceres, tipos de comunicación). Este segmento
poblacional ha visto transformada —cuando no
interrumpida— su vida, viéndose limitados al
confinamiento prolongado y obligatorio, además
de un aumento en la dependencia a las redes
sociales (Gómez, 2020).
Entre los fenómenos mayormente repor-
tados entre jóvenes se encuentra el estrés pandé-
mico, respuesta psicológica a la situación de crisis
que produce sentimientos de miedo, ansiedad e
incertidumbre, los cuales se vinculan con sín-
tomas depresivos, comportamientos adictivos
y temor a la muerte de algún cercano (Chacón
Fuertes et al., 2020). Así también, las medidas de
confinamiento han cambiado los hábitos y ruti-
nas de las y los jóvenes; los horarios para comer,
dormir, estudiar o divertirse, experimentan gran
variabilidad, a lo que se suma el incremento de
estilos de vida sedentarios y/o solitarios en razón
del aislamiento social. Por otro lado, las medidas
para frenar la pandemia han agudizado también
la situación de quienes pertenecen a los sectores
más desfavorecidos de la sociedad, sobre todo
luego de la migración de una modalidad educa-
tiva presencial hacia otra virtual y la consiguiente
interrupción o intermitencia de servicios de ali-
mentación, protección e incentivo a la recreación
que brindaban (UNICEF, 2020).
Por otra parte, la crisis sanitaria también
ha ocasionado que los y las jóvenes deban inte-
rrumpir, cuando no paralizar, su vida social. Las
medidas de cuarentena y confinamiento han
entorpecido el ritmo de vida que tenían estos
grupos antes de la crisis, por ejemplo, desde
verse obligados a dejar de asistir presencialmen-
te a la escuela donde podían socializar con sus
Malestar subjetivo e incertidumbre educativa durante la pandemia por Covid-19
Alteridad, 18(1), 99-112 101
compañeros y profesores hasta renunciar a fies-
tas o reuniones con sus pares en busca de entre-
tenimiento. Aun cuando es cierto que la crisis ha
intervenido en la vida social de todas las perso-
nas en general, también es verdad que este grupo
en específico lo enfrenta de una forma especial
debido al ciclo vital que atraviesan. Al encontrar-
se en una etapa de maduración y conformación
de la identidad, donde la experimentación, las
relaciones con otros y la autonomía que se logre
dentro y fuera del hogar son esenciales para
construir su personalidad, no es de extrañar que
al verse restringidos manifiesten conflictos con
la autoridad familiar y comportamientos negati-
vos como estrés, ansiedad o irritabilidad.
Aunado a lo anterior, no se puede obviar
que los diversos impactos de la pandemia, su
profundidad y repercusiones, están mediados por
la segmentación que presenta la sociedad chile-
na, especialmente a lo que a educación refiere.
Considerando la marcada brecha de recursos que
cada familia tiene según su origen de clase, las
posibilidades de resistir y mitigar los problemas
derivados de la crisis varían significativamente, tal
así que de partida quienes no tienen dispositivos
tecnológicos y acceso a internet en casa no pueden
ser parte de una educación bajo modalidad online.
A esto se suman los apoyos que cada estudiante
tiene en razón del capital socioeducativo de su
familia, donde las orientaciones, correcciones y
supervisión que pueden recibir depende de la
educación acumulada por los progenitores.
Pese a su deseo de independencia que
la crisis pone en suspenso, los y las jóvenes no
constituyen un ente aislado. Evidencias recientes
han dado cuenta de la empatía que tienen hacia
sus cercanos y su preocupación frente a la posi-
bilidad de que se contagien y padezcan los efec-
tos de la Covid-19 (Chacón Fuertes et al., 2020;
Taylor, 2019; UNICEF, 2020). Aunque eventos
transgresores como fiestas clandestinas amplia-
mente reportadas por los medios de comunica-
ción tienen a los y las jóvenes como protagonis-
tas, el temor por el sufrimiento de los cercanos es
también una constante que refuerza la adopción
y respeto de las medidas de cuarentena.
Este estado de situación reporta la nece-
sidad por conocer cómo se sienten, qué hacen
y cómo enfrentan la pandemia los y las jóvenes
en Chile, indagando respecto de sus angustias,
miedos e incertidumbre, en particular las referi-
das al proceso educativo cuya dinámica ha sido
abruptamente interrumpida.
