Caminos educativos en el territorio de lo sagrado

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Anita Gramigna https://orcid.org/0000-0001-9147-8832

Resumen

En este ar tículo, que tiene un enfoque cualitativo, se trata de la belleza y de su poderoso papel educativo: la belleza como vía formativa de la ética8, y como gracia, o sea, como aquel bienestar que lleva al bien de sí mismo, en la relación con los demás.Vamos a aclarar los términos del discurso: definimos la ética como una profunda reflexión sobre el bien, como una teoría de la moral que guía los comportamientos y traza caminos de significación en y con el mundo, y que, en consecuencia, determina nuestros horizontes existenciales. Pero mientras que la moral se refiere a las costumbres, las épocas y, en síntesis, a los contextos históricos y culturales, la ética sigue principios generales, ya que explora el profundo sentido de lo humano y su destinalidad.
Pensamos que la ética es lo específico del humano porque implica una reflexión que, en la libertad, supera el instinto natural y que, al mismo tiempo, nos permite, con pleno conocimiento, «reflexionar sobre nosotros mismos mientras que reflexionamos». En breve, porque existe una reflexión que libremente y con conocimiento supera el instinto; fenómeno que, a la fecha, parece estar ausente en otros animales.
Deducimos que la libertad y la autoconciencia son elementos ineludibles de la ética como lo son de la educación.