2. Metodología
2.1 Diseño
Este trabajo adopta una perspectiva cuantitativa
de análisis estadístico desde un diseño transver-
sal. Por medio del cálculo de índices y pruebas
de contraste de hipótesis, tanto en contexto biva-
riante como multivariante, se examina la per-
cepción de riesgo e incertidumbres que reportan
jóvenes respecto a la actual crisis sanitaria por
Covid-19. A nivel bivariante, se analizan pro-
porciones y estimaciones, las cuales son com-
plementadas mediante la técnica multivariante
Árboles de Segmentación en procura de modelar
los itinerarios decisionales y atributos distintivos
en la configuración de la percepción de riesgos.
2.2 Instrumento
Se hace uso de la base de datos de la encuesta
“Radiografía nacional de jóvenes frente a la crisis
sanitaria Covid-19”, en adelante venes Covid-
19, realizada por la Subsecretaría de la Niñez
del Ministerio de Desarrollo Social y Familia
(MDSF), organización que tiene como propósito
la protección, promoción y difusión de derechos
en la niñez y adolescencia.
La encuesta Jóvenes COVID-19 pretende
conocer los sentimientos y comportamientos que
la pandemia ha ocasionado entre adolescentes
y jóvenes chilenos. Es una encuesta de carácter
oficial y de representación nacional, realizada en
70 comunas de Chile durante el mes de abril del
año 2020, teniendo como población objetivo a
personas entre 14 y 24 años.
Este instrumento tipo cuestionario se
estructura en un conjunto de baterías de ítems que
Geraldo Padilla-Fuentes, Dra. Rubicelia Valencia Ortiz, Dra. Rosabel Roig Vila
© 2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.
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abordan, bajo la modalidad de respuestas categóri-
cas tipo Likert y de pregunta de respuesta múltiple,
la percepción de riesgo al contagio por Covid-19,
efectos económicos, familiares y personales de la pan-
demia, además de ítems relacionados con la salud
mental e incertidumbre académica entre jóvenes.
2.3 Muestra
El artículo de investigación se circunscribe a la
población joven que se encuentra estudiando en
enseñanza media o universitaria y corresponde a
367 sujetos (tabla 1), submuestra que representa el
61 % del total de encuestados. La muestra general
fue extraída mediante procedimientos probabilís-
ticos con criterios de estratificación para garanti-
zar representatividad a nivel nacional y posibilitar
el proceso de extrapolación inferencial.
Tabla 1
Caracterización de la muestra de estudiantes (n=367)
%
Sexo
• Masculino
• Femenino
45,8
54,2
Trabaja
• Si
• No
13,6
86,4
Nivel de Estudios
• Enseñanza Media
• Educación Superior
53,4
46,6
Edad
• 14 a 17
• 18 a 21
• 22 a 24
39,5
24,0
36,5
Nota. Elaboración propia con datos de la encuesta Jóvenes COVID-19 (2020).
En términos sociodemográficos, la mues-
tra de estudios evidencia un predominio de estu-
diantes mujeres (54,2 %), adolescentes entre 14 y
17 años (39,5 %), mayoritariamente pertenecien-
tes a enseñanza media (53,4 %) y donde solo un
porcentaje marginal compatibiliza sus estudios
con alguna actividad laboral (13,6 %).
2.4 Procedimiento
Con los datos de la encuesta Jóvenes COVID-19,
se realiza una fase exploratoria a fin de seleccio-
nar los casos de la submuestra previamente esta-
blecidos los criterios de inclusión, se subsanan
errores lógicos y examina la métrica de las varia-
bles de interés. Posteriormente se realizaron los
procesos analíticos con el tratamiento estadísti-
cos de los ítems y dimensiones relevantes para el
objeto de estudio.
En primer lugar, se efectúa un análisis
descriptivo mediante el cálculo de proporcio-
nes de las variables categóricas, sean estas de
métrica nominal u ordinal; información que es
representada a través de Tablas. En esta fase se
modelan las percepciones que tienen los y las
estudiantes respecto de la gravedad atribuida a la
Malestar subjetivo e incertidumbre educativa durante la pandemia por Covid-19
Alteridad, 18(1), 99-112 103
crisis Covid-19, las incertidumbres y sentimien-
tos que les provoca, así como las consecuencias
negativas que el confinamiento les genera en su
cotidianidad, análisis que son segmentados sobre
la base de atributos clasificatorios considerados
significativos, como la edad y el sexo.
En segundo lugar, se ejecutó un análisis
multivariante, específicamente la técnica Árboles
de Segmentación o Clasificación. En efecto, a fin
de dar mayor profundidad analítica se realizó el
modelamiento de los perfiles que estructuran la
incertidumbre por perder el año académico en el
nuevo escenario educativo mediante árboles de
clasificación. Procedimiento de naturaleza mul-
tivariante que posibilitó diagramar la estructura
jerárquica, en ramas y nodos, de los factores con
mayor capacidad de discriminación y predicción
de la variable modelada. El método de segmen-
tación basado en Chi cuadrado maximiza las dis-
tancias entre grupos, define perfiles y estructura
itinerarios (Gervilla y Palmer, 2009).
Junto con la variable modelada
Incertidumbre por perder el año escolar, se incor-
poraron a modo de predictores un conjunto de
atributos que la literatura reporta como rele-
vantes, todos los cuales cumplían con el crite-
rio de contraste de asimetría categorial 90/10.
Asimismo, se establece una poda de tres niveles
y el criterio de 50 casos para el nodo padre y
20 para el nodo hijo, con el propósito de evitar
sobreajustes. Bajo estas condiciones y reque-
rimientos, el algoritmo CHAID estructuró un
árbol de tres predictores [Edad, Escepticismo y
Sexo] con diez nodos, seis de ellos terminales.
Este árbol clasifica correctamente al 75,5 % de
los casos, con un nivel de sensibilidad del 67,2
% y especificidad del 83,4 %, agrupando el Nodo
más pequeño a un 7,6 % de la muestra analizada.
Parámetros considerados adecuados para el uso
de la técnica de árboles de clasificación.
En el modelamiento por Árboles de
Clasificación se incluyeron inicialmente un total
de cinco predictores:
Tabla 2
Listado de variables análisis multivariante
Variable Definición (Estructura categorial) Significancia y posición jerárquica [simetría]
Temor a perder el
año escolar
Variable dicotómica que expresa uno de los
efectos negativos que temen los y las jóvenes a
futuro [0= No; 1= Sí].
Dependiente
[No= 51,0 %; Sí= 49,0 %]
Edad Variable ordinalizada en tres niveles [14 a 17
años; 18 a 21 años; 22 a 24 años].
Significativa Primer nivel
[Entre 14 y 17 años= 39,5 %; Entre 18 y 21 años=
24,0 %; Entre 22 y 24 años= 36,5 %]
Sexo Variable dicotómica (1= Masculino; 2= Femenino) Significativa Tercer nivel
[Masculino= 45,8 %; Femenino= 54,2 %]
Riesgo percibido al
COVID-19
Atributo dicotómico construido sobre la base de
dos ítems, teniendo como referencia (valor=1) la
conformidad con ‘los adultos exageran la crisis y ‘los
jóvenes no se contagian de COVID-19’. Adquiriendo
valor=0 en caso contrario.
Significativa Segundo nivel
[Alta percepción= 47,3 %; Baja percepción=
52,7 %]
Nivel de estudios Variable dicotómica [1= Media incompleta; 2=
Superior]
No significativa
[Media incompleta= 53,4 %; Superior= 46,6 %]
Situación laboral Variable dicotómica [1= No trabaja; 2= Trabaja] No significativa
[No trabaja= 86,4 %; Trabaja= 13,6 %]
Nota. Elaboración propia con datos de la encuesta Jóvenes COVID-19 (2020).
Geraldo Padilla-Fuentes, Dra. Rubicelia Valencia Ortiz, Dra. Rosabel Roig Vila
© 2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.
104
3. Resultados
La crisis sanitaria por Covid-19 ha significado
un desafío de gran envergadura para toda la ciu-
dadanía, aunque sus impactos y preocupaciones
varían en razón de las características sociodemo-
gráficas de los grupos que la integran.
Para el caso de los y las jóvenes, la situa-
ción de pandemia en los últimos meses ha impli-
cado una serie de modificaciones en su estilo de
vida, comportamientos y expectativas, especial-
mente entre quienes están estudiando, dado el
abrupto cambio que ha significado migrar desde
una modalidad presencial a una modalidad onli-
ne o a distancia. A este respecto, la tabla 3 expone
que prácticamente la totalidad de los estudiantes
(97,3 %) reconoce que la crisis por coronavirus
es grave, no encontrándose diferencias signifi-
cativas entre grupos. A pesar de reconocer esta
gravedad, un 46,1 % piensa que los adultos exage-
ran y 32,2 % afirma que normalmente los jóvenes
no se contagian, cifras que son particularmente
elevadas entre estudiantes de Enseñanza Media,
observándose diferencias estadísticamente sig-
nificativas en el contraste de hipótesis (p<0,01).
En términos generales, un 55,2 % señala estar de
acuerdo en que terminar con la crisis es responsa-
bilidad de los médicos y un 72,0 % atribuye igual
responsabilidad al Gobierno, proporción particu-
larmente elevada entre estudiantes de Educación
Superior [chi2=9,598; p<0,05].
Tabla 3
Percepción general sobre la situación de pandemia por Covid-19
Contraste nivel de estudios
General Media Superior Chi2 (sig)
La crisis del coronavirus es algo grave 97,3 96,5 98,3 --
Los adultos exageran 46,1 49,7 42,2 19,136(**)
Los jóvenes no se contagian 32,2 41,0 22,6 15,947(**)
Terminar con la crisis es responsabilidad de
-Gobierno
-Médicos
72,0
55,2
69,1
59,0
75,0
51,2
9,598(*)
--
Nota. Ítems de respuesta graduada en cinco niveles, consignando proporciones de acuerdo y muy de acuerdo;
**= signicativo al 0,01; *= signicativo al 0,05; --= no signicativo.
Elaboración propia con datos de la encuesta Jóvenes COVID-19 (2020).
Dentro de las incertidumbres provocadas
por la pandemia (tabla 4), destaca entre los jóve-
nes el temor por la muerte de algún familiar o
amigo (76,2 %); igualmente relevante, aunque de
menor magnitud, es la preocupación por proble-
mas económicos que la crisis ocasiona a la familia
(49,7 %). Percepción de riesgo que es significati-
vamente más acentuada en estudiantes Mujeres y
de Educación Superior.
En la misma tabla 4, alrededor de 1 de
cada 2 encuestados/as (49,2 %) manifiesta dentro
de sus principales preocupaciones el riesgo por
perder el año escolar, cifra que es particularmente
elevada entre estudiantes de Enseñanza Media
(61,5 %).
Con el propósito de determinar cuáles son
los sentimientos y angustias que manifiestan los
estudiantes que temen perder el año escolar, eje
de interés para este estudio, se ha realizado un
análisis de contraste a nivel bivariante (tabla 5),
complementado con una exploración de los per-
files de riesgo mediante el modelamiento multi-
variante de Árboles de Clasificación (figura 1).
Malestar subjetivo e incertidumbre educativa durante la pandemia por Covid-19
Alteridad, 18(1), 99-112 105
Tabla 4
Incertidumbre frente a las consecuencias de la pandemia (%)
Sexo Nivel de estudios
Mujer Hombre Media Superior General
Perder el año de estudios 44,2 55,1 61,5 35,1 49,2
Que las cosas no sean como antes 33,7 26,3 25,1 36,3 30,3
Que pueda morir 35,7 27,5 32,3 31,6 32,0
Muerte de algún familiar o amigo/a 78,4 73,7 70,3 83,0 76,2
Graves problemas económicos familiares 53,3 45,5 47,7 52,0 49,7
Nota. Los valores corresponden a cálculos de respuesta múltiple según número de casos en cada categoría de
respuesta.
Elaboración propia con datos de la encuesta Jóvenes COVID-19 (2020).
A nivel general, como reporta la tabla
5, la preocupación es el sentimiento que pre-
domina entre adolescentes con ocasión de la
crisis sanitaria (68,1 %), seguido por la angustia
(45,8 %) y el miedo (30,2 %). Igual configuración
en orden de importancia tienen estos sentimien-
tos al interior del subgrupo que teme perder el año
escolar, no obstante, las proporciones que alcan-
zan son levemente más atenuadas (% columna).
Por su parte, entre quienes declaran aburrimiento
o “lata”, miedo o enojo, prevalece el temor a perder
el año escolar (% fila), con incidencia del orden del
62,3 %, 60,4 % y 58 % respectivamente, diferencias
por lo demás estadísticamente significativas res-
pecto del subgrupo de comparación.
Tabla 5
Sentimientos y efectos negativos frente a la pandemia (%)
Temor a perder el año escolar General
% Columna % Fila
Sentimientos
Preocupación 57,8 41,6 68,1
Miedo 37,2 60,4 30,2
Enojo 22,2 58,0 18,8
Lata 18,3 62,3 14,4
Angustia 43,3 46,4 45,8
Efectos negativos
Insomnio 53,4 48,1 49,7
Ingesta compulsiva 77,3 56,3 61,5
Abuso de bebidas alcohólicas 14,7 66,7 9,9
Irritabilidad 54,6 51,1 47,8
Nota. Los valores corresponden a cálculos de respuesta múltiple según número de casos en cada categoría de
respuesta; % Fila= corresponde a la proporción de estudiantes que, manifestando el sentimiento, temen perder
el año escolar; % Columna= representa el sentimiento maniesto o efecto negativo, en término de proporciones,
de quienes temen perder el año escolar.
Elaboración propia con datos de la encuesta Jóvenes COVID-19 (2020).
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Por otro lado, entre los efectos negativos
que los y las estudiantes atribuyen a la crisis, des-
tacan la ingesta compulsiva (61,5 %), el insomnio
(49,7 %) y la irritabilidad (47,8 %). Cifras que
adquieren mayor preponderancia entre quienes
temen perder el año escolar, particularmente en
lo que sobrealimentación o comer en exceso
refiere (77,3 %). En el sentido opuesto, entre
quienes declaran abuso de bebidas alcohólicas e
ingesta compulsiva es donde encontramos mayor
temor a perder el año escolar (66,7 % y 56,3 % res-
pectivamente), con diferencias estadísticamente
significativas respecto de quienes no manifiestan
dichas conductas.
Según los hallazgos aportados por el árbol
de clasificación (figura 1), la Edad, Percepción
de riesgo a Covid-19 y Sexo son las variables que
jerárquicamente perfilan el temor a perder el año
escolar. La Edad se posiciona como el atributo
con mayor capacidad discriminativa [x2=55,512;
p=0,00], donde los estudiantes de menor edad, es
decir, entre 14 y 17 años, manifiestan una preocu-
pación particularmente elevada por su año escolar
(73,1 %; Nodo 2); proporción que es significati-
vamente menor a la registrada en los estudiantes
mayores de 17 años (33,3 %; Nodo 1).
Figura 1
Incertidumbre por perder el año escolar
Nota. Elaboración propia con datos de la encuesta Jóvenes COVID-19 (2020).
Malestar subjetivo e incertidumbre educativa durante la pandemia por Covid-19
Alteridad, 18(1), 99-112 107
En un segundo nivel de segmentación
y para ambos nodos precedentes, irrumpe la
variable Percepción de riesgo a Covid-19, según
la intensidad que declaren. Para el caso de los
adolescentes (Nodo 2) la Percepción de riesgo dis-
crimina significativamente [x2=31,939; p=0,00],
de modo que la incertidumbre aumenta en estu-
diantes que manifiestan baja percepción de la
gravedad del Covid-19 (90,6 %; Nodo 5). Por su
parte, quienes manifiestan menor incertidumbre
por perder el año lectivo son los jóvenes con alta
percepción de riesgo (Nodo 4) mayores de 17
años (22,1 %).
Entre los jóvenes con baja percepción de
riesgo (Nodo 3) y en un tercer nivel jerárquico,
emerge el Sexo [x2=7,571; p=0,01] como variable
de segmentación, siendo las Mujeres quienes
manifiestan menor incertidumbre (36,9 %; Nodo
8). Por otro lado, entre los adolescentes con alta
percepción de riesgo (Nodo 5), el Sexo pre-
senta igualmente capacidad de discriminación
[x2=8,210; p=0,00], siendo los Hombres quienes
expresan mayor preocupación por perder el año
escolar (65,6 %; Nodo 9).
A modo de síntesis, se puede determinar
que el itinerario que define al estudiante que evi-
dencia mayor preocupación o incertidumbre por
perder el año escolar con ocasión de la pandemia
corresponde a adolescentes entre 14 y 17 años que
manifiestan baja percepción de riesgo frente a la
Covid-19.
4. Discusión
La generalidad del estudiantado chileno piensa
que la crisis por Covid-19 es algo grave, cuyas
consecuencias se hacen sentir sobre diversas
dimensiones de su cotidianidad, siendo parti-
cularmente relevantes las referidas a la familia
y la escuela. No obstante, una alta proporción
considera que los adultos exageran y que los y las
jóvenes gozan de cierta inmunidad, percepciones
que se encuentran significativamente más desa-
rrolladas entre quienes cursan enseñanza media.
En la adolescencia crece una autopercep-
ción de relativa invulnerabilidad frente al peligro
y se flexibiliza la tolerancia al riesgo físico y
emocional, hechos que se exacerban en la rela-
ción con otros y el intento por captar su atención
y reconocimiento (Alvites, 2019). Percepción
que se instala, paradójicamente, en una de las
etapas de especial vulnerabilidad, donde factores
familiares, barriales y socioeconómicos pueden
afectar el crecimiento y desarrollo satisfactorios
(Di Segni, 2019).
A esta aparente contradicción entre una
actitud adolescente con elevada tolerancia al
riesgo y una etapa vital de vulnerabilidad, se
añade el proceso de maduración neurofisio-
lógica por el que transitan los y las jóvenes, el
cual motiva cambios conductuales, hormonales
y psicológicos. En la compleja relación de estos
componentes aparece el sentimiento de inmu-
nidad, pudiéndose explicar las conductas de
riesgo como una extensión de los intentos por
fortalecer la identidad, mejorar la adaptación
social, captar el reconocimiento de los otros y/o
afirmar la autonomía (Suárez Relinque et al.,
2017). Fenómeno profusamente reportado en
lo que refiere a investigaciones sobre embarazo
adolescente, prácticas sexuales de riesgo, inicia-
ción sexual temprana y/o consumo de alcohol y
drogas (Alvites, 2019; Corona y Peralta, 2011).
Se puede tener conciencia respecto de los
riesgos que se corren, pero esta no evita o inhibe
determinadas conductas. Incrementado por la
búsqueda de recompensas o sensaciones placen-
teras, que generalmente involucran la presencia
de otros significativos, el sentimiento de invulne-
rabilidad lo inunda todo, sobre lo cual el control
parental resulta claramente incómodo, cuando no
pernicioso (Alonso Stuyck y Aliaga, 2017). Ello
explica la significativa proporción de jóvenes que
creen que los adultos exageran (46,1 %), a pesar de
tener noción sobre la gravedad de la crisis.
A pesar de que los medios de información
alertan recurrentemente en torno a la gravedad
de la pandemia, los y las adolescentes siguen
dudando de la veracidad de sus alcances e
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impactos. Existe un contingente de estudiantes
influenciados por teorías conspirativas que creen
que el virus es una creación de laboratorio, una
especie de resfrío común que como resultado de
la manipulación informativa global se exacerba
su peligrosidad como medio de control social,
aunque en honor a la verdad hay adultos que
también lo creen (Bisso Andrade, 2019; Trujillo,
2020).
En efecto, la concomitancia observada
entre la percepción que los jóvenes no se conta-
gian y que los adultos exageran refiere a una miti-
gada, cuando no distorsionada percepción del
riesgo, recurrente de la fase etaria que atraviesan,
que llevada al extremo puede vulnerar su salud o
la del grupo familiar al contravenir las medidas
de seguridad y distanciamiento social dispuestos
por la autoridad sanitaria. Aunque en términos
estrictos este comportamiento negligente es tam-
bién observado entre la población adulta, por lo
que sería injusto atribuirlo como rasgo distintivo
y exclusivo de las y los jóvenes, no es menos
cierto que estas conductas se exhiben con mayor
tendencia en este último segmento.
La propagación de la Covid-19 derivó en
lo inmediato en el cierre de colegios, por lo que
las y los estudiantes debieron confinarse forzo-
samente en sus hogares, lo que conllevó a una
pérdida de autonomía y mayor control parental
del cual, en su proceso de individuación, han
procurado desligarse gradualmente. Los padres
y madres ahora, amparados en la cercanía que
les proporciona la pandemia, pueden volver a
monitorear el comportamiento y supervisar sus
conductas, establecer mayores reglas respecto
de salidas y compañías, todo lo cual entra en
conflicto con la emancipación que el joven cra
lograda, de allí a que perciban que los adultos
exageran los riesgos de la pandemia.
A pesar del sentido de invulnerabilidad
relatada anteriormente, los y las jóvenes son
conscientes del peligro que representa la Covid-
19 para la salud, la vida y el bienestar económico
y emocional de ellos mismos y de su entorno
significativo, donde el temor a la muerte, espe-
cialmente de un familiar o amigo, es una idea
omnipresente, particularmente en estudiantes
mujeres y que cursan estudios superiores; asi-
mismo, pervive la preocupación que las cosas no
vuelvan a ser como antes en aproximadamente
un tercio de la población estudiantil. La propaga-
ción del Covid-19 ha derivado en graves impac-
tos económicos para el hogar y significado una
amenaza a la salud, cuya peligrosidad ha nutrido
un conjunto de sentimientos negativos entre los
que destaca el temor a la muerte, algunos de los
cuales seguramente continuarán tras la supera-
ción de esta crisis.
Tras la pandemia, muchos jóvenes pro-
longarán hábitos y rutinas adquiridos por el
confinamiento y la no asistencia a clases presen-
ciales, como el sedentarismo, consumo excesivo
de alimentos, sobreexposición al computador y
patrones de sueño irregular. Comportamientos
escasamente saludables que afectan la salud física
y psicológica y que se han visto acentuados en
contextos de pandemia (Bartlett et al., 2020).
La prolongación de las secuelas físicas
y psicológicas de la pandemia dependerá de la
naturaleza y gravedad de las experiencias vividas.
Eventos traumáticos como la pérdida del empleo,
infección, hospitalización o la muerte de un ser
querido, generan altos niveles de estrés. A estas
afectaciones le acompañan otras experiencias
que, al ser menos directas y concretas, pueden
catalogarse como subjetivas, aunque no por ello
menos relevantes, como por ejemplo el miedo
al contagio, sensación de vulnerabilidad, incer-
tidumbre y pesimismo por el futuro (Espada et
al., 2020). Por lo anterior, es complejo estimar
cuánto perdurarán sus efectos sobre el bienestar.
No solo las experiencias traumáticas, sino
también el simple confinamiento forzado y pro-
longado, pueden resultar angustiantes para las
y los jóvenes, generando depresión, estrés y/o
enojo (Alvites Huamaní, 2020). Malestar que
puede ser exacerbado por la asidua participación
en redes sociales, principal medio de infor-
mación entre la población joven, lugar donde
circulan y se difunden multitud de fake news,
Malestar subjetivo e incertidumbre educativa durante la pandemia por Covid-19
Alteridad, 18(1), 99-112 109
las cuales alcanzan un vasto grupo de internau-
tas, apuestan a la desacreditación de las fuentes
oficiales y promocionan perspectivas erradas
sobre la realidad, sus problemas y soluciones
(González, 2019; Huarcaya, 2020).
Este deterioro socioemocional afecta las
relaciones con la familia y la predisposición
motivacional hacia la educación. La presencia de
estresores perjudica algunas funciones cogniti-
vas en el área del procesamiento de la memoria y
la función ejecutiva, esenciales para el aprendiza-
je, además la modalidad online tensiona los pro-
cesos de adaptación, aprendizaje y rendimiento
escolar (Cortés, 2020).
Entre este malestar y las nuevas condicio-
nes educativas en pandemia, emerge el temor a
perder el año escolar. Preocupación relevante que
se manifiesta por 1 de cada 2 jóvenes (49,2 %) y
que se acentúa entre quienes cursan enseñanza
media (61,5 %). Por la etapa en que se encuen-
tran, los estudios no solo son la base sobre la cual
se cimentarán los proyectos personales en tanto
motor de movilidad social y desarrollo humano
(Gilbert, 2012), sino que además es la actividad
que mayor tiempo, planificación y esfuerzos
demanda. La presión social, familiar y personal
que recae sobre los y las jóvenes respecto a la
importancia del progreso educativo explicaría la
germinación de sentimientos como la preocupa-
ción, la angustia y el miedo por estancarse en su
proceso formativo y/o perder el año escolar, más
aún entre quienes se encuentran ad portas de un
cambio de ciclo o el egreso.
Esta preocupación pudo crecer conforme
progresó el año escolar en una modalidad online
a través de plataformas virtuales, la cual fue más
el producto de una innovación forzada por las
condiciones de la pandemia que una propuesta
planificada y eficiente por parte de las institu-
ciones escolares. Los diferentes miembros de las
comunidades educativas no tan solo manifes-
taron problemas de accesibilidad y manejo de
plataformas para organizar y realizar clases o dis-
tribuir materiales de estudio, sino que la comu-
nicación entre estudiantes, profesores y apodera-
dos/as se vio entorpecida (Cáceres Muñoz et al.,
2020; Leiva Guerrero et al., 2022). Más aún, las
políticas evaluativas se vieron enfrentadas a un
nuevo panorama de aplicación donde las con-
vencionales pruebas de lápiz y papel centradas
en la adquisición de conocimiento se volvie-
ron obsoletas e impracticables; esto alimentó la
incertidumbre respecto a la política de promo-
ción escolar.
Bajo la educación a distancia, tanto los
contenidos como las evaluaciones se conden-
saron y cambiaron de orientación, adquiriendo
carácter evaluativo factores no siempre conside-
rados por la modalidad tradicional, como la asis-
tencia y participación en clases o la entrega de
guías y trabajos. A esta gran improvisación que
se desplegó durante el 2020 para superar el año
escolar, se suman las incertidumbres intrínsecas
de la pandemia, sus efectos directos e indirectos
sobre la población joven, todo lo cual alimenta
el temor a permanecer un año más en el mismo
nivel.
Por otro lado, la emergencia de la moda-
lidad online supuso desarraigar a los y las jóve-
nes de sus rutinas para instalar otras nuevas
que requerían competencias no necesariamente
desarrolladas. La mayor autonomía que deriva
de la educación a distancia precisa una adecua-
da y responsable gestión del tiempo, siendo la
procrastinación una conducta particularmente
riesgosa. En efecto, el hábito de postergar las
tareas o compromisos académicos se convirtió
en una práctica recurrente que con el transcurrir
del tiempo profundizó la angustia e incertidum-
bre sobre la culminación exitosa del año escolar.
Evento que por lo demás contó con la tolerancia
y aceptación entre padres y madres por cuanto
asumían que perder el año escolar en esta situa-
ción de crisis sanitaria era un mal menor.
Tanto la importancia atribuida al proceso
educativo como las conductas de riesgo hacia la
reprobación cimentan además afecciones socio-
afectivas como la ingesta compulsiva, la irritabi-
lidad y el insomnio, hechos que, formando parte
del abanico de respuestas de los y las jóvenes
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en contexto de pandemia, se profundizan entre
quienes temen perder el año escolar. Este senti-
miento se instala, según la técnica multivariante
de Árbol clasificatorio, preferentemente entre
jóvenes de menor edad que tienen baja percep-
ción de riesgo frente a la Covid-19, sea porque
consideran que los adultos exageran o creen que
no se pueden contagiar.
5. Conclusiones
La situación de los y la jóvenes chilenos/as
durante la pandemia se ha caracterizado por un
malestar multidimensional y generalizado. No
solo existe el riesgo de que ellos/as o sus fami-
liares y amigos padezcan las afecciones de la
Covid-19, sino que también están expuestos a la
experiencia de sentimientos negativos, nuevas
rutinas y estilos de vida y una acentuada incer-
tidumbre respecto al futuro, en especial, sobre lo
que sucederá con su año escolar.
Según los datos de la encuesta Jóvenes
COVID-19, una alta proporción de este segmen-
to poblacional reconoce que la crisis sanitaria
es algo grave, opinión que convive con la per-
cepción de que no pueden contagiarse y que los
adultos exageran tanto la magnitud de la amena-
za como las medidas de precaución. La emergen-
cia sanitaria trastocó rutinas establecidas e inte-
rrumpió actividades que son particularmente
importantes para los y las jóvenes en términos de
ocio, esparcimiento y encuentro con sus pares. El
confinamiento no solo obligó a los y las jóvenes a
permanecer en el hogar, sino que también reacti-
vó una capacidad de tutela parental de la cual, en
razón del tránsito hacia la adultez, se creían rela-
tivamente emancipados/as; retroceso no exento
de fricciones en las relaciones familiares.
Asimismo, los y las jóvenes igualmente
declaran altos niveles de incertidumbre a raíz de
la situación de pandemia. En términos generales,
se evidencia un variado abanico de sentimientos
que afectan el bienestar, en particular, el temor
por la muerte de algún familiar o amigo, preo-
cupación fundada en la inesperada mortalidad
registrada por el coronavirus entre población de
riesgo, la cual diariamente inunda los medios
de comunicación tradicionales y las redes socia-
les. Además, debido a que no existen a la fecha
medidas definitivas para contrarrestar el avance
de la Covid-19, este miedo se vuelve latente e
inevitable, forzando el estado de alerta constante,
cuestión que desgasta y aumenta la reactividad.
Si bien la situación de pandemia genera un
estado de incertidumbre generalizado, adquiere
relevancia el temor por perder el año escolar,
sentimiento particularmente presente entre jóve-
nes menores de 18 años con una baja percepción
de riesgo a la Covid-19. Esta situación nutre
sentimientos de preocupación, angustia y miedo;
estados socioafectivos que se vinculan a la inges-
ta compulsiva de alimentos, insomnio y mayor
irritabilidad.
En efecto, los y las adolescentes se encuen-
tran en una fase de cambio de ciclo educativo,
registran relativa menor autonomía y son más
inexpertos que sus pares de mayor edad, factores
que incrementan la sensación de vulnerabilidad
e incertidumbre respecto de su proceso edu-
cativo dada la forzada irrupción de un modelo
educativo caracterizado por la virtualidad y
nuevos protocolos de evaluación y promoción
escolar. Inédito escenario que se complementa
con la política de condensación de contenidos
en los establecimientos y el riesgo implícito a la
procrastinación que conllevaría la mayor auto-
nomía educativa, todo lo cual repercute sobre
los niveles de apropiación curricular y desarrollo
de competencias académicas, comprometiendo
eventualmente el éxito de los futuros procesos
educativos.
En definitiva, la crisis sanitaria de Covid-
19 no solo pone en riesgo la salud de los y las
jóvenes y el bienestar de su familia, sino que
trae consigo la vivencia de sentimientos nega-
tivos como angustia, miedo y preocupación,
estados de incertidumbre que exceden el ámbito
doméstico y permean el plano educativo, cuyos
efectos pueden prolongarse y extenderse incluso
más allá del término de la pandemia. De ahí la
Malestar subjetivo e incertidumbre educativa durante la pandemia por Covid-19
Alteridad, 18(1), 99-112 111
necesidad, por un lado, de diseñar y llevar a cabo
intervenciones socioeducativas al final del pro-
ceso de reclusión para afrontar las dificultades y
consecuencias latentes provocadas por la pande-
mia. Por otro lado, es necesario dar continuidad
y especificidad a futuros levantamientos de datos
que exploren las secuelas y efectos negativos que
dejó la pandemia, en particular su incidencia en
el estado de bienestar subjetivo, la convivencia
escolar y las condiciones para el aprendizaje.
